Telecomunicaciones

Fallece César Alierta, expresidente de Telefónica

César Alierta, expresidente de Telefónica ha fallecido este miércoles en la Clínica Quirón Salud de Zaragoza, a los 78 años de edad, como consecuencia del agravamiento de una pulmonía, según han confirmado fuentes cercanas de una de las personalidades empresariales más relevantes de principio de este siglo. Entre los hitos de Alierta sobresale su gestión al frente del mayor operador español de telecomunicaciones, cuyo mando lideró entre julio de 2000 y abril de 2016. También fue presidente del desaparecido Consejo Empresarial para la Competitividad, un 'think tank' que durante años agrupó a las mayores empresas del país y cuyo objetivo consistió en ayudar a la recuperación económica y al fortalecimiento de la confianza internacional en España.

Con anterioridad a su paso por el operador de telecomunicaciones, Alierta presidió Tabacalera, periodo 1991-1996 en el que culminó la fusión de la antigua empresa pública con Altadis. La obsesión de Alierta por anticiparse al futuro y adaptar sus organizaciones a las nuevas necesidades del mercado y de los consumidores marcaron impronta en sus empresas. Y ese legado también quedó en herencia a sus sucesores, como fue el caso de José María Álvarez-Pallete en Telefónica, compañía cuya fundación también presidió Alierta tras su relevo en la empresa. Precisamente el presidente de Telefónica expresó a su antecesor el cariño y admiración de toda la familia Telefónica. "Tienes aquí a mucha gente que te quiere. Has recibido tantos premios durante tu carrera que hemos decidido darte uno que tú mismo creaste cuando empezaste a fusionar lo real con lo digital y por eso hoy eres telefónico de honor", apuntó Álvarez-Pallete.

El último gran acto público que protagonizó Alierta Fue la gala del premio José Echegaray, en abril de 2022, con el que elEconomista.es distingue anualmente la trayectoria de los directivos que con más eficacia y empeño han contribuido en la defensa y promoción de la empresa. En dicho acto, Alierta recalcó la importancia de la digitalización en la prosperidad de las sociedades. Así, el empresario recordó que Telefónica fue una de las primeras empresas en España en apostar por la tecnología y la innovación. "En 2010, reuní al comité ejecutivo de Telefónica y decidí hacer una unidad digital, y el comité me miró mal, creo que pensaban que estaba loco. Pero nosotros en esa época teníamos que adelantarnos. Cuando empezamos no teníamos ni idea, pero a base de errores se aprende", explicó el ex presidente de Telefónica. "Lo tenía entonces muy claro y lo sigo teniendo ahora, el futuro de la humanidad pasa por la digitalización. Esto significa progreso, riqueza y solvencia", apuntó.

En el verano de 2020, Alierta sufrió una parada cardíaca por la que ingresó en un hospital de Madrid. Tras superar una situación de coma inducido, Alierta recuperó plenamente su salud y dejó atrás otros episodios cardiovasculares, entre ellos una angina de pecho y diversas intervenciones quirúrgicas para desobstruir las arterias coronarias a través de stents. En plena forma, Alierta concentró su actividad personal en el desarrollo de la educación entre los menores más desfavorecidos.


Telefónica, la mayor multinacional


Durante su etapa como presidente de Telefónica, Alierta convirtió a la teleco en la mayor multinacional del país, entonces con presencia en más de 20 países, tras multiplicar la cifra de clientes desde 68 millones a más de 322 millones. También ha diversificado su compañía, tanto en negocios como en países. De esa forma, mientras que en el año 2000 más de la mitad de los ingresos de Telefónica procedían de fuera de España, en 2015 la cifra se elevó al 75%.

En España, Alierta comandó la revolución de la telefonía móvil y la banda ancha. Así, entre las decisiones de mayor calado consistió en emprender en el año 2000 un proceso de simplificación de la estructura de los negocios de la operadora, orientándola hacia la integración de servicios y a los negocios clave del sector de las telecomunicaciones. Más adelante, en 2002, "fue el primer gestor de una operadora de telecomunicaciones en reconocer que lo que se había pagado en los años de la burbuja tecnológica por las licencias UMTS en Europa ya no tenía ese valor, tomando por tanto la necesaria decisión de limpiar el balance de la operadora de activos cuyo valor se había calculado bajo premisas poco realistas", según recuerdan fuentes del operador. De lo acertado de las anteriores decisiones, que luego imitaron otras grandes operadoras europeas, "es muestra la sólida situación financiera que obtuvo para Telefónica que, en 2004 y 2005, pudo abordar operaciones de expansión internacional, como la compra de los activos de BellSouth en América Latina, la de activos europeos y su primera incursión en el sector de las telecomunicaciones en China", añaden las mismas fuentes.

Alierta nació el 5 de mayo en Zaragoza, miembro de una de las familias más relevantes de la capital aragonesa. Era hijo y hermano de representantes públicos. Su padre, Cesáreo Alierta, fue alcalde de Zaragoza en los años 60, además de presidente del Real Zaragoza, mientras que su hermano Mariano fue senador del PP y diputado por la UCD. Se licenció en Derecho por la Universidad de Zaragoza e inmediatamente después, en 1970, viajó a Nueva York para cursar el Máster en Administración de Empresas por la Universidad de Columbia. En su trayectoria también consta la responsabilidad de Alierta como miembro del Consejo de Administración de China Unicom, así como consejero independiente, presidente de la Comisión de Retribuciones y vocal de la de Comisión de Nombramientos en el Consejo de Administración de International Consolidate Airlines Group (IAG). Formó parte además del Columbia Business School Board of Overseers y es académico de Número de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras de España. En esta última institución, Alierta defendió en su discurso de acceso el mundo digital y las TIC como protagonistas de la gran transformación de la economía, cultura y sociedad del siglo XXI.

En su biografía se incluye la mancha del denominado Caso Tabacalera, contencioso por el que la Audiencia Provincial de Madrid consideró probado el delito de uso de información privilegiada cometido por el empresario y su sobrino Plácer, para acto seguido absolver a los mismos tras aceptar la prescripción del referido delito.

Alierta fue el accionista mayoritario del equipo de fútbol de sus colores, el Zaragoza C.F., a través de la Fundación 2032, junto a la familia De Yarza, propietaria del grupo de comunicación Henneo y matriz del periódico El Heraldo de Aragón. Además, en compañía de otros empresarios afines, el empresario adquirió la estación de esquí oscense de Candanchú a través de la sociedad Ibernieve Aragón. El pasado verano también trascendió la inversión de Augustus Capital, el sicav de la familia de César Alierta, en la toma de una participación en Ferrovial valorada entonces en casi 3,5 millones de euros. Entre el resto de posiciones del sicav de los Alierta en bolsa destacaban el pasado julio inversiones en Amazon, Mercedes-Benz, Pernord Ricard, Alibaba, Adidas, Thales, Volkswagen, Vinci, Alphabet, Danone o Schneider.

Su pasión por las finanzas y su debilidad personal por la actividad de los mercados de valores se reflejó en su actividad como director general del área de Mercado de Capitales en el Banco Urquijo de Madrid. Fueron 15 años, entre 1970 y 1985, en los que Alierta pudo conocer de primera mano los entresijos de la inversión. Posteriormente fue presidente-Fundador de la sociedad Beta Capital, puesto que a partir de 1991 compaginó con la presidencia del Instituto Español de Analistas Financieros. También fue miembro del Consejo de Administración y de la Comisión Permanente de la Bolsa de Madrid. Su ascenso a la primera fila empresarial se produjo en 1996, cuando Alierta accede a la presidencia de Tabacalera. El entonces fumador, convirtió la empresa tabaquera en referente mundial al promover la fusión transfronteriza con la compañía francesa Seita.


Reconocimientos


Posiblemente, Alierta fue uno de los gestores españoles más premiados la primera década del siglo XXI. Entre sus reconocimientos se encuentra la Medalla de Oro de la Americas Society, de junio de 2010, en reconocimiento a su contribución al crecimiento y desarrollo de Latinoamérica. Aquel galardón convirtió a Alierta en el primer español y la primera persona de fuera del continente americano en recibir dicho reconocimiento a las personalidades que trabajan por el progreso del continente. Ese mismo año, fue valorado como el mejor presidente ejecutivo de España según Thomson Extel Survey 2010 y ascendió al podio en la clasificación de líderes de Merco-Monitor Empresarial de Reputación Corporativa.

Cinco años antes, también en Nueva York, Alierta recibió el premio "Empresario Español Global", otorgado por la Cámara de Comercio de España-Estados Unidos. Este galardón es un reconocimiento a la gestión desarrollada en la Compañía que ha permitido la entrada del Grupo Telefónica en el índice bursátil Dow Jones Global Titans 50 de Nueva York. De hecho, Telefónica ejerce de pionera en España y en Europa al formar parte de tan distinguido elenco. Junto a lo anterior, Alierta fue presidente del Consejo Social de la UNED, recibió el galardón Premio Tiepolo, otorgado por las Cámaras de Comercio de Madrid e Italia. En 2009, la asociación Empresarial Aragón Exterior (Aragonex) reconoció a su paisano como uno de los empresarios aragoneses de mayor proyección internacional. Tanto el Ayuntamiento de Zaragoza como la patronal catalana (Cecot) rindieron honores al ejecutivo, el primero con la medalla de oro de la ciudad y la segunda con la distinción por su trayectoria profesional y por su aporte al mundo económico y empresarial. La Cámara de Comercio Alemana para España le concedió el Premio Hispano-Alemán a la Excelencia Empresarial, los lectores de "Global Telecoms Business", le eligieron como uno de los cinco ejecutivos más influyentes del mundo. En noviembre de 2013 ingresó como académico de número en la Real Academia de Ciencias

El expresidente de Telefónica dejó su impronta en multitud de detalles de un gigante obsesionado por un buen puñado de mandamientos. La excelencia de su labor se reflejó directamente en la eficacia de la organización y sus acciones identifican a aquellos líderes que generan mayor valor para sus empresas. Esto último lo corrobora un estudio de Advice Strategic Consultants que situó a Alierta al frente del escalafón en cuanto a la contribución del primer ejecutivo en el éxito de su grupo. Detrás de Alierta se situaron Pablo Isla, presidente de Inditex e Isidre Fainé, presidente de Caixabank.

En los últimos años, Alierta mostró especial atención a todo lo relacionado con la educación y la formación digital. Lo convirtió en un objetivo prioritario. "Sin educación no hay progreso y el desarrollo de la educación digital va a favorecer la igualdad de oportunidades y de formación", explicó Alierta antes de señalar que la mayor parte de las profesiones de nuestros hijos y nietos todavía están por crearse. "En el mundo hay 50 millones de niños que no pueden ir a la escuela, sin posibilidad de salir del agujero, pero con la educación digital la cosa va a cambiar, ya que Telefónica va a ser el grupo que va a mover esto y estoy convencido de que nos van a seguir todos", explicó. También mostró su preocupación por la deriva de la universidad española, ajena en muchos casos a la oleada de digitalización que sacude al mundo. "El problema es que la universidad española y sus profesores son endogámicos, no quieren aprender, no se percatan de que se requiere ser digital e interactivo, lo que era bueno en los años 60 no sirve en la actualidad", explicó para indicar que la formación digital en los que está trabajando Telefónica va a permitir "que en cualquier sitio se pueda seguir el curso más avanzado del mundo".


"La información de nuestros clientes pertenece a nuestros clientes y estos necesitan recuperar su soberanía digital, es decir, ser dueños de su vida digital"


La sencillez organizativa fue otro de los rasgos de identidad que Alierta quiso transmitir a su compañía. Su última reestructuración de Telefónica, de febrero de 2014, ya orientó las estructuras hacia el cliente, con la incorporación de la oferta digital en todas las políticas comerciales y con la mayor visibilidad para los operadores locales. El empeño consiste en acercar al terreno el centro de decisión corporativo, reforzando las áreas transversales para mejorar la flexibilidad y la agilidad en la toma de decisiones.

En sus últimas intervenciones públicas, Alierta dejó patente su profunda preocupación por el uso y abuso de la información confidencial por parte de los nuevos gigantes tecnológicos, mensaje con plena vigencia casi diez años más tarde. "La información de nuestros clientes pertenece a nuestros clientes y estos necesitan recuperar su soberanía digital, es decir, ser dueños de su vida digital. Ante esa situación, nosotros usaremos esos datos en su favor y con su consentimiento y eso nos va permitir hacer propuestas de valor para ellos". Su tono de voz se agriaba cuando llegaba a sus oídos la actividad de Facebook, Google o Apple, que atesoran auténticos monopolios construidos sobre las redes de los operadores tradicionales de telecomunicaciones sin apenas contribuir en el ecosistema. Alierta fue el directivo que con más contundencia y perseverancia denunció las asimetrías regulatorias que disfrutaban estas firmas estadounidenses. En numerosas ocasiones denunció la escasa capacidad inversora de los colosos estadounidenses frente al esfuerzo continuo de las telecos.

Alierta gobernó Telefónica en tiempos de penurias macroeconómicas y en épocas de bonanza. Entre las primeras destaca la crisis crisis global de los mercados, que afectó de forma especial al sector financiero y que se extendió de forma inevitable a todos los sectores de actividad, también al de las telecomunicaciones. En este contexto, Alierta anunció en mayo de 2012 la necesidad de tomar decisiones difíciles pero necesarias para mantener el liderazgo. De esa forma, puso en marcha la gestión proactiva de la cartera de activos, que ha supuesto poner el foco en los mercados que mayor valor reportan a la Compañía, así como la suspensión del dividendo durante un único ejercicio y de manera puntual. El ejercicio 2012 suponía así el punto de partida de un proceso de transformación de dos años destinado a reforzar la compañía, su potencial de crecimiento y su posición financiera. El proceso de transformación iniciado en 2102 alcanzó su cénit en 2015. En ese ejercicio, Telefónica puso sobre el tapete un nuevo plan estratégico de la compañía para los próximos años. Bajo el lema, Elige todo, Telefónica se propone convertirse en una Onlife Telco, una compañía totalmente orientada al cliente, que impulsa las conexiones de la vida para que las personas elijan un mundo de posibilidades infinitas. Durante la presentación de este programa en el último encuentro de directivos, celebrado en Madrid, Alierta explicó que Telefónica ha redoblado su nivel de ambición, y que entra en una nueva etapa de crecimiento, apalancada en la mejor evolución orgánica.

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