Telecomunicaciones

¿Acabarán los saudíes sentados en Telefónica? Así fue la jugada de Etisalat en Vodafone

  • El grupo de Abu Dabi tiene un puesto en el consejo de la operadora británica ...
  • .... pese a que entró en 2022 sin "intenciones de influencia y control"
  • ... y podría alcanzar dos puestos si eleva su participación al 20%

El desembarco de la saudí STC en Telefónica invita a analizar estrategias similares y tomas de participaciones de otros grupos árabes en las grandes telecos europeas. Durante los últimos años, su maltrecho recorrido en bolsa y las significativas caídas de capitalización han auspiciado entradas "no solicitadas" de accionistas con paquetes significativos. Es el caso de Altice en BT y de Virgin y el empresario francés Xavier Niel (dueño de la operadora Iliad) en Vodafone. Pero la gran incursión en el foco es la "aproximación amistosa" del gigante de las telecos de Abu Dabi Emirates Telecommunications (Etisalat) en la citada multinacional británica, donde ya controla el 14,6% del capital y podría elevar su presencia hasta el 20% o 25%. Los paralelismos entre aquel desembarco saudí y el protagonizado ahora en Telefónica resultan, sin duda, sorprendentes.

La entrada de Etisalat en Vodafone se inició en mayo de 2022 cuando la multinacional emiratí, que cotiza en la Bolsa de Abu Dabi, desveló una participación del 9,8% tras invertir casi 4.230 millones de euros en la operadora británica. El mismo porcentaje adquirido por STC Group, que ha comprado el 9,9% de Telefónica convirtiéndose en su mayor accionista.

Poco después, el grupo saudí escaló al 11% alentando las especulaciones sobre una posible opa. La firma árabe se consolidó como primer accionista, por delante de BlackRock, Vanguard y HSBC, en horas vulnerables y especialmente bajas. En pleno enfrentamiento entre Vodafone y Cevian Capital AB y envuelta en una grave crisis que generó la dimisión de su consejero delegado, Nick Read, ante los malos resultados y el lastre de su evolución en Bolsa, donde ha caído cerca de un 55% en el último lustro. Las dificultades de la operadora llevaron a la salida de Read y, tras meses de interinidad, el consejo ratificó como nueva CEO a Margherita Della Valle. Entonces, Vodafone capitalizaba unos 28.000 millones y actualmente ronda los 25.000 millones. La caída se aproxima al 11%.

Sorpresa en el Consejo

En un hecho relevante remitido a las autoridades bursátiles de Reino Unido, Etisalat, con sede Emiratos Árabes Unidos (EAU), descartó expresamente su intención de presentar una opa por Vodafone (alegando estar restringida por la actual legislación británica) y rechazó cualquier intención de "ejercer control o influir en el consejo y el equipo directivo". Sin embargo, la gran sorpresa llegó apenas un año después con su desembarco en el consejo de administración de la operadora británica. El tiempo desveló, por tanto, que sus propósitos eran otros. 

En un hecho relevante remitido a las autoridades bursátiles de Reino Unido, Etisalat rechazó cualquier intención de control o influencia en el consejo de Vodafone

El pasado mes de mayo, el gigante de las telecos de Abu Dabi Emirates Telecommunications suscribió un acuerdo con Vodafone por el que el consejero delegado de la firma árabe, Hatem Dowidar (antiguo directivo de la compañía británica), se incorporó al consejo de Vodafone como consejero no ejecutivo.  La letra pequeña detalla que  Etisalat mantendrá la posición en el consejo siempre y cuando no disminuya su participación del 14,6%. Además, en caso de que alcance el 20% tendrá la capacidad de nombrar a un segundo director no ejecutivo independiente en Vodafone.

En el mercado se especula con que el grupo podría estar interesado en hacerse con los activos africanos de Vodafone, agrupados en la filial Vodacom, es decir, la parte del negocio que más crece y con mayor potencial. De momento, ambas operadoras han llegado a un acuerdo comercial por el que trabajarán juntas en la prestación de servicios a grandes cuentas, tanto multinacionales como administraciones públicas, y en la coordinación de sus adquisiciones de suministros.

Etisalat se define como un inversor estratégico a largo plazo, con un "respaldo completo" a la actual dirección de la firma británica y su plan de negocio. "Queremos construir una colaboración mutuamente beneficiosa con Vodafone, con el objetivo de impulsar la creación de valor en ambas empresas, explorar oportunidades en el cambiante mercado global de las telecomunicaciones y respaldar la adopción de una nueva generación de tecnologías". En estos términos se expresó el propio consejero delegado de Etisalat, Hatem Dowidar.

Precisamente, la entrada de STC en Telefónica también se ha iniciado sin intenciones expresas de toma de control de la operadora española. La propia Calviño se refirió al "carácter amistoso" de la adquisición pese al shock producido y a la sorpresa de su cúpula y principales accionistas.

Pero los planes últimos de la saudí y la cuestión de si podría plantearse elevar su participación por encima del 10% (ahora tiene el 9,9%), un movimiento para el que necesitaría el beneplácito del Gobierno de Pedro Sánchez por el recién estrenado escudo antiopas, sobrevuela estos días el mercado. El tiempo dirá.

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