Salud Bienestar

Qué significa, según la psicología, que una persona hable habitualmente con los gatos

Gato. Foto: Canva.

Hablar con las mascotas a día de hoy es algo que se hace con cierta regularidad, ya si es en público o en la intimidad depende de cada uno. En el caso de los gatos esto no es solo un gesto de cariño, ni mucho de tratar llamar su atención, sino que es un fenómeno que psicólogos llevan años estudiando para comprender las implicaciones que este tipo de relación tiene para la salud mental.

Por norma general, aunque no se espere respuesta, hablar con un gato hace que los cuidadores sientan que interactúan con su compañero y se sientan más cerca de él

Antropomorfismo: un puente emocional

Esta gesto de hablar con las mascotas como si fueran plenamente conscientes de todo lo que se les dice representa una especie de antropomorfismo, lo que es atribuir características humanas a animales o cosas. Va más allá.

Cuando se les cuenta a las mascotas cómo fue el día o se reflexiona sobre un problema con ellos se proyectan las emociones sobre él. Esto no solo nos da una perspectiva más amplia de nuestra situación, sino que fortalece el vínculo con el animal.

Puede parecer un diálogo unilateral, pero tiene un gran impacto en el estado de ánimo.

Los beneficios

Al hablar con un interlocutor que no se comunica de una manera "humana" se crea un espacio seguro en el que ni te interrumpen ni critican y se libera tensión al poder expresar libremente las emociones.

Esto es algo que se ve sobre todo en niños y ancianos: la terapia con mascotas reduce la soledad y el sentimiento de aislamiento.

Además, las personas que hablan frecuentemente con sus gatos desarrollan un mayor sentimiento empatía. Puede que el oyente no pronuncie una palabra, pero la interacción verbal estimula que se reconozcan y se adapten a las emociones.

No solo por nosotros

Cómo comentábamos antes, al hablar sin ser juzgado se consigue una especie de pensamiento en voz alta, lo que puede ser tremendamente beneficioso para las personas inseguras que solo necesitan un pequeño empujón. Además, al poder decir lo que quieran sin inseguridades se desarrolla mucho más la creatividad y la autoestima.

Este vínculo que se forma no es unidireccional, ya que los gatos son tremendamente sensibles al tono. Puede que no se enteren de nada de lo que dicen las persones, pero las expresiones faciales, la postura, el timbre... Puede decir mucho más de lo que crees.

Es así como aprenden a reconocerte y percibir tu energía, calma o emoción.

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