Transportes y Turismo

El caos arancelario y la sequía colapsan los puertos de media Europa con largas colas de buques y España se convierte en la excepción

  • Los buques se agolpan en los puertos del norte de Europa durante días
  • El tránsito fluvial se reduce ante el bajo caudal de los grandes ríos europeos
  • Por el contrario, los puertos de España funcionan con total normalidad
Puerto de Hamburgo (Alemania). Fuente: Dreamstime.

'Temporal' de actividad sobre los puertos europeos. Las erráticas políticas comerciales de Donald Trump, presidente de la mayor economía del mundo (por tanto, capaz de generar una gran disrupción en el comercio internacional) y los eventos climatológicos extremos (sequía en la Europa húmeda) están generando una suerte de colapso similar a la del covid en los grandes puertos europeos. El riesgo es que las mercancías dejen de llegar a su destino final y se genere cierta escasez, algo que no ha sucedido todavía. Mientras tanto, España parece haberse convertido en una suerte de balsa u oasis en medio de tanto trasiego y congestión. Fuentes consultadas por elEconomista.es aseguran que los puertos españoles funcionan con total normalidad y están lejos de sufrir cualquier tipo de congestión o atasco... porque la ruta que está provocando este caos no pasa por España y porque el factor climático no impacta de forma directa en España al carecer de tráfico de mercancías fluvial de relevancia.

Desde el Puerto de Valencia explican en declaraciones a elEconomista.es que en su caso "no hay constancia hasta fecha de hoy" de que esté habiendo un aumento de actividad por los aranceles o problemas de congestión como los que se están viendo en otros puertos europeos. En el mismo sentido, fuentes del Puerto de Algeciras afirman que los problemas con los aranceles y otros factores no están afectando a esta infraestructura española, aunque admiten que las últimas semanas han sido extremadamente buenas, pero sin llegar a la congestión en ninguna de sus terminales. Algo que sí están viviendo infraestructuras como las de Róterdam y Hamburgo.

El caso de Europa es bien diferente

Mientras que en España reina cierta calma, en las ciudades portuarias más importantes de Europa reina el caos. Los contradictorios mensajes arancelarios de Donald Trump, combinados con el bajo nivel de los ríos, están causando la peor congestión en la cadena de suministro de Europa desde la pandemia de coronavirus, advierten las empresas de transporte y logística, según revelan desde el Financial Times en un reciente reportaje. Las colas en los puertos para cargar y descargar son interminables, dejando fotografías para la historia con los grandes buques a la espera de ser atendidos. El bajo nivel de los ríos impide que el tráfico de barcazas sea el habitual para esta época. Esto es algo que puede sonar raro en España, pero en la Europa húmeda los niveles de los ríos son clave para el tráfico de mercancías en grandes naves que distribuyen los bienes, aprovechando una vasta y profunda red fluvial.

Las barcazas han tenido que esperar días para recoger mercancías y los buques portacontenedores se están enfrentando a largas esperas. Lo que es peor: los problemas, que están afectando sobre todo a Róterdam, Amberes y Hamburgo, persistirán durante al menos varios meses. "Todos los grandes centros de conexión están desbordados", declara Caesar Luikenaar, director gerente de WEC Lines, una naviera con sede en los Países Bajos. Varios puertos importantes de Europa estaban operando a su máxima capacidad, añadió Luikenaar, en declaraciones al diario Financial Times.

La peor congestión desde el covid-19

Albert van Ommen, director ejecutivo de la empresa de logística Euro-Rijn Group, con sede en los Países Bajos, afirma que la congestión es la peor desde la pandemia, cuando los flujos de carga se mantuvieron inesperadamente fuertes y desbordaron los puertos con dificultades de personal. Los problemas suponen el último revés para un sistema logístico mundial que, hasta hace poco, permitía a muchas empresas mantener inventarios mínimos, con la seguridad de que los servicios de transporte programado repondrían las existencias regularmente, según un horario fijo.

Vistas del Puerto de Hamburgo (Alemania).

Una empresa alemana de logística, Contargo, ha advertido a sus clientes que las barcazas esperan un promedio de 66 horas para cargar contenedores en Amberes y 77 horas en Róterdam. Normalmente, a las barcazas se les ofrecen franjas horarias fijas para cargar en las terminales de contenedores, lo que garantiza que puedan retirar los contenedores de forma rápida y eficiente.

Casper Ellerbaek, alto ejecutivo de la alemana DHL, afirmó que los retrasos aún no han obligado a ninguno de sus clientes a detener la producción por escasez de componentes, pero que este tipo de "dificultad" sigue siendo un riesgo. Van Ommen indicó que en Amberes, el segundo puerto de contenedores más activo de Europa, los barcos descargaban con entre tres y cinco días de retraso.

Las mercancías no llegan a tiempo

"Cuando recogemos los contenedores en barcaza, no pueden cargar a tiempo porque los buques marítimos no son puntuales", explica Van Ommen. Al final, el cliente o usuario final recibe su mercancía tarde. Las empresas de logística atribuyeron la crisis a problemas como los drásticos cambios en la política arancelaria estadounidense bajo la presidencia de Donald Trump, que han obligado a las navieras de contenedores a modernizar sus redes para adaptarse a los drásticos cambios en los flujos comerciales mundiales.

Pero, ¿por qué los puertos de Róterdam y Hamburgo sí notan la presión de Donald Trump, pero no lo hacen los de Valencia, Barcelona o Algeciras? El motivo detrás de esto, según los analistas de S&P Global descansa en que la ruta más afectada por la desviación arancelaria no pasa por España, sino que es la que va de Pekín al norte de Europa. Según su último informe relativo a mayo del comercio marítimo, "el sector prevé un enorme repunte de las tarifas por un exceso de oferta Asia-Europa por los aranceles".

Desde Fitch Ratings explicaban que "los nuevos aranceles propuestos por el presidente electo Donald Trump sobre los productos chinos y europeos podrían exacerbar los desafíos de crecimiento para las economías orientadas a la exportación, reduciendo la actividad portuaria, particularmente en el norte de Europa".

Esto es así porque estos puertos están realmente cerca de las industrias de alto valor europeas, que son las que monopolizan los pedidos. (Automoción, química, maquinaria, industria farmacéutica). En consecuencia, desembarcar en Róterdam o Hamburgo directamente (y no es Valencia o Algeciras) reduce decididamente los precios de los envíos a destino final.

Según la agencia, los aumentos arancelarios "podrían requerir importantes ajustes en las rutas marítimas, con la modificación de escalas y una reasignación de capacidad". Comentan que hasta los eventos en el Mar Rojo "han reducido las escalas de buques de línea principal y la conectividad en algunos puertos del Mediterráneo Oriental, a la vez que ha aumentado la congestión en otros, especialmente en el Mediterráneo Occidental".

La salud de los puertos españoles

Cabe destacar, que, en cualquier caso, la infraestructura española muestra buenas cifras después de haber protagonizado uno de los mayores aumentos de actividad de toda Europa. Con el cierre del Mar Rojo por los ataques de los rebeldes hutíes, buena parte del comercio se ha desviado a través del Cabo de Buena Esperanza y, por tanto, ha llegado primero a las costas españolas, ignorando la logística más habitual. En consecuencia, en 2024, según Reuters, el puerto de Barcelona registró un aumento del 9% de su actividad.

El tráfico de contenedores transportados a puertos españoles aumentó en 2024 un 11% en general. Sin embargo, en 2025 este fenómeno ha empezado a desinflarse muy ligeramente, a medida que las rutas se estabilizan. Según datos de Puertos del Estado, en los primeros cinco meses del año se ha registrado un movimiento de 230 millones de toneladas, es decir, un 2,9% menos respecto al año anterior. Ahora existía el temor de que los aranceles de Trump provocasen un desplazamiento de productos hacia estos puertos, provocando un aumento masivo de la actividad que, de momento, no sucede en España, pero sí en el resto del continente.

Desde el Puerto de Algeciras explican en declaraciones a elEconomista.es que los buenísimos datos de mayo se debe al buen dato de exportaciones de aceite de oliva, "pero eso no significa que estemos congestionados", asegura la fuente consultada. Además, la nueva alianza de naviera conocida como Gemini que se comenzó a implantar en febrero y ha terminado en mayo. Hasta que no ha estado completada esta alianza no se han cumplido los tráficos previstos, que ahora sí se están produciendo. Esta alianza está formada por las navieras Hapag-Lloyd y Maersk que están bordeando el Cabo de Buena Esperanza y aumentando así el tráfico de puertos como el de Algeciras.

Esto ha permitido un mayo excepcional en Algeciras. Este puerto venía muy lastrado por unos malísimos datos en los primeros cuatro meses del año, registrando una actividad de 42´6 millones de toneladas durante los 5 primeros del año, un 5´7% menos que en el mismo periodo del año anterior. El Tráfico de Contenedores suma entre enero y mayo 1´88 millones de Teus (-6´28%), recuperando en un solo mes buena parte del terreno perdido en el primer cuatrimestre. La remontada ha sido posible gracias a un excelente mes de mayo en APM Terminals Algeciras. Sólo ese mes se han movido 440.848 teus entre ambas terminales, una cifra mensual que no se alcanzaba desde hace casi 5 años. En mayo han destacado por su comportamiento los tráficos de importación/exportación con mercados como Estados Unidos (+21%), Costa Rica (+30%), Perú (+56%) o Filipinas (57%).

Con todo, aunque los puertos españoles están recuperando ritmo y funcionando a niveles elevados de capacidad, no viven la congestión que sí afecta a buena parte de Europa y que está a punto de colapsar su funcionamiento.

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