Saludable

Complementos alimenticios para afrontar el invierno

  • Los complementos alimenticios, formulados para paliar estados carenciales, no sustituyen a una dieta variada y equilibrada
  • Está prohibido que estos productos se atribuyan la facultad de prevenir o tratar enfermedades
  • Los toman uno de cada tres españoles
La vitamina D es uno de los complementos nutricionales más consumidos. EE
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Los complementos alimenticios se definen en una directiva del Parlamento Europeo (traspuesta a nuestro ordenamiento jurídico por un Real Decreto de 2009) como "los productos alimenticios cuyo fin sea complementar la dieta normal y consistentes en fuentes concentradas de nutrientes o de otras sustancias que tengan un efecto nutricional o fisiológico, en forma simple o combinada, comercializados en forma dosificada, es decir, pastillas, tabletas, píldoras y otras forma similares, bolsitas de polvos, ampollas de líquido, botellas con cuentagotas y otras formas similares de líquidos y polvos que deben tomarse en pequeñas cantidades unitarias".

Aunque el término correcto es "complemento alimenticio", también se conocen como "suplemento alimenticio" o "complemento nutricional", según Afepadi (Asociación de las Empresas de Dietéticos y Complementos Alimenticios), en donde explican que estos productos, que tienen un efecto beneficioso para el organismo, pueden incorporar vitaminas, minerales, aminoácidos, ácidos grasos esenciales, fibras y diversas plantas y extractos de hierbas. En la organización sectorial señalan que contribuyen a facilitar o ayudar al mantenimiento de una buena salud, siempre que se lleve una dieta variada y equilibrada, se siga actividad física regular y se observen las indicaciones del fabricante.

En la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) definen a los complementos alimenticios como "fuentes concentradas de nutrientes que se presentan con la finalidad de complementar la ingesta de tales nutrientes en la dieta normal, ya que, aunque en circunstancias normales, una dieta adecuada y equilibrada proporciona todos los nutrientes necesarios para el normal desarrollo y mantenimiento de un organismo sano, las investigaciones demuestran que esta situación ideal no se da en la práctica para todos los nutrientes ni para todos los grupos de población".

¿Quiénes los necesitan?

En Afepadi relatan que el consumo de suplementos alimenticios puede ser útil a determinados colectivos que pueden tener falta de uno o más nutrientes, o tener necesidades nutricionales especiales en ciertos momentos de su vida, como mujeres embarazadas, lactantes o con menopausia, gente mayor con movilidad reducida, veganos y vegetarianos, personas con una dieta restrictiva o deportistas con una actividad física intensa. En Mayo Clinic añaden que los suplementos dietéticos también pueden ser adecuados si no se come bien o se consumen menos calorías de las necesarias; se sigue una dieta que limite una categoría entera de alimentos; no se toman de dos a tres porciones por semana de mariscos o pescado que proporcione ácidos grasos omega 3 para la salud del corazón; o bien se padece un trastorno de salud que afecta a la absorción de nutrientes, como una diarrea crónica, alergia a alimentos, intolerancias, o una enfermedad del hígado, la vesícula, los intestinos o el páncreas. Asimismo, están indicados tras una cirugía digestiva cuando no se pueden digerir o absorber bien los nutrientes.

Los más consumidos

Según una encuesta de la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios), los suplementos nutricionales más consumidos en España son calcio, omega 3, magnesio y potasio, vitamina D, multivitamínicos, vitamina C, hierro y vitamina B. Según esta organización, el 30% de los españoles consumen complementos nutricionales, ya sea bajo prescripción médica porque presentan algún tipo de déficit nutricional, o de forma voluntaria para mantener o mejorar la salud.

Por su parte, en Aesan, basándose también en una encuesta de 2019, en la que se incluyen complementos alimenticios funcionales, se evidencia que los consumidores españoles demandan suplementos polivitamínicos y minerales; relajantes para el sistema nervioso en forma de extracto de plantas, melotonina y vitaminas de grupo B; digestivos como probióticos o carbón activo; adelgazantes o de control de peso (extractos de hierbas o glucomanano); laxantes (fibra y laxantes); antiinflamatorios (colágeno y magnesio); diuréticos, hepatoprotectores y para regular el colesterol (ácidos grasos omega 3, glucomanano, monacolina K o quitosano). El resto de complementos, que lideran el consumo con un 42% de las ventas, hace referencia a productos para la menopausia; de nutricosmética (antioxidantes y antienvejecimiento); para aumentar el rendimiento académico, así como suplementos deportivos.

¿Qué dice la normativa?

En Aesan advierten de que, en el caso de los complementos a base de vitaminas y minerales, es esencial que las sustancias químicas que se utilicen en su fabricación no solo no presenten peligro, sino que también estén disponibles para el organismo, por lo que se ha establecido normativamente una lista positiva de estas sustancias. En su fabricación pueden emplearse aquellas que hayan sido aprobadas por el Comité Científico de la Alimentación Humana. El citado organismo remarca que, teniendo en cuenta que los consumidores pueden decidir complementar su ingesta de nutrientes mediante el consumo de estos productos, y considerando que en exceso pueden tener efectos perjudiciales para la salud, es necesario establecer unos niveles máximos y observar las pautas de uso dadas por el fabricante para evitar riesgos entre los consumidores.

En lo referente al etiquetado, la presentación y la publicidad de los complementos alimenticios, estos no incluirán ninguna afirmación que declare o sugiera que una dieta equilibrada y variada no aporta las cantidades adecuadas de nutrientes en general ni atribuirá a los complementos la propiedad de prevenir, tratar o curar una enfermedad; ni se referirá en absoluto a dichas propiedades. En el etiquetado deberá figurar la denominación de las categorías de nutrientes o sustancias que caractericen el producto; la dosis de consumo diario recomendada y la advertencia de no superarla; la afirmación expresa de que no deben utilizarse como sustituto de una dieta adecuada; y la indicación de que el producto se debe mantenerse fuera del alcance de los niños. En línea con lo anterior, desde el organismo Consumo Responde, de la Junta de Andalucía, piden que los complementos alimenticios no se consuman a la ligera y aconsejan consultar con un médico especialista antes de decidirse a ingerirlos. Se insta también a huir de aquellos productos que se anuncien con "efectos milagrosos" o que digan que son capaces de curar patologías. Incluso anima al consumidor a denunciar a quienes lo pregonen.

Pedro Palomo, director de I+D+i de Laboratorios Ynsadiet, especializado en complementos alimenticios bajo las premisas de calidad, seguridad y respeto con el medioambiente, y propietario de la franquicia de productos naturales La Ventana Natural, que comercializa suplementos de fitoterapia, control de peso, alimentación natural o complementos para deportistas, asegura que "por lo general, son productos que pueden ser tomados por cualquier consumidor, ya que nos ayudan a normalizar el equilibrio funcional, aunque sí es verdad que, dependiendo de los ingredientes incluidos en la fórmula, algunos los indicamos para diferentes sistemas orgánicos o posibles déficits alimentarios".

Palomo piensa que seguir una alimentación variada y equilibrada es difícil. "Y, sobre todo con el ritmo acelerado de vida que llevamos; el comer a menudo fuera de casa, las comidas preparadas, etc. Y es ahí donde los complementos alimenticios tienen su lugar en nuestra alimentación". Apunta también que los desequilibrios nutricionales varían de un país a otro, o incluso en diferentes regiones dentro de una misma nación. "Un ejemplo es la vitamina D, muy común en las poblaciones del sur de Europa y el Mediterráneo oriental a pesar del abundante sol". Según diferentes estudios, detalla, "las poblaciones que presentaron los niveles más bajos de vitamina D fueron los bebés, los adolescentes y las mujeres". El investigador afirma que "las deficiencias nutricionales son cada vez más frecuentes en nuestro país, sobre todo en las personas de edad avanzada, en las que se estima que un tercio de ellas padece alguna deficiencia nutricional". Palomo precisa que los "productos más demandados son aquellos que nos ayudan a normalizar el funcionamiento del sistema inmunitario. En Ynsadiet elaboramos complementos que nos ayudan en nuestras defensas: vitaminas como la C, D, y Zinc; jalea real con propóleo y vitamina C, o extractos botánicos. Y en el mundo de la fitoterapia, existen numerosas plantas que han demostrado sus efectos beneficiosos sobre nuestras defensas".

Francesc Tormos, gerente de Ventas en España de Juice Plus+, compañía que comercializa una amplia gama de nutrientes para reforzar el sistema inmunológico, sostiene que "cuando no tenemos tiempo de planificar las comidas, y comemos lo que comemos cuando podemos, los complementos alimenticios pueden ser nuestro aliado para llegar a los requerimientos diarios de algunos nutrientes. Lo importante es fijarse en las indicaciones que nos da el fabricante y seguir sus recomendaciones. Y si tienes alguna enfermedad, dolencia o estás en algún tratamiento, lo mejor es consultarlo con algún profesional de la salud antes de tomarlos".

Antonio Escribano, Catedrático de Nutrición Deportiva y especialista en endocrinología y nutrición, que parte de la premisa de que "todo lo que se usa como 'suplemento alimenticio' ya está en la naturaleza, por lo que con una alimentación todas las necesidades están cubiertas", dice que los suplementos alimenticios "deben tomarlos solamente las personas que lo necesitan y bajo prescripción médica. No debe tomarlo nadie, por el contrario, por autoprescripción. Por otra parte, en muchos casos, su consumo inadecuado puede generar problemas y alteraciones para la salud". Otra experta, la doctora Dolores del Castillo, del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación UAM-CSIC, comenta que "si no los obtienes por la dieta de forma natural, hay momentos: por cuestiones hormonales, estilo de vida, reducción de patologías o el mantenimiento de... en los que se necesitan y pueden ser una ayuda".

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