Enfrentarte a una multinacional te puede salir caro, y si encima no tienes razón todavía más, esto lo ha aprendido a la fuerza el youtuber "Young Pharaoh" (Jovén Faraón), quien ha sido condenado por una magistrada de California (EEUU) a pagar casi 40.00 dólares por sus "reclamaciones frívolas y sin fundamentos" hacia YouTube.
Las redes sociales son un espacio en el que los usuarios pueden dar sus opiniones y expresar sus ideas, pero no hay que confundir esto, con que este tipo de apps son un lugar para esparcir mensajes de odio e información falsa. Es por ello que este tipo de plataformas tienen moderadores de contenido encargados de supervisar las publicaciones y asegurarse de que cumplen con las políticas y requisitos de estas apps.
Y en el caso de que detecten un contenido que incumpla estas normas, dicha publicación será retirada de la plataforma. Esto es sabido y aceptado por todos los creadores de contenido, pero tal y como recoge Ars Technica parece que este joven llamado Marshall Daniels se ha querido hacer el rebelde y ha salido escaldado.
Daniels es un youtuber conocido por sus vídeos conspiratorios repletas de teorías sin fundamentos científicos. Fue en dos de sus vídeos, uno hablando sobre el asesinato de George Floyd y otro sobre sus teorías antivacunas frente a la Covid 19, cuando sobrepasó los límites de YouTube, lo que llevó a que la compañía propiedad de Google los retirara de la app.
Esta acción enfado a Daniels, quien denunció a YouTube acusándoles de violar sus derechos de la Primera Enmienda debido a que le estaban censurando no porque sus vídeos incumplan la normativa sino porque es lo que "habían pedido desde el congreso".
"Ninguno de sus argumentos es persuasivo, ya que no articuló ninguna teoría jurídica plausible -novela o de otro tipo- para responsabilizar a entidades privadas como agentes gubernamentales en las circunstancias presentadas" determinó la magistrada encargada del caso.
Es por ello que Daniels ha sido condenado a pagarle a YouTube 38.576 dólares en honorarios de abogado por presentar una demanda frívola contra Alphabet, Inc., la matriz de Google y YouTube. Ni el youtuber ni sus abogados han querido comentar la resolución final, pero podemos estar bastante seguros de que no volverá a recurrir que una app elimine sus vídeos.