
La gratitud o cualidad de ser agradecido desempeña un papel fundamental en el bienestar emocional y en las relaciones sociales. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) establece que las personas agradecidas son más felices, sienten una mayor satisfacción con su vida y experimentan un mayor optimismo. No obstante, se trata de una característica que no es igual de habitual en todo el mundo.
Egocentrismo y baja autoestima
La falta de valoración de aquellas cosas que los demás hacen por uno mismo está relacionado con un mayor egocentrismo y baja autoestima, lo cual puede percibirse a través de ciertas frases que este tipo de personas suelen pronunciar de forma habitual, según recoge el medio O Globo. Algunas de las frases más comunes son:
- "Solo me llamas cuando me necesitas". Este tipo de frases reflejan una queja de la presencia de persona solo en momentos de "necesidad", obviando el apoyo previo. La gratitud no siempre es algo inmediato y única en momentos de dificultad.
- "Me debes una". Esto implica que este tipo de personas no hacen actos de bondad de forma altruista, sino que esperan siempre algo a cambio.
- "Estuve cuando nadie más estaba". La frase tiene un claro objetivo de manipulación emocional, revelando un intento de ejercer un control sobre la otra persona y generando una "deuda" emocional.
- "Nunca me das las gracias por lo que hago por ti". Las personas que hacen este tipo de comentarios denotan una necesidad constante de aprobación, con el objetivo de alimentar el propio ego, inseguridades emocionales y la necesidad de recibir constante reconocimiento.
- "No me siento feliz y no sé por qué". Expresar esto de forma reiterada indica una gran negatividad y una falta de reconocimiento de los aspectos positivos, sin valorar los logros personales.
- "¿Por qué me haces sentir tan mal?". La falta de asunción de la responsabilidad es uno de los rasgos más característicos de las personas ingratas, típico de personas que adoptan el papel de víctima y espera que los demás adapten sus necesidades y sentimientos.
En las relaciones sociales resulta clave una buena inteligencia emocional, entendida como la capacidad de identificar, comprender y gestionar las emociones. Para esto, es imprescindible la autoconciencia y también la capacidad de reconocer las emociones de los demás, con el fin de llevar a cabo conductas beneficiosas para todo el mundo y mejorar las relaciones sociales.
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