
Aunque Meliá anunció en enero que gestionará el hotel Juan Carlos I de Barcelona, el establecimiento todavía tiene vigente su contrato con Fairmont. La cadena balear pretendía abrir en otoño el renovado establecimiento a la par que el inmueble abandonaba el concurso de acreedores en el que está inmerso. La propuesta de convenio presentada esta primavera cuenta con el favor de la mayoría de los acreedores, pero se ha topado con el rechazo de la cadena canadiense, que ha presentado un escrito de oposición en los juzgados.
Según ha podido saber elEconomista.es, Fairmont impugnó con su escrito remitido al juzgado de lo mercantil número 11 de Barcelona. La compañía es uno de los dos acreedores que se opuso explícitamente a la propuesta de convenio, que implica una quita del 95% de los 182 millones que tiene de pasivo la sociedad Barcelona Project's, controlada por el abogado Pablo Usandizaga y que se ha vinculado con Tyrus Capital, a su vez el primer tenedor de la deuda.
La filial de Accor Hotels llegó al establecimiento barcelonés en 2014 y se mantuvo al frente de la gestión hasta el cierre motivado por el coronavirus. Aun así, mantuvo vigente el contrato hasta que se suspendió, por petición suya, en abril de 2022. Pese a ello, la organización se opone a la resolución del acuerdo para que Meliá tome la gestión. La firma alude a una deuda de 12 millones que no ha sido cobrada.
El propietario del Juan Carlos I se reunió el año pasado con Fairmont para reabrir el hotel
Según el informe concursal presentado el pasado 29 de marzo, Usandizaga y Tyrus Capital se reunieron con Fairmont el año en la fase común del concurso para llegar a tratar de retomar la actividad, "pero finalmente el acuerdo no fue posible". De ahí que se iniciaran las negociaciones con la hotelera balear. Sin embargo, para que se produzca el cambio de operador deberían invalidarse el contrato de gestión actual, por lo que el pasado mes de febrero pidieron que se resolviera la vinculación "en interés del concurso".
A pesar del conflicto en los juzgados, una portavoz de Meliá declinó hacer declaraciones al ser "temas que afectan a terceros" y carecer "de un conocimiento directo".
Hasta que no se resuelva la impugnación de Fairmont no se podrá aprobar definitivamente el convenio para sacar a Barcelona Project's del concurso de acreedores. Como avanzó Crónica Global, implicará una quita del 95% de la deuda con una espera de tres años. En abril, el 73% de los acreedores votaron a favor de la propuesta; un porcentaje claramente influido por Tyrus Capital, que arrastra 87,4 millones de deuda de los 182 millones totales de pasivo. También respaldaron la oferta los trabajadores.
Sin embargo, en ese 73% no están las administraciones públicas, con un pasivo de 25,7 millones. La Seguridad Social –con 19,8 millones- fue uno de los grandes detractores de la propuesta de convenio de Husa, la hotelera de Joan Gaspart, pero en este caso no presentó ningún escrito de oposición.
El plan de Meliá con el nuevo Miranda de Pedralbes
Meliá espera la salida del concurso tras el acuerdo alcanza con Tyrus Capital, que se hizo con la mayoría de la deuda, y el abogado Usandizaga, al que se ha vinculado con el acreedor. El dirigente adquirió el hotel el pasado junio a la familia saudí Bin Nasser. Varios inversores sondearon la adquisición, pero el hecho de que sea una concesión del Ayuntamiento de Barcelona –que no se ha renovado, por el momento, y vence en 2039- asustaron a la mayoría de interesados.
La cadena dirigida por Gabriel Escarrer pretende relanzar el alojamiento de la Avenida Diagonal bajo el nombre de Miranda de Pedralbes con el objetivo de crear un "exclusivo resort urbano". Las obras ya comenzaron y está previsto que impliquen tanto la renovación de las 400 habitaciones como de las zonas comunes tras permanecer cerrado desde el estallido de la pandemia. El acuerdo también implica la gestión del Palacio de Congresos de Cataluña, anexo al inmueble.
En este sentido, el nuevo Gran Meliá potenciará la comunicación entre los espacios del hotel y los jardines románticos de la antigua Torre Melina, que se "integrarán" en el hotel llevando luz y vida a sus zonas comunes. También habilitará una terraza en la azotea con vistas a la ciudad, un pool club en la piscina, un restaurante gastronómico de autor y un spa en alianza "con una firma reconocida internacionalmente".