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Qué es un ictus: causas, primeros síntomas y tratamiento

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Un ictus o accidente cerebrovascular que se produce cuando el flujo de sangre que va al cerebro se interrumpe de forma drástica o se reduce, lo que impide que llegue el oxígeno y los nutrientes esenciales a este órgano. Este requiere de asistencia sanitaria urgente, que de no darse puede incluso dar lugar a la muerte, según explica la Clínica Universidad de Navarra.

Causas

El estilo de vida influye significativamente en el riesgo de padecer un ictus, por lo que un buen control de los factores de riesgo puede resultar clave. Así, entre estos se encuentra la hipertensión arterial, enfermedades cardíacas, la diabetes, el aumento del colesterol, el consumo de alcohol, tabaco u otras drogas, el sedentarismo y la obesidad.

Síntomas

En aproximadamente uno de cada tres casos las personas que experimentan un ictus muestran síntomas previos, aunque de escasa duración y denominados "ataques isquémicos transitorios". Por ello, saber identificarlos resulta imprescindible para ayudar a para la enfermedad a tiempo y evitar que las secuelas puedan ser más acusadas. Entre estos síntomas se incluye:

  • Pérdida de fuerza en la mitad del cuerpo.
  • Problemas en el habla.
  • Falta de sensibilidad u hormigueo en el cuerpo.
  • Ceguera súbita en un ojo.
  • Dolor de cabeza muy intenso y distinto de lo habitual.

Qué secuelas tiene un ictus

Tras este tipo de problemas de salud, la persona puede sufrir para el resto de su vida una serie de secuelas o complicaciones físicas y cognitivas, que, aunque la rehabilitación puede ser de gran ayuda, no siempre se consigue retomar la vida con total normalidad. Más allá de un tema físico, la persona puede sufrir problemas psicológicos que requieran de tratamiento. Según el Hospital Vall d'Hebron, algunas de las secuelas son:

  • Mayor riesgo de caída por la pérdida de musculatura.
  • Trastornos en el lenguaje.
  • Falta de sensibilidad en algunas zonas del cuerpo.
  • Rigidez de los músculos, que ocasiona dolor, contracturas y dificultad de algunos movimientos.
  • Trastornos visuales.
  • Incontinencia urinaria.

Tratamiento

Generalmente, se ha de conseguir disolver los trombos que se han formado en el paciente, ya sea mediante tratamiento farmacológico (fibrinolíticos) o bien puede que sea necesario realizar una intervención quirúrgica para extirpar la placa de ateroma.

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