
El verano ya ha llegado y eso significa ir pensando dónde pasaremos las vacaciones y tomar algo de sol. A la hora de coger la toalla y el traje de baño para ir a la playa, es importante añadir un protector solar adecuado. El sol puede ser beneficioso para ciertas enfermedades dermatológicas y es muy importante para la síntesis de la vitamina D. Sin embargo, una exposición incorrecta "puede conlleva quemaduras, envejecimiento prematuro de la piel, manchas y aumenta el riesgo de cáncer de piel a medio y largo", explica la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). Desde elEconomista.es presentamos la guía definitiva para protegerse del sol y disfrutar este verano.
No permanezca mucho tiempo al sol. La exposición excesiva es perjudicial para la salud. En primer lugar, puede provocar envejecimiento prematuro de la piel y, sobre todo, quemaduras. También es un factor de riesgo para el cáncer de piel. Por tanto, se debe utilizar un protector solar que proteja al menos frente a la radiación de rayos UVA y UVB. Además, hay que evitar ponerse a tomar el sol en las horas centrales del día, en otras palabras, entre las 12 y 16 horas puesto que es el rango en el que más calor hace.
En el momento de elegir el protector solar adecuado, hay que tener en cuenta el tipo de piel de la persona. El tener un foto tipo claro (predomina en las personas rubias, pelirrojas con ojos claros) se suelen ponerse rojos y no broncearse. Van a tener más riesgo de quemarse y no de broncearse. Utiliza suficiente producto para lograr una cobertura adecuada.
Cada protector solar lleva consigo un símbolo de protección. Existen muchas teorías acerca de ese símbolo. Según el Consejo General de Farmacéuticos, hay un término que se denomina "eptosis hematógena mínima". Se trata del tiempo que tarda una persona en ponerse rojo. El número de fotoprotector multiplica los minutos que tarda una persona en empezar a quemarse. Por ejemplo, si la crema solar es de protección 50 y el individuo tarda cinco minutos en ponerse rojo, el protector le durará 250 minutos. Es recomendable a las dos horas volver a echarse crema. Por tanto, elige el adecuado para el tipo de piel y para cada zona del cuerpo. También hay que seguir siempre las instrucciones del etiquetado y ante cualquier duda preguntar al farmacéutico.
Por otro lado, hay que aplicar la crema solar cada vez que una persona entre en el agua, se seque o sude. El protector debe lograr una cobertura adecuada. Según la AEMPS, dos líneas extendidas en los dedos son suficientes para el rostro y dos cucharadas que equivalen a 30 mililitros para el cuerpo.
Antes de salir de casa hay que revisar el índice ultravioleta. Se puede consultar a través de distintos canales como la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). No hace el mismo sol en todas las comunidades autónomas de España. La radiación suele ser muy intensa, pero es en Las Islas Canarias donde se dan los índices más altos de radiación. La exposición excesiva al sol es perjudicial para la salud.
Los niños son especialmente sensibles al sol. Hay que incluir la protección solar en su rutina diaria de cuidado de piel. Utiliza fotoprotectores con factor de protección solar alto, especiales para niños y resistentes al agua. También hay que evitar la exposición de menores de tres años ya que la piel tiene memoria.
Uno de los consejos básico a la hora de estar expuesto al sol es tener una buena hidratación, es decir, hay que beber mucha agua. En circunstancias normales se recomienda tomar unos dos litros de líquido al día, pero en situaciones especiales, como a temperaturas altas, hay que tomar tres litros o más, según el Observatorio de Hidratación y Salud. Este verano no esperes a tener sed ya que es una señal de alerta de que el proceso de deshidratación ha comenzado. Se recomienda beber a sorbos controlados y poco a poco cada dos horas.
El uso únicamente de crema solar no es suficiente. Ningún protector ofrece una protección total frente a la radiación solar. Por ello, combina la crema solar con otras herramientas como prendas de ropa claras, sombreros y gafas de sol.
El sol también tiene beneficios para la salud. Por ejemplo, la síntesis de la vitamina D. Tiene múltiples funciones en el organismo, pero de todas la mejor estudiada por los expertos es la relacionada con la salud ósea. La vitamina D se sintetiza en la piel, por la acción de los rayos ultravioletas y se transforma en el hígado y huesos. Además, de en los rayos del sol, la vitamina D se puede encontrar en algunos alimentos.
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, ante el inicio del calor, este año retoma una campaña en redes sociales para que los ciudadanos tomen el sol de manera segura y sean conscientes de los riesgos que puede conllevar una incorrecta exposición solar.