Alberto Garzón no está solo. Aunque las declaraciones del ministro de Consumo contra la ganadería intensiva y las macrogranjas de porcino española en el diario The Guardian, han sido muy criticadas desde las filas socialistas e incluso desde el propio Gobierno -la ministra de Educación Pilar Alegría llegó a decir que no eran a título individual y que no se correspondían con la postura oficial- coinciden sin embargo de pleno con la estrategia de economía circular marcada desde Moncloa.
La Estrategia Española de Economía Circular (EEEC) hasta 2030, que se alinea además con los objetivos y planes de acción de la Unión Europea, contemplan ya un cambio de modelo en la producción ganadera española. De hecho, el agroalimentario es uno de los seis sectores prioritarios para el Gobierno en la estrategia marcada.
Modelo diferente
Aunque en el documento España 2030 no se critica directamente a las macrogranjas, sí que se deja claro, tal y como ha hecho ahora Garzón, que "en el ámbito de la ganadería, se deberían promover sistemas productivos extensivos para aprovechar los recursos del ecosistema, con razas autóctonas que están mejor adaptadas al territorio, y hacer un uso más eficiente de los recursos". Es decir, apostar por un modelo distinto al que se está implantando ahora y en el que se apuesta por una producción intensiva.
El documento se aprecian de forma clara, asimismo, las coincidencias respecto a las últimas declaraciones de Garzón respecto a la calidad. "En el sector agroalimentario, al igual que en el conjunto de los sectores que integran la denominada bioeconomía, el reto es hacer posible la producción de alimentos en origen de mayor calidad a precios razonables, con una reducción del impacto derivado de su producción, tanto en el ámbito de las emisiones, del uso del agua, de los residuos no valorizados, o en la utilización de productos químicos en toda la cadena de valor a través de mejora en la eficiencia de utilización de insumos, así como la reducción del impacto derivado de la generación de residuos tanto en el ámbito de la producción como del consumo", se explica.
Pero el reto va mucho más allá de 2030 porque incluso en el programa España 2050, Fundamentos y propuestas para una Estrategia Nacional de Largo Plazo, también se critica el actual de producción e incluso el consumo de carne, defendiendo su sustitución por otras alternativas de origen no animal.
Así, el Gobierno recordaba que "en el sector ganadero, las emisiones (de efecto invernadero) son actualmente siete veces mayores que a principios del siglo pasado", insistiendo en que "este aumento responde a los cambios en los patrones alimentarios y a la transición del sector hacia la industrialización de los sistemas de producción". Por ello, se defiende un cambio de modelo y se apuesta incluso por reducir el consumo de carne.
La carne
Tras manifestar que "numerosos estudios señalan que el consumo de carne de la población española es entre dos y cinco veces superior al recomendable", el documento, presentado por Pedro Sánchez en mayo del año pasado, refleja de forma contundente que "en 2050, comeremos menos productos de origen animal y ultra procesados, pero consumiremos más productos locales, ecológicos y de temporada". Es una idea similar a la de Garzón el titular de Consumo, que asegura que "nunca" ha dicho que no haya que comer carne, sino que hay que reducir su consumo. "Nosotros sabíamos desde el principio que era un tema que iba a ser polémico, pero que era necesario", sostiene.
A título individual
Frente a ello, la ministra de Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría, se ha desmarcado sin embargo de Garzón asegurando que sus declaraciones son "a título personal", al tiempo que ha expresado el apoyo del Gobierno al sector ganadero. "La posición del Gobierno sobre este tema la hemos dejado muy clara en otras ocasiones, empezando por el propio presidente del Gobierno que ha pronunciado de forma taxativa su posición a favor del sector ganadero", ha manifestado la ministra.