El laboratorio veterinario Labiana se prepara para iniciar su camino en la industria del cannabis medicinal. Desde que cerrase el pasado mes de junio la adquisición del 10,31% de la startup española especialista en cannabis medicinal, Trichome Pharma, los planes de la compañía pasan por cerrar colaboraciones para ayudarlos en el desarrollo de cultivos y extractos para exportar a países regulados. De este modo, la compañía prevé que el cannabis medicinal ocupe hasta un 30% de su negocio y apunta al próximo año 2023 para comercializar los primeros productos.
La nueva socia de la compañía española pretende hacer una primera prueba piloto de nuevos productos de cosmética con CBD. Trichome ya ha conseguido la autorización de licencia de cannabis para investigación y, ahora, están tramitando la licencia para uso médico y científico con la idea de vender extractos y principio activo a mercados regulados en el futuro. "Más adelante, cuando veamos que la regulación lo permite, tenemos la intención de investigar en productos medicamentos", explica Sandra Villagrasa, directora del área farmacéutica de Labiana, a este medio.
El precio que tendrán que pagar los pacientes por los nuevos productos se desconoce, pero lo que sí se sabe es que será unitario. La cantidad final dependerá de aspectos como la optimización que se saque del cultivo, la productividad conseguida o la cantidad de CBD que lleve el producto.
La plataforma experta en salud animal consiguió el hito de estrenarse en el mercado bursátil como el primer laboratorio veterinario en salir a bolsa el pasado 24 de junio. Dentro de su plan estratégico de crecimiento y consolidación, la bolsa les permitirá diversificar su financiación para seguir apostando por productos nicho y de innovación en el sector del cannabis. La compañía, que facturó 57 millones en el ejercicio de 2021 y con presencia en más de 150 países, aportará todo el conocimiento de regulación de las GMP (Good Manufacturing Practices) que tiene el sector farmacéutico. La experiencia de Labiana en estupefacientes y psicotrópicos la llevará a participar en todo el proceso, en el desarrollo de algún producto con cannabis, así como la fabricación a terceros.
Incremento de la producción
La producción de cannabis en España ha experimentado en gran crecimiento en cuestión de dos años, pasando de los 3.920 kilos en 2018 a los 84.000 kilos en 2020. Las nuevas licencias que se han ido aprobando son las responsables de ello. Las nuevas licencias de cultivo autorizadas para investigación y fines médicos pasaron de 2,95 hectáreas cultivadas a 57,43 en el periodo 2018-2020.
"La radiografía actual de España muestra que hay unos 200.000 pacientes potenciales que utilizan cannabis de forma ilegal y que se veían obligados a recurrir al mercado negro", indica Villagrasa. Con el visto bueno del Congreso de los Diputados a la aprobación del cannabis para fines terapéuticos, la situación cambia. Igualmente, el abanico de posibilidades que se le abre a la industria farmacéutica y a los pacientes es amplio.
"Si le damos la misma categoría que a los medicamentos, podremos realizar estudios clínicos, valorar su eficacia, asegurar una estandarización y valoración de que provienen de cultivos que no utilizan pesticidas", concluye Villagrasa.