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Fri, 14 Mar 2014 15:51:35 +0100
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La economía de la Eurozona sigue dependiendo de que la demanda global impulse el crecimiento más allá de una recuperación muy lenta. Dadas las amplias brechas de producción en la región (el paro en la Eurozona se sitúa en el 12%), sólo auguramos unos índices de crecimiento del 1,0% y 1,2% en 2014 y 2015, respectivamente, con el origen de casi todo el impulso en Alemania. La periferia de la Eurozona seguirá luchando a duras penas. La recuperación no será lo bastante fuerte como para disminuir el paro o impulsar los precios en esos países, lo que llevará a una inflación continua baja. Nos situamos con el consenso sobre el crecimiento en 2014 y algo más bajos respecto a 2015. Creemos que la demanda seguirá siendo débil en la Eurozona, un problema que un BCE demasiado cauteloso seguramente no va a resolver. Por Christian Odendahl, Brunello Rosa, Dayna Goodwin e Ibrahim Gassambe.