
La irrupción del Vox en el Congreso, el alza del PSOE y Ciudadanos y el hundimiento del PP abren la puerta a empezar de cero el concurso de RTVE y perpetuar a Rosa María Mateo en el poder o, por lo menos, la figura del administrador único temporal. El concurso pública para elegir al Consejo de Administración y al presidente de la Corporación de radiotelevisión arrancó en julio del año pasado con un arco parlamentario muy diferente al que han arrojado las urnas el pasado domingo. Un cambio de pesos que, unido al bloqueo del proceso, que tendría que haberse resuelto en septiembre de 2018, ha llevado a algunos partidos a plantear empezar desde el principio el proceso y elegir una nueva mesa de expertos acorde con el resultado electoral, informan fuentes parlamentarias.
No en vano, el PP, que ha perdido 71 diputados, eligió a sies miembros de la mesa mientras que el PSOE, que ha ganado 38 escaños y ahora es la fuerza más votada, sólo participó en la elección de cuatro. Ciudadanos es otro partido que ha crecido mucho y busca que su nueva representación parlamentaria se refleje en la mesa. En esta línea, PSOE y Podemos defendieron elevar de 12 a 17 el número de miembros de la mesa para representar la pluralidad del Congreso y que los grupos parlamentarios más pequeños pudieran participar. En este caso, Vox, con 24 diputados y grupo propio, tendría derecho a elegir algún miembro.
El futuro del concurso público está ahora en manos de las Cámaras (Congreso y Senado), ya que cuando se disolvió el Parlamento las mesas votaron trasladar a las mismas el expediente en el momento procedimental en el que se encontraba (con el informe de los candidatos hecho y la lista corta impugnada) para que, una vez formado el Gobierno, eligieran qué hacer con él, si continuar o empezar de cero. La mesa tuvo la oportunidad de aprobar su cancelación, pero optó por dejar la pelota en el tejado de las nuevas Cámaras Alta y Baja, que son muy distintas.
Empezar de cero, como abogan algunos partidos con los que ha hablado este periódico, podría retrasar la resolución del concurso hasta 2020, como pronto, pero retomarlo desde donde está tampoco asegura una rápida renovación de la cúpula, ya que la elección de los miembros del consejo de RTVE necesita el visto bueno de un arco parlamentario cada vez más dividido. Así, en primera vuelta se precisa una mayoría de 2/3 y, en segunda, mayoría absoluta (176 escaños) lo que obliga al PSOE (123) a pactar la renovación, bien con Ciudadanos (57 escaños) o el PP (66 diputados), algo bastante difícil, o bien con los independentistas, un extremo que Sánchez quiere evitar, y Podemos. Una situación que se puede complicar aún más si el partido de Pablo Iglesias vuelve a pedir el control de la tele pública como peaje para pactar un Gobierno.
Rechazo a Rosa María Mateo
El nuevo bloqueo al concurso público ha puesto en alerta a una parte de la plantilla de RTVE, que lleva meses exigiendo la destitución de Rosa María Mateo, la administradora única temporal nombrada en junio del año pasado. Sindicatos como SI y UGT solicitan que los partidos firmen un pacto de Estado que permita destituir a Mateo y nombrar un nuevo presidente que tenga un perfil de gestor y no sólo de periodista. El conflicto con el debate electoral, que dejó en evidencia la ascendencia del Ejecutivo de Sánchez sobre la gestión de la radiotelevisión fue la gota que colmó el vaso y obligó a CCOO y a los trabajadores que habían aupado a la administradora a plantarse y unirse a las protestas de sus compañeras.
"Es una mala gestora. Creemos que no es una persona con la capacidad para llevar la gestión económica, empresarial e incluso del personal. No está capacitada para dirigir RTVE en un momento de cambio tecnológico tan rápido y además tiene una actitud tan impositiva e intransigente que hace imposible cualquier cosa", explican fuentes sindicales. Así, a la caída de la audiencia se suman los problemas que están teniendo para subirse a la ola de la modernización.