
Vodafone España alberga en sus cuentas un tesoro tributario al alcance de aquella compañía que se anime a adquirirla. Se trata de créditos fiscales por valor de 5.600 millones de euros. Es decir, la empresa que se adueñe del operador de Zegona podría reducir su factura del Impuesto de Sociedades durante los años que registre beneficios, con sus correspondientes limitaciones y plazos. Esa situación queda ahora lejos de Vodafone España, abonado a los 'números rojos', pero no de cualquier otro comprador con resultados boyantes. Y ante ese escenario de hipótesis, las miradas del mercado apuntan directamente hacia Telefónica. De hecho, su presidente Marc Murtra ha reconocido la intención de su grupo de iniciar desde España su pretendido proceso consolidador en el sector. Por lo tanto, si el grupo Telefónica planea la integración de su rival, puede estar seguro de que la criatura llegará a la sede del Distrito C con un pan debajo el brazo.
El referido aliciente formará parte de la ecuación que la multinacional española presumiblemente despejará los próximos meses, dentro de la revisión estratégica que desvelará durante el segundo semestre del curso. Y lo mismo sucederá en el bando vendedor ya que -si llega el caso- intentará poner en valor esa hucha en el proceso de negociación y así obtener cierto rédito en un potencial proceso de venta. "Se trata de un activo muy valioso", apuntan a este periódico fuentes del sector, para sugerir que necesariamente contribuirá en el peritaje de la sociedad, ya sea de forma directa o indirecta. Según ha podido comprobar elEconomista.es, los referidos activos diferidos corresponden a las bases imponibles negativas que acumula el operador rojo desde hace poco más de once años.
Hay que remontarse a mayo de 2014, cuando Vodafone España adquirió la compañía Ono a cambio de 7.200 millones de euros. En aquel momento, afloraron unos créditos fiscales de 3.340 millones de euros, alcancía que Vodafone heredó junto con los clientes y las redes del operador de cable. Desgraciadamente para Vodafone, las previsiones de negocio se truncaron desde el principio y, lejos de canjear el peculio a través de descuentos en el pago de impuestos, la compañía los fue incrementando pesarosamente en otros 2.300 millones de euros en años sucesivos, procedentes de los deficitarios rendimientos de la entonces filial española del gigante británico de las telecomunicaciones. Esos activos fiscales latentes ni mucho menos han pasado inadvertidos para Telefónica y sus asesores, especialmente porque se trata de una cuantía que carece de fecha de caducidad.
Marc Murtra, presidente de Telefónica, declinó pronunciarse recientemente sobre las potenciales oportunidades de crecimiento de su grupo en suelo español a través de la compra de Vodafone. En sus palabras, aquellos son asuntos de "especulación". No obstante, el primer ejecutivo de la teleco dejó la puerta abierta a las interpretaciones. En concreto, Murtra confesó que conviene negar públicamente cualquier intención de adquirir una empresa sobre la exista un interés real, para así evitar que "la contraparte suba el precio".
Fuentes del sector aseguran a este periódico que, hasta la fecha, no existen ofertas sobre la mesa y que "no se han producido acercamientos entre los dos operadores con fines a una eventual integración". De hecho, desde Vodafone no están dispuestos a terminar una fiesta que acaba de empezar y que promete pingües beneficios en los próximos meses. Los crecimientos acelerados en la acción de Zegona se aprecian en la bolsa de Londres, con revalorizaciones del activo del 172% en un año y superiores al 20% en los dos últimos meses, hasta los 732 peniques y con proyección de crecimiento hasta los 1.000 peniques en los próximos meses, según coinciden los analistas, todos ellos con recomendaciones de compra
La legislación española vigila que el disfrute de los créditos fiscales solo se aplique cuando la empresa adquirida -y que haya generado pérdidas- mantenga su actividad económica durante los siguientes años a la adquisición. El tipo impositivo del Impuesto de Sociedades en Telefónica España se cifra en el 25%. El operador pagó a los fiscos de los mercados en los que opera casi 900 millones por los Impuestos de Sociedades, pero el grupo no desglosa este tributo por geografías. No obstante, se puede estimar que dicha carga podría representar en España casi un tercio del total, cerca de 300 millones anuales, ya que la filial aporta el 31% de los ingresos del grupo y el 35% del ebitda.
Según los datos compartidos por Murtra en su comparecencia en el Congreso del pasado jueves, Telefónica aportó a las haciendas públicas españolas un total de 2.808 millones de euros en tributos, de los que 2.033 millones correspondieron a impuestos indirectos y 775 millones a tributos soportados.
A modo de ejemplo, Telefónica generó créditos fiscales de 2.200 millones en Alemania, por la pérdida de valor de las licencias de UMTS en aquel país, materializadas durante años tras la creación de Telefónica Alemania. También propiciaron incentivos fiscales para la teleco la venta con minusvalías multimillonarias de Terra Lycos.
Semana clave para la FibreCo
Esta semana se presume decisiva para la 'fibreco' que comparte el grupo MasOrange y Vodafone España ya que ambos operadores esperan recibir las ofertas vinculantes de los inversores financieros interesados por participar en la mayor compañía de fibra de Europa. En la puja se espera a los fondos KKR, GIC y Brookfield, firmas de inversión que pugnarán por una sociedad valorada en 7.000 millones. Según el pacto de las dos 'telecos', MasOrange tendrá una participación del 50%, Vodafone el 10% y el tercer accionista un 40% a cambio de 2.800 millones de euros. Los ingresos que obtenga MasOrange se destinarán a la reducción de deuda y los de Vodafone ayudarán a reducir su apalancamiento y a proporcionar un retorno del capital a Zegona.