Transportes y Turismo

Multa de hasta 1.500 euros: llega desde Portugal esta nueva práctica en la playa que irrita a los españoles

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En algunas de las playas más concurridas, la búsqueda de un buen sitio para colocar la sombrilla, las tumbonas y la nevera continúa siendo fuente de malestar y conflictos. Mientras que la lista de municipios que prohíben reservar espacio a primera hora no para de crecer, los bañistas más pícaros tratan de idear nuevas formas para lograr su propósito.

En Vigo, la policía ha tenido que poner remedio a una nueva práctica, inspirada en la época pandémica, que ha generado un gran revuelo entre autóctonos y foráneos. En los últimos días, multitud de bañistas de la Playa de Samil han estado colocando en los últimos días cortavientos con los que, según argumentan, cortar el viento y la arena que este arrastra.

Sea cierta o no esta intención, lo cierto es que estos cortavientos que parcelan la playa, impidiendo a muchos otros bañistas tener sitio en la playa. Es decir, como si fuesen vallas que privatizan determinadas superficies.

Multas de hasta 1.500 euros

Ante su proliferación, el Ayuntamiento de Vigo se ha visto obligado a tomar cartas en el asunto. Tras realizar varios avisos por megafonía sin éxito, agentes de la Policía Local se han acercado a los usuarios de este tipo de utensilios para informarles de la prohibición de esta práctica, tal y como recoge la Ordenanza que regula el uso y disfrute de las playas, aprobada en 2021.

Según cuentan desde los Informativos de la Televisión de Galicia, la mayoría de quienes realizaban esta práctica eran turistas portugueses, quienes desconocen esta prohibición.

De acuerdo con la norma municipal, las multas por el uso de estos dispositivos oscilan entre 751 euros y 1.500 euros.

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