
La familia Escribano aspira a convertirse en el primer accionista de Indra al mismo nivel al menos que la Sepi, que tiene una participación del 28% del capital. La tecnológica ha encargado a KPMG un plan para llevar a cabo la integración de Escribano Mechanical & Engineering (EM&E) en una operación que se llevaría a cabo a través de un intercambio de acciones por el que valoraría la empresa con sede en Alcalá de Henares en el entorno de los 1.000 millones de euros, de acuerdo con las primeras estimaciones. Fuentes próximas al proyecto explican que si la fusión de las dos compañías sale adelante, EM&E, que tiene actualmente el 14,3% de Indra, alcanzaría así casi el 30%, el límite para eludir el lanzamiento de una OPA.
Con semejante peso accionarial en la multinacional, el futuro de Indra quedaría en gran parte sobre las manos de la familia Escribano, al margen del color cambiante de los gobiernos dueños de la Sociedad Española de Participaciones Industriales (Sepi).
El problema de valoración es que, a falta de las cuentas de 2024, esos mil millones suponen 80 veces el resultado de explotación de Escribano en 2023 e implicaría, además, afrontar un multiplicador por beneficio (PER) tres veces mayor de que que actualmente desembolsan los accionistas por Indra. Ayer, tras conocerse los planes de integración, las acciones de la tecnológica se hundieron un 2,32%, y el precio de la acción bajó a 26,94 euros, con lo que la capitalización de la compañía se sitúa ahora en el mercado en más de 4.759 millones de euros.
No obstante, hay que tener en cuenta también que Escribano está teniendo en los últimos años un crecimiento espectacular y que ha contratado a Boston Consulting Group (BCG) para que le ayude a elaborar un plan estratégico a cinco años con el objetivo de triplicar su facturación. Con una cartera de pedidos que supera los 1.200 millones de euros, el objetivo pasa por alcanzar unos ingresos de cerca de mil millones de euros para 2030.
Todo ello teniendo en cuenta que en 2019 facturaba 44 millones; en 2023, de acuerdo con las últimas cifras publicadas en el Registro Mercantil, alcanzó ya los 115 millones de euros, y el año pasado habría superado los 300 millones, según las propias estimaciones de la compañía. Y es una tendencia que lejos de frenarse, irá a más tras la exigencia del presidente de EEUU, Donald Trump, a sus aliados de llevar a cabo una mayor inversión. Además, Indra cuenta para llevar a cabo la operación con el visto bueno del Gobierno, que pretende impulsar la creación de un gran grupo español de Defensa.
La compañía Indra ha informado al mercado, a través de un hecho relevante, que su consejero delegado liderará el proceso de búsqueda de compañías relevantes en el sector de la defensa susceptibles de aportar "valor añadido" a la compañía. De esa forma, la multinacional española sale al paso de las informaciones aparecidas en los medios de comunicación desde el pasado jueves, confirmando la existencia de un proceso de "análisis de distintas oportunidades", entre las que se incluye la opción de Escribano Mechanical and Engineering (EM&E), así como el cumplimiento de las buenas prácticas de gobierno corporativo.
Esta última aportación viene a señalar, de forma implícita, que las conversaciones de Indra con los posibles candidatos a formar parte del gigante español de la defensa estarán dirigidas por José Vicente de los Mozos, consejero delegado de la multinacional, y en ningún caso por el presidente, Ángel Escribano, hermano del presidente de EM&E, Javier Escribano. De la misma forma, en el caso de que dicha operación llegue al consejo de administración, tanto el presidente de Indra, Ángel Escribano, como el consejero dominical de la compañía, Javier Escribano, en representación de Escribano, deberían ausentarse tanto de las deliberaciones sobre la adquisición como de las eventuales votaciones que pudieran producirse.
A mediados del pasado febrero, la familia Escribano rebajó tibiamente la presión financiera vinculada a su inversión en Indra. En esa fecha trascendió que la empresa especializada en soluciones y equipamiento para la industria de Defensa y Seguridad redujo en 2.677.167 el número de sus títulos en derivados financieros pignorados por la compra de 25.261.587 acciones, equivalente al 14,3% del capital de Indra. En su momento, Escribano redujo las garantías de pago en un 1,51% respecto al total del capital invertido en la tecnológica.
A precios actuales de mercado, el 14,3% de Escribano en Indra tiene una valoración de mercado de 680,5 millones de euros, una vez que los títulos de la tecnológica cerraron ayer con un precio de 26,94 euros, tras una caída en la sesión del 2,32%.
Revalorización de hasta el 128,3%
Los hermanos Ángel y Javier Escribano irrumpieron en el capital de Indra en mayo de 2023, con la compra del 3% del capital de la multinacional que entonces presidía Marc Murtra, y con una inversión de 65 millones de euros. Desde entonces hasta ayer, la revalorización de ese primer capital ha superado el 128,3%. En noviembre de 2023, Escribano invirtió otros 110 millones de euros para elevar su participación en Indra hasta el 8%, cuando la cotización rondaba los 16,5 euros por título, lo que proyecta una revalorización desde entonces del 63.5%.
Escribano cuenta con una plantilla de casi 1.300 profesionales y centra su apuesta estratégica sobre "la cohesión territorial", con centros en Madrid, Huesca, Córdoba, Asturias, Cádiz y Valencia.
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