Tecnología

Es tendencia y es lo correcto: miles de familias en España se organizan para dejar a los adolescentes sin móvil hasta los 16

Queramos asumirlo o no, los teléfonos móviles se han convertido en una pandemia, que ha hecho que prácticamente toda la sociedad (sin importar edad, clase o lugar) esté adicta a este dispositivo en mayor o en menor medida. Pero es que aunque sea minutos u horas, todo el mundo puede estar fácilmente atrapado en su smartphone durante el día.

El problema ha sido que nos han introducido este aparato como una herramienta, y ahora lo vemos, al mismo tiempo que lo hemos convertido nosotros mismos, en una que es indispensable en nuestra vida. Lo usamos para hablar con nuestros seres queridos, para pagar, para viajar, para entretenernos e incluso para trabajar, lo que hace que siempre lo tengamos que tener ahí.

Si bien es cierto que el móvil en sí no es adictivo, sino que más bien son las apps que están diseñadas para que pasemos el mayor tiempo posible en ellas, al final el problema es tenerlo entre las manos porque vamos a utilizarlo y dejar el resto de cosas de lado. Y si para los adultos esto ya supone un serio problema, las alarmas saltan cuando hablamos del acceso de los menores de edad a esta tecnología.

Porque a nosotros nos ha llegado todo este mundo de internet, redes sociales y demás, ya crecidos y aun así, se desconoce bien el impacto que van a tener sobre nosotros. Por eso, cada vez más expertos e incluso padres se preocupan por el acceso de los más pequeños a los teléfonos móviles.

Por desgracia, es muy cómodo darle el teléfono al niño para que esté un rato calmado y sin molestar, sin embargo, este pronto contacto con los smartphones, es enormemente dañino y puede tener un impacto muy negativo de cara a su crecimiento en diversas facetas de su vida.

Ya de primeras, diversos estudios demuestran que recibir el primer móvil en edades tempranas (antes de los 13) incrementa el riesgo de baja autoestima, dificultades para controlar emociones, pensamientos suicidas y problemas en la diferenciación de la realidad, sobre todo en niñas.

Son muchos los expertos que señalan que los menores de 16 no tienen la madurez suficiente para controlar como se debería una herramienta como un móvil.

"De igual forma que sacamos el carnet de conducir a partir de los 18 años, porque antes no se está preparado para poder responsabilizarse de conducir un coche, tampoco debemos dar un dispositivo móvil a un menor antes de los 16-18 años, dado que acceden a contenidos o aplicaciones para mayores de edad que, en la mayoría de los casos, pueden ser contraproducentes para los menores" señala Francisco Villar Cabeza, coordinador del programa de atención a la conducta suicida del menor en el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona.

Ya en 2024, el Gobierno juntó a un grupo de 50 especialistas y publicaron un informe de más de 250 páginas y 107 medidas para la protección de los menores en los entornos digitales. Entre las medidas más destacadas, encontramos la recomendación de no exponer a los niños de entre 0 y tres años a dispositivos digitales, cuando tienen entre tres y seis, solo en casos de necesidad y puntuales.

Del mismo modo que, los adultos moderen el uso de estos dispositivos cuando estén delante de niños menores de seis años. Si bien a partir de esta edad ya pueden tener contacto con la tecnología, que siempre sea algo secundario y que prioricen "actividades presenciales, vivenciales, deportivas, de contacto con la naturaleza y el entorno físico". De 12 a 16 sí que se permite el móvil, pero sin acceso a Internet, que solo puedan llamar.

Pero esto son recomendaciones, y aunque seguro que ayudan, sigue siendo insuficiente sino se aplican o si no se produce un cambio. El principal impedimento que encuentran los padres para limitar el uso del móvil en sus hijos, es que los menores alegan que sus amigos lo tienen y que sino se quedan excluidos.

Por eso, los padres se están uniendo, y a través de plataformas como la de Adolescencia Libre de Móviles (ALM) se está intentando retrasar la entrega del primer smartphone a sus hijos e hijas y trabajar en el buen uso para aquellas que ya lo tienen.

Este movimiento nació a raíz de la iniciativa surgida en Barcelona (Poblenou), pero ya ha trascendido a más 30.000 familias y profesionales de la salud, educación y tecnología de toda la geografía española. "Nuestro objetivo es propiciar un cambio de paradigma, para que no se perciba como normal y socialmente instalado proporcionar un smartphone a nuestros hijos e hijas en el paso de primaria a secundaria", explican en su página web.

"No hay ni un médico, ni un psicólogo que esté contento con el uso de los móviles por parte de los menores, porque afectan directamente a la salud de la infancia" apuntaba Villar una concentración organizada en Madrid por el Movimiento OFF el pasado mes de junio.

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