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El tamaño de este órgano podría estar directamente relacionado con una esperanza de vida mayor, según la ciencia

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Vivir el máximo número de años y de la mejor forma posible es el objetivo de todo el mundo. A pesar de que los objetivos de científicos e investigadores radica en buscar ese "secreto de la eterna juventud", la realidad es que gozar de una vida sana pasa mayoritariamente por la adquisición de una alimentación saludable y la práctica habitual de ejercicio, entre otros.

Más allá del estilo de vida, los factores ambientales y genéticos también juegan un papel muy determinante. Según esto último, un estudio elaborado por la Universidad Autónoma de Barcelona y publicado en la revista Journal of Evolutionary Biology reveló que "las especies que han desarrollado grandes cerebros viven más años que las que tienen cerebros pequeños, como sugiere la teoría del cerebro protector, y por tanto, pueden reproducirse más veces".

En palabras de César González Lagos, principal autor del estudio e investigador en el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF), "tradicionalmente se ha considerado que una de las ventajas selectivas de poseer un cerebro grande es facilitar el desarrollo de nuevos comportamientos para responder desafíos ecológicos que el individuo no ha experimentado antes, como una reducción súbita de los alimentos o la irrupción de un nuevo depredador".

La teoría del cerebro protector

Según el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC), la teoría del cerebro protector considera que un cerebro grande facilita el desarrollo de nuevos comportamientos para responder a cambios del medio, como puede ser la falta de alimentos o que surjan nuevos depredadores. Esto se traduce en una mejor supervivencia y en una vida más larga.

La investigación analizó casi 500 especies de mamíferos procedentes de distintas regiones del planeta. Si bien, los autores indican que las evidencias que aporta el estudio son "correlativas", es decir, no indican "necesariamente" causa-efecto. No obstante, los análisis indican que la relación entre cerebro grande y longevidad no se debe a que las especies con cerebros grandes tengan un mayor tamaño y desarrollos más lentos, vivan en determinadas regiones o compartan los mismos ancestros evolutivos.

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