
Tras el convulso debate del pasado lunes en RTVE, Rosa María Mateo ha tratado de calmar los ánimos de los trabajadores de la casa, ante sus críticas por plegarse a las exigencias del PSOE e intentar contraprogramar a Atresmedia.
Con esta idea, la administradora única ha mandado una carta a la plantilla para trasmitir su satisfacción con el trabajo realizado. En la nota se ensalza también la audiencia obtenida y "el servicio público llevado a cabo". No obstante, parece que Mateo no ha logrado su objetivo de calmar los ánimos. Lejos de tender puentes con sus trabajadores, la carta solo ha servido para evidenciar la enorme tensión que se vive en el ente público. "No se puede solucionar con una carta la pérdida de imagen y credibilidad que para RTVE tiene acceder a la manipulación", dicen en la corporación. Otros profesionales de la casa comentan que el debate y la posterior misiva solo ha servido para corroborar la insostenible situación de Mateo. De hecho, las presiones de altos directivos para que dimita son notorias y algunos empiezan a hacer quinielas sobre la fecha que Mateo elegirá para abandonar el ente público. "Aguantará hasta las generales. Pero a partir de ahí no tardará en irse, aunque siguiera gobernando Pedro Sánchez", pronostican fuentes de RTVE.