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Cómo prevenir la retención de líquidos con la llegada del calor: los hábitos más infalibles

Fuente: iStock

El edema, conocido popularmente como retención de líquidos, se produce por una acumulación excesiva de líquidos en los tejidos. Aunque las causas de esto pueden ser muy variadas, con la llegada del calor puede producirse una mala circulación sanguínea que promueva el surgimiento de problemas circulatorios.

A pesar de que la retención de líquidos puede darse por causas desconocidas, en la mayoría de casos hay una serie de hábitos que pueden prevenir la sensación de hinchazón y pesadez, en piernas, tobillos y pies. Más allá del cambio de temperaturas, el cambio de estación puede conllevar un cambio en el estilo de vida, muchas veces algo perjudiciales como ingerir menos agua, realizar menos actividad física o consumir alimentos ricos en sal y azúcares.

Uno de los pasos más fundamentales para evitar la retención de líquidos es beber suficiente cantidad de agua. Durante los meses de más calor, se pierde más líquidos a través del sudor y el organismo trata de retenerlos cuando detecta una falta de estos. Lo aconsejable es beber entre 2 y 3 litros de agua al día, aumentando la cantidad si se practica actividad física o se pasa mucho tiempo bajo el sol. Además, se ha de limitar el consumo de bebidas azucaradas, alcohólicas o con cafeína, ya que puede tener un efecto deshidratante y empeorar la retención de líquidos.

La importancia de la alimentación

En cuanto a la alimentación, si se tiende a la retención de líquidos, es crucial limitar los alimentos con alto contenido en sodio. En este caso, pueden sustituirse por especias o hierbas aromáticas que dan sabor a los platos. Entre los productos con mayor nivel de sodio están los embutidos, los quesos, los aperitivos o las comidas preparadas.

La falta de actividad física o el sedentarismo son uno de los principales riesgos para la retención de líquidos, puesto que la falta de movimiento promueve este tipo de acumulaciones. Lo ideal es moverse al menos una media hora diaria, preferiblemente evitando las horas más calurosas.

Debido a ciertos trabajos, es habitual que las personas tengan que permanecer sentadas durante gran cantidad de horas. En estos casos, lo aconsejable es levantarse con frecuencia para moverse y, si es posible, mantener las piernas ligeramente elevadas durante algunos momentos al día para favorecer el retorno venoso.

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