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Google Pixel 3a: fotografías como un gama alta pero a mitad de precio

Google ha cambiado de estrategia. A su habitual gama alta que se renueva en el último trimestre del año, le acompaña desde mayo el Pixel 3a, un teléfono que responde a una de las grandes demandas de los usuarios: un smartphone que sea barato pero que tenga una buena cámara de fotos.

El Pixel 3a no es el smartphone más barato del mercado (399 y 479 euros para la versión estándar y XL, respectivamente), pero lo fía todo a una capacidad fotográfica superior a algunos gama alta que duplican su precio así como a un rendimiento fluido gracias a exprimir las capacidades de Android al máximo.

En un momento en el que los grandes teléfonos se prodigan con cámaras múltiples y lentes de muchos megapíxeles, el Pixel 3a se basta con una única lente de 12,2 megapíxeles a f/1,8 para coronarse como una de las mejores del mercado. Hereda la de su hermano mayor, el Pixel 3, que aprovecha un postprocesado muy avanzado con el que se tienen resultados de gran calidad con tan sólo pulsar el disparador. 

Y es que en el smartphone de Google casi más importante que el hardware es el software, pues es en el sistema donde ocurre toda la 'magia'. Las fotografías cuentan con un HDR+ equilibrado que devuelve tomas espectaculares, que cuidan bien la luz y en la que se pueden apreciar bien los detalles.

A la hora de hacer fotografías, destacan por encima del resto dos tipos de tomas que habitualmente venían siendo complicadas para los teléfonos móviles: los retratos y las tomas nocturnas. Con el modo Night Sight el teléfono es capaz de levantar momentos muy oscuros que sería imposible de capturar en otras condiciones, así como el modo retrato con efecto desenfoque está muy conseguido, pudiendo tener imágenes con precisión sin necesidad de adentrarse en modos Pro. [Consulte aquí galería de fotos con ejemplos del Pixel 3a XL]

Con respecto a la cámara frontal, monta una única lente de 8 megapíxeles, con lo que pierde la doble cámara que sí tiene su hermano mayor. Con esto no se pueden hacer selfies panorámicos, pero sí con efecto retrato y en general rinde con soltura.

Menos potencia, igual rendimiento

Con respecto al modelo superior Google ha hecho recortes en potencia, aunque ha logrado que no se note en el rendimiento. En el interior del Pixel 3a se encuentra un procesador Snapdragon 670 y 4 GB de RAM, una configuración que sobre el papel se antoja corta con respecto a otros gama media pero que en la práctica funciona muy bien.

Y es que Google es capaz de exprimir el rendimiento de los componentes al máximo gracias a adaptarse mejor que nadie -faltaría más- a Android. Y es que del mismo modo que cuando uno se hace un traje a medida las hechuras son impecables, lo mismo sucede con el Pixel 3a: el software y el hardware van de la mano para tener un rendimiento sobresaliente.

El rendimiento es rápido, fluido, no se experimentan cierres de aplicaciones, bloqueos o calentamientos. Tanto es así que comparándolo con el modelo de gama alta, las diferencias son mínimas y en ocasiones no se logra diferenciar cuál es el modelo premium a nivel de rendimiento. Sí se nota cuando se abren juegos pesados o aplicaciones exigentes, cuando aumentan los tiempos de carga y tendremos el factor diferencial entre el Snapdragon 670 y el 845 del Pixel 3.

Más allá de la fluidez, en el Pixel 3a tenemos una experiencia Android completa. El asistente y servicios como Google Photos están muy presentes lo que lleva al usuario a abrazar las diferentes soluciones de la compañía. De este modo, si el smartphone se complementa con otros dispositivos en casa como un Google Mini o cámaras Nest, entraremos en un círculo en el que se le puede sacar pleno rendimiento al asistente de la compañía. 

El rendimiento del sistema operativo también se nota en la batería. El modelo que hemos probado ha sido el XL, que tiene una batería de 3700 mAh con la que consigue llegar al final del día sin problemas. Asimismo, dispone de un sistema de carga rápida de 18 W con la que se pueden obtener varias horas de uso con cargas de unos minutos.

Diseño, el gran sacrificado

Para tener una gran cámara la principal concesión que hace el Pixel 3a es en el diseño. Abandona el cristal de su hermano mayor para dar paso al plástico, aunque no es el policarbonato que cabría esperar y el tratamiento que lleva hace que no lo parezca. Es cómodo de usar y se adapta bien a la mano, sin embargo, su parte frontal es mejorable.

El modelo XL monta una pantalla de 6 pulgadas FHD+ OLED a 402 ppp (una resolución de 2.160x1.080) que se hace agradable al uso. Sin embargo, el frontal está poco aprovechado y cuenta con unos grandes marcos que estropean la experiencia inmersiva en el contenido. 

En la parte trasera encontramos el lector de huellas. Google no apuesta así por incorporar el sensor bajo la pantalla y, aunque no es el sitio más cómodo si solemos usarlo sobre una mesa de trabajo, funciona muy rápido y de forma precisa. Como punto a favor del diseño es la incorporación de puerto de auriculares, una salida que recupera y que su hermano mayor no trae.

En suma, Google ha conseguido con el Pixel 3a fabricar un dispositivo que responde a aquellos que quieren tener la mejor cámara sin invertir en exceso. A esta máxima de hacerlo todo por la cámara cabe sumar una experiencia Android redonda, un rendimiento fluido y una amplia autonomía. Como pega está su diseño. Sus líneas se han quedado anticuadas y, pese a tener una buena pantalla, su frontal está poco aprovechado. Por ello, si el diseño no es clave para ti pero sí lo es la cámara, rendimiento, batería y precio, no lo dudes, el Pixel 3a puede ser tu mejor opción.

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