
Twitter es una de las plataformas más utilizadas en todo el mundo, y trabajar para la compañía requiere una cierta responsabilidad. El ejemplo más reciente es el de Ahmad Abouammo, un exempleado de Twitter que ahora se enfrenta a una pena de entre 10 y 20 años de cárcel por sobrepasar los límites de su trabajo.
El éxito de Twitter reside en que es un espacio para que cada uno se exprese como quiera, aunque algunos digan lo contrario, esta app es una de las más permisivas en lo que se refiere a la tan buscada "libertad de expresión", ya que salvando excepciones sus usuarios pueden decir lo que quieran.
Incluso en países donde su gobierno es más autoritario e intenta controlar la opinión pública, Twitter se ha utilizado como una herramienta para combatir este tipo de censura, ya que permitía a esas personas decir su verdadera opinión sobre el gobierno sin recibir represalias, gracias a que se escondían detrás de un perfil en la red.
La única manera que tienen las instituciones de encontrar quienes han dicho algo malo sobre ellos en una red social como Twitter, es accediendo a la base de datos de esta, pero claro esto es ilegal, y solamente la compañía debe tener acceso a esta información.
Pero esto no es siempre así, y así lo demuestra la historia de Ahmad Abouammo, quien ha sido condenado por el Tribunal de Distrito de EE. UU., Distrito Norte de California (San Francisco) tras ser declarado culpable de filtrar información confidencial a Arabia Saudí.
En 2015, Abouammo era gerente de asociación de medios de Twitter hasta que comenzó a operar en los intereses del país asiático. Según recoge Bloomberg, ha sido condenado a una pena de entre 10 y 20 años por lavado de dinero, conspiración para hacer fraude electrónico y falsificación de registros, pero lo que más ha preocupado ha sido su relación con un asesor del príncipe heredero Mohammed bin Salman.
Se culpa a Abouammo de filtrar información y datos personales de usuarios de perfiles de Twitter que en algún momento han criticado a través de esta app al príncipe. El jurado incluso presentó evidencia de que había sido sobornado con un reloj Hublot y más de 300.000 dólares en transferencias bancarias.
Las autoridades saudíes han sido acusadas de encarcelar y torturar a aquellos que son críticos con sus líderes, mientras que la defensa de condenado niega todo lo ocurrido y acusan a EEUU y a Twitter de "crear un montaje para salvar las apariencias".