
Según el Informe Nacional de Salud, publicado en agosto de 2024, y que ofrece datos en relación al año anterior. La ansiedad afecta a un 34% de los españoles. Los problemas de salud mental son cada vez más frecuentes en la sociedad actual y tienen su origen en diferentes motivos y aspectos. La solicitud de ayuda psicológica es muy elevada y los expertos y terapeutas tratan de ayudar a la mayor cantidad posible de gente.
Los ataques de ansiedad o la dificultad para controlarla son un auténtico problema que puede llegar a incapacitar a la persona que lo sufre. Por eso, existen diferentes técnicas y herramientas para tratar de evitarlos, prevenirlos y frenarlos cuando ya está sucediendo. Es importante informarse debidamente antes de implementar algunas de estas técnicas y recibir atención psicológica con la mayor brevedad posible.
Una de estas técnicas es la conocida como 'abrazo de la mariposa', que nació como método de terapia para la autoadministración de la estimulación bilateral. Su creadora fue Luciana Artigas, quien la implementó en su trabajo con supervivientes del Huracán Paulina en Acapulco , México, en 1998. La creación de este recurso le llevó a ganar el premio a la Innovación Creativa de la EMDR Internacional Association en el año 2000.
Se ha convertido en una práctica muy común entre los terapeutas que trabajan con supervivientes de desastres naturales, pero también se ha demostrado su eficacia en personas con altos niveles de ansiedad provocados por otros motivos ajenos a este. Un total de 55 estudios han validado la eficacia de este protocolo y su capacidad de estimular la producción de hormonas relacionadas con la felicidad como la serotonina.

Cómo poner en práctica el 'abrazo de la mariposa'
Esta práctica puede realizarse en cualquier lugar y no requiere de elementos ni objetos externos. El primer paso es cruzar los brazos sobre el pecho colocando las manos en los hombros permitiendo que las yemas de los dedos toquen el área inferior de la clavícula. Posteriormente, se deben dar suaves y rítmicos golpes que simulan el aleteo de una mariposa.
Estos golpes pueden ser alternados o simultáneos. A la vez, se realizan respiraciones lentas y profundas inhalando y expirando profundamente. La repetición de este conjunto de movimientos logrará una relajación del cuerpo y una sensación de paz que eliminará la ansiedad o los síntomas derivados de un ataque nervioso.
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