
Después de haber tenido que esquivar la crisis del coronavirus y los efectos del Brexit, una de las mayores empresas valencianas de transporte de mercancías por carretera, Grupo Mazo, poco podía imaginar que también iba a tener que afrontar la erupción de un volcán. Algo que ocurrió hace ahora casi un año con el Cumbre Vieja en La Palma y que ha sido una de las razones que ha llevado a su matriz, Transportes Mazo Hermanos, a perder 2,8 millones en 2021.
El grupo valenciano especializado en transporte de carga refrigerada tiene en las Islas Canarias uno de sus grandes mercados tradicionales y cuenta con varias delegaciones en esa autonomía, incluida una en la propia isla de La Palma, por el fuerte peso del sector platanero.
Esa fue una de las actividades económicas que precisamente se vio golpeada por las coladas de lava y la lluvia de cenizas generada por la erupción volcánica y que supuso reducir en cerca de un 75% las cargas de sus camiones en la isla en los últimos meses del año, según la propia revista interna de la empresa.
Combustible disparado
Unos efectos que se sumaron a la escalada del que es su principal gasto de operaciones, el combustible de sus camiones. "El incremento del precio de los carburantes y otros costes, el Brexit, la erupción volcánica en La Palma en el segundo semestre del ejercicio, los últimos efectos de la pandemia de Covid-19, y la coyuntura económica actual, con una inflación desenfrenada, han generado unas pérdidas significativas", señala la propia compañía en la memoria de sus cuentas anuales. La matriz del grupo familiar con sede en Alzira había registrado el año anterior un beneficio neto de 1,36 millones.
Según recogen sus cuentas, la compañía de camiones incrementó sus gastos de explotación en cerca de 3 millones de euros por la subida de costes el año pasado, mientras que su cifra de negocios se redujo un 3,3%, hasta 100,27 millones de euros. De ese volumen de negocio, el 35% procedió de su tráfico de mercancías en España y el resto del transporte internacional. La empresa, con algo más de 500 trabajadores y cerca de un millar de vehículos, tiene presencia en varios países europeos y de El Magreb.
Pese a las pérdidas del año pasado, la empresa destaca en su memoria "la buena situación financiera de la sociedad, con un fondo de maniobra positivo de 8,9 millones de euros, y un nivel de endeudamiento adecuado para la actividad desarrollada". Sus expectativas para este ejercicio eran una mejora en los resultados pese a las previsiones poco optimistas en cuanto a la economía general.
Además el grupo mantiene su inversión en sus nuevas instalaciones en el Parque Empresarial El Pla de Alzira, que espera que estén listas "en el segundo semestre del ejercicio 2023". La empresa familiar posee una parcela de más de 100.000 metros cuadrados para su nueva sede y servicios centrales.