Tecnología

Microsoft pasa del modelo barato de DeepSeek: la firma ha invertido tarde en IA y se ha quedado corta

Foto: Canva.

El debate está servido en el mercado. La startup china DeepSeek ha entrado como un elefante en una cacharrería en el mercado de la inteligencia artificial (IA) con su versión low-cost de ChatGPT, dando alas al debate de si las inversiones en centros de datos e IA están siendo excesivas. El revuelo ha coincidido con la presentación de resultados de las grandes tecnológicas y los inversores han aprovechado para analizar esta cuestión. Microsoft ha decepcionado porque sus ventas en la división de nube no han crecido lo suficiente. Sin embargo, la compañía explica que le está ocurriendo lo contrario al sentir generalizado: no es que hayan invertido demasiado en infraestructura para IA, sino que se han quedado cortos. Incluso, habiendo desembolsado cantidades ingentes en todo esto.

Con DeepSeek muchas tecnológicas se han apresurado a calmar los ánimos. Nvidia perdió casi 600.000 millones de dólares en bolsa (el mayor agujero de la historia) tras surgir las dudas sobre la inversión necesaria para entrenar una IA competente. Con esta reacción del mercado, todas las americanas del sector han salido a dar explicaciones. Todas justifican que les viene genial que haya un ChatGPT barato porque así la adopción de la IA va a ser masiva. Microsoft también ha dado ese argumento, pero no es el único. La firma encabezada por Satya Nadella explica que la demanda por parte de los clientes ha sido tan elevada que les ha pillado poco preparados.

"Hemos más que duplicado nuestra capacidad total de centros de datos en los últimos tres años y el año pasado añadimos más capacidad que ningún otro año en nuestra historia", explicaba el consejero delegado, Nadella, tras la presentación de los resultados. Es decir, las inversiones récord del año pasado no fueron suficientes, ni las de los tres años anteriores, lo que podría explicar que durante todo el ejercicio 2025 la compañía va a desembolsar 80.000 millones de dólares más en inteligencia artificial e infraestructura.

La tecnológica ha obtenido el 36,6% de sus ingresos de la nube, 25.544 millones de dólares en el trimestre, según sus cuentas. Es el área que más factura, supone más de un tercio del total y, además, es la que más crece. En concreto, las ganancias en esta división han sido un 19% superiores en tasa interanual. Las cifras explican por qué la mayor capitalizada del mundo está poniendo aquí el dinero.

¿Qué es lo que ha fallado?

Pero según Microsoft, no es la cantidad de millones lo que ha fallado, sino que se ha producido una especie de cuello de botella. Por un lado, pese a que la compañía no ha parado de destinar más y más recursos a la IA en los últimos años, estas inversiones se tienen que materializar y estar disponibles. Es decir, desde que se hace el anuncio, hasta que se compran los chips y se entregan, se empiezan las obras o se pone en marcha un centro de datos pasa tiempo. Ahora es cuando la firma está viendo los resultados de sus últimas inversiones, que poco a poco se están convirtiendo en mayor capacidad.

Sin embargo, todo ese dinero todavía no ha terminado de hacerse realidad. Microsoft espera que lo invertido en los últimos tres años esté completamente listo y en uso en la segunda mitad del presente ejercicio. Aunque una buena parte de los recursos ya están operativos, hay una parte pendiente. Es decir, aunque empezaron a invertir hace tiempo, no estaban lo suficientemente preparados cuando la demanda ha explotado. Por eso, van a seguir invirtiendo para seguir asegurando que tienen suficiente capacidad para el futuro y que esto no les vuelva a ocurrir.

"Cuando digo que hemos tenido limitaciones de capacidad, me refiero a dos cosas. Tienes el tema del espacio (el terreno, los centros de datos o la infraestructura) y los componentes (procesadores, redes). Seguimos en ello", apuntaba la directora financiera, Amy Hood, para aclarar dónde se han quedado cortos.

Aparte, la estrategia del gigante tecnológico tampoco estaba preparada para la demanda de IA de sus clientes. Hood también lo ha explicado y ha adelantado que en los próximos meses se verán los resultados tras afinar el trabajo que están haciendo sus distintos equipos. Con el auge de la inteligencia artificial, los clientes han empezado a valorar cuánto debían gastar en nube tradicional y cuánto en IA propiamente dicha. Ahora, los trabajadores de Microsoft están enseñando a sus comerciales a asesorar sobre estas dudas, de forma que ambas cosas sean compatibles.

En todo caso, la propia compañía se ha tenido que plantear cómo organizar esto, cuánto presupuesto tiene que gastarse en la parte de captación de clientes y marketing solo para la nube y cuánto ha de destinar para el mismo propósito para vender IA. La tecnológica está ajustando este balance; está en transición.

La propia compañía ha reconocido que ha habido un giro: las empresas han pasado de dar forma a los pilotos de IA que necesitarían a implantar la IA en toda su estructura. Por ejemplo, las licencias para usar su software con IA se han multiplicado por diez en el último año y medio, según sus datos.

En ese sentido, los inversores tienen razón en preguntarse cuándo las grandes tecnológicas van a rentabilizar estas enormes inversiones. Microsoft, por muchos millones que ha puesto en circulación, ha llegado un poco tarde. Es decir, la duda ya no solo es si se van a ver los frutos, sino cuándo.

Parece ser que DeepSeek no ha alterado en absoluto la estrategia de inversión de Microsoft, pese a que se está poniendo en duda si esas inversiones son sostenibles. Más allá de ese debate, los analistas de eToro ponen el foco en quién ganará la carrera a largo plazo: "Para Microsoft, el reto está claro: tiene que demostrar a los inversores que puede igualar o superar los avances de China en IA. El debate no es si el gasto en IA es sostenible, sino quién dominará el espacio a largo plazo".

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