
En un mundo donde todo funciona tan rápido, la búsqueda de la calma se ha convertido en el objetivo principal de millones de españoles y españolas. Terapia, meditación, suplementos o aplicaciones son algunas de las opciones. Ahora bien, hay una técnica nueva que está ganando muchos adeptos en la actualidad.
Se trata del método 5-4-3-2-1, que además de ser gratuito y sencillo, no requiere ser habilidoso ni una vestimenta especial. Es decir, utiliza nuestros sentidos para ayudarnos a distraer la mente de nuestras emociones no deseadas y situarnos en el momento presente.
En profundidad
A continuación, todos los detalles:
- Piensa en cinco cosas que puedes ver. Pueden ser objetos que tengas alrededor, como por ejemplo una puerta, una ventana o un ordenador, pequeños, grandes...
- Piensa en cuatro cosas que puedes tocar. La meta es que puedas sentir la textura. Puedes fijarte en el tacto y la textura de la camiseta que llevas puesta.
- Piensa en tres cosas que puedes escuchar. Debes prestar atención a los sonidos que te rodean. Pueden ser cercanos o lejanos, como el ruido del tráfico.
- Piensa en dos cosas que puedas oler. Fíjate en dos olores de tu entorno. Si no hay olores 'evidentes' imagina un aroma que te resulte relajante.
- Una cosa que puedes saborear. Hay que prestar atención a un sabor que puedas percibir en la boca. Si no tienes nada a mano, recuerda el sabor de algo agradable o bebe agua.
A tener en cuenta
Cabe destacar que es una técnica efectiva -especialmente en situaciones en las que el estrés o la ansiedad son intensos- que se puede realizar en cualquier momento y lugar, sin necesidad de recursos adicionales. Por si fuera poco, también alivia los ataques de hambre emocional que te 'obligan' a intentar paliar con comida tristezas y dolores internos.
Eso sí, no hay que cometer dos errores, según explica la doctora Jade Wu en su nuevo libro 'Hola, sueño', editado por Paidós (2024). El primero de ellos es pasar rápidamente por los puntos de la lista mencionada anteriormente. Y es que no se trata de una competición para ver quién acaba antes, más bien todo lo contrario.
El segundo fallo es analizar o juzgar lo que se está experimentando. "Con frecuencia se cuelan pequeños juicios como 'Huelo los calcetines rancios en la habitación de mi hijo, qué asqueroso'. Así es como nos metemos de lleno en nuestra cabeza y nos alejamos de nuestro cuerpo", ha puntualizado la experta.