El pasado mes de junio de 2022, la subcomisión del Congreso de los Diputados daba el visto bueno a la legalización del cannabis con fines terapéuticos en España. A partir de ese momento, se encomendó a la Agencia Española del Medicamento (AEMPS) la elaboración de un documento para que la normativa fuese viable. En un principio se acordó que la fórmula magistral empezaría a distribuirse a finales de año en las farmacias hospitalarias y en aquellas comunitarias que cumplieran con unos requisitos.
Pero el año ha expirado y estos productos todavía no han llegado a las boticas del país. El organismo dependiente del Ministerio de Sanidad disponía de seis meses para encajar las recomendaciones en la normativa actual y hacerlas viables. Esta también tendría que definir los mecanismos para que fuese posible la prescripción y dispensación de estos productos. El problema es que, sin este informe de posicionamiento, la futura ley, que contó con el apoyo de Unidas Podemos, PSOE, Ciudadanos, PNV y PdeCat, se estanca.
A día de hoy, de lo que sí hay constancia es de los pacientes que podrán beneficiarse de este tipo de tratamientos. Se recetará a personas con esclerosis múltiple, algunos tipos de epilepsia, para aquellos con náuseas y vómitos como consecuencia de la quimioterapia; endometriosis, dolor oncológico y dolor crónico no oncológico, incluido el dolor neuropático. "La evidencia científica disponible es limitada en relación con los usos terapéuticos del cannabis y de sus productos, y está restringida a algunos diagnósticos. La investigación aportará luz para poder dilucidar muchos aspectos en el futuro", detallaba el informe aprobado en el Congreso de los Diputados.
El país se sumará a la lista de los 40 territorios (diez en la Unión Europea) donde ya está aprobado el uso medicinal del cannabis. El presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, Jesús Aguilar Santamaria, propuso en el mes de marzo la realización de una prueba piloto en farmacias para garantizar la seguridad y la protección de la salud de los pacientes. Con esta prueba piloto los farmacéuticos pretenden recopilar datos concluyentes sobre la eficacia y seguridad del uso de los productos derivados del cannabis, así como "demostrar las ventajas de su dispensación en farmacias y realizar el debido seguimiento a los pacientes".
La producción de cannabis en España ha experimentado en gran crecimiento en cuestión de dos años, pasando de los 3.920 kilos en 2018 a los 84.000 kilos en 2020. Las nuevas licencias que se han ido aprobando son las responsables de ello. Las nuevas licencias de cultivo autorizadas para investigación y fines médicos pasaron de 2,95 hectáreas cultivadas a 57,43 en el periodo 2018-2020.
Mercado actual
A día de hoy, únicamente existen dos medicamentos admitidos por las autoridades reguladoras. En primer lugar, se encuentra sativex, de la española Almirall, que se utiliza para tratar a pacientes adultos con espasticidad. Dentro de la cartera de fármacos también se encuentra Epidyolex que se utiliza como tratamiento de para dos tipos de epilepsia (síndrome de Lennox-Gastaut y síndrome de Dravet). Jazz Pharmaceuticals explicó a elEconomista.es que actualmente se encuentran nuevos medicamentos en desarrollo y que estos saldrán a la luz en cuatro y cinco años.
Una compañía española, Labiana, también anunció que apostaría por la industria del cannabis medicinal. Desde que cerrase el pasado mes de junio la adquisición del 10,31% de la startup española especialista en cannabis medicinal, Trichome Pharma, los planes de la compañía pasan por cerrar colaboraciones para ayudarlos en el desarrollo de cultivos y extractos para exportar a países regulados. De este modo, la compañía prevé que el cannabis medicinal ocupe hasta un 30% de su negocio y apunta a 2023 para comercializar los primeros productos.