
El café es una de las bebidas más consumidas del mundo. No importa el país, la religión o la edad, empezar el día con una buena taza de esta delicia es fundamental para millones de personas. Los hay de muchos tipos, hay quienes lo toman con leche, otros solo, algunos con leche condensada o de avena, pero lo importante es el exquisito sabor de este producto y la energía que proporciona para una larga jornada.
Para muchos, el café tiene un sabor excesivamente amargo al que cuesta adaptarse y que al principio mucha gente rechaza. Pero cuando lo consumes a diario te conviertes en un adicto y deseas que comience el día para disfrutar de una taza caliente. Se puede hacer de muchas maneras, con Nespresso, en cafetera italiana, de filtro, francesa e incluso soluble.
Los amantes de esta bebida siempre buscan la manera de darle un toque único y mejorar su sabor, por ello, un experto del medio culinario 'Cook's Illustrated', ha dado con la solución para todas aquellas personas que creen que el café es demasiado amargo. Y no, no es el azúcar, ni la miel, ni ningún otro tipo de edulcorante artificial, es un producto que todo el mundo tiene en casa.
Un truco infalible
Para sorpresa de muchos, el experto y trabajador de este medio, Steven Dunn, publicó un vídeo en redes sociales en el que explicaba que tras algunas pruebas, había descubierto que una pizca de sal en el café era capaz de reducir notablemente el toque amargo pero sin afectar de manera negativa al sabor profundo y tostado tan característico de esta bebida.
La explicación científica de este suceso se sustenta en el hecho de que la sal logra que las papilas gustativas no perciban lo amargo y también realza el dulce. Poner en práctica este truco es muy sencillo y puede hacerse de diferentes formas. Es importante no abusar de la sal y el azúcar ya que un consumo excesivo puede poner en riesgo la salud, pero puede utilizarse con moderación.
Para utilizar este ingrediente con el café, existen diferentes métodos. El primero de ellos consiste en añadir un poco de sal directamente sobre los granos para que esta se disuelva de manera uniforme en el proceso de preparación. Si el café ya está hecho, basta con echar una cantidad diminuta de sal en la taza para notar la diferencia inmediatamente. Es muy importante que la cantidad sea realmente pequeña ya que de lo contrario podría afectar de manera negativa al delicioso sabor del café.
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