
Si algo caracteriza a España es el 'cerdo ibérico'. Los productos derivados de este animal no solo son la punta de lanza de las exportaciones agrarias del país y un elemento sustancial de la economía, sino que sus mayores exponentes son elementos fundamentales de la 'marca España'. Es por ello que la industria cárnica y en particular la porcina, que ha construido un imperio internacional con ventas desde Asia hasta América, podría parecer uno de los grandes perjudicados de una era arancelaria como la que propone Donald Trump. Sin embargo, la realidad es que podría pasar todo lo contrario, los gravámenes de EEUU abren la puerta a que España se haga por completo con la hegemonía absoluta del cerdo a nivel internacional.
El país ibérico es el mayor exportador de productos cárnicos del planeta en términos de valoración (no en volumen) gracias a la rentabilidad que ha logrado en sus mercados exteriores. Sin embargo el pulso con EEUU es de igualdad prácticamente total. España en 2024 exportó 8.784,6 millones de euros, un volumen de 2,72 millones de toneladas métricas. EEUU hizo lo propio con 8.630 millones de dólares pero alcanzó los 3,03 millones de toneladas.
El ascenso de las ventas al exterior se han dado principalmente en la última década, pasando de los escasos 3.000 millones de euros desde 2014 hasta las cifras actuales, que en 2023 llegaron a atacar los 9.000 millones. Si bien el jamón ibérico ha ido 'conquistando los mercados' de manera sostenida, uno de los puntos de inflexión fue la peste porcina china. El gigante asiático es el mayor mercado del planeta, devorando, 58,15 millones de toneladas métricas al año, la mitad del consumo mundial. En ese sentido, con su producción desplomándose, los envíos españoles dominaron la escena, convirtiéndose en el principal socio de Pekín.
Tal llegó a ser la apuesta que en 2021 las ventas a China representaron un 40% del total de las exportaciones españoles. Sin embargo, el miedo era evidente: a medida que la peste porcina remitiese, los envíos irían reduciéndose y el gran boom exportador se hundiría. Estos malos augurios se cumplieron, pero solo a medias.
Es cierto que las exportaciones a China se desmoronaron desde los 2.000 millones de euros de 2021 hasta los 570.000 euros actuales. Sin embargo, por el camino pasó algo que pocos esperaban, España logró incrementar las exportaciones totales, pasando de 5.500 millones a las actuales. Por el camino se ha dado un crecimiento exponencial de los mercados europeos, pero también otros grandes clientes como Japón y Corea del Sur.
La 'crisis china' se desactivó con diversificación antes incluso de que sucediera, algo que ayudó a solidificar la enorme máquina internacional que se ha convertido en una parte esencial de la industria cárnica española. No en vano las exportaciones representaron cerca del 60% de todo el negocio del porcino español y el 40% fue el mercado interno, según la patronal europea Interporc. Gracias este crecimiento, el cerdo se ha convertido en un pilar clave del sector primario español, con el 14% de la producción agraria del país y un 39% de la producción final ganadera, siendo el primero, por lo tanto, encuentro importancia económica, según el Ministerio de Agricultura.
Esto se ha debido a esa 'globalización porcina' que España ha sabido lograr los últimos años. Sin embargo, ahora con los aranceles crece la incertidumbre... pero la sensación es que este puede ser un espaldarazo definitivo. Ante un EEUU que se cierra en sí mismo, China, ese mercado que desató el boom inicial, volvería a abrir sus puertas. Tanto este como otros países encontrarían en el cerdo español una solución para 'diversificarse' frente a EEUU, abriendo más puertas a España y alzándola al trono mundial ya con claridad.
La conquista de la hegemonía global
Al menos esto es lo que opinan los analistas de S&P Global. Sara Reid, analista de la firma explica que "el arancel de represalia de China a EEUU ya influye sobre la carne estadounidense y ha llevado a los compradores chinos a mirar a España y Dinamarca, impulsado así las importaciones de estos países en dos dígitos en el segundo trimestre". En ese sentido señala que las oportunidades no acaban ahí "se están reduciendo las exportaciones de EEUU a otros países como Japón y México, lo que genera un gran hueco para los grandes exportadores de la UE". Señala que en el caso de japón esperan que las ventas de España aumenten un 10%.
En cualquier caso, hay una contraparte, el golpe a las ventas a EEUU. Aunque aún no se han concretado este es totalmente minoritario. China todavía representa un 12% de todas las ventas de España, seguido de Francia (12%), Italia (9%), Japón (9%) y otros países de Europa con cifras entre el 4% y 5% como son Portugal, Polonia, Rumania, Alemania República Checa o Reino Unido. Por su parte Filipinas y Corea del Sur suponen otro 4% cada una. Frente a todos estos 'clientes' que se podrían ver tentados a compras más cerdo español por los aranceles, la realidad es que el golpe en EEUU apenas se sentiría siendo apenas un 1% del total del mercado español. Es decir, menos que Eslovaquia, por ejemplo.
Pero no es solo la marcha de EEUU de los mercados asiáticos con los aranceles, se ha mezclado con otro evento clave. Alemania ha salido temporalmente del mercado y detenido todas sus exportaciones debido a una plaga de fiebre aftosa entre su ganado. Eso "ha provocado una gran oportunidad para España, Países Bajos y Dinamarca, que ya aprovechan la situación para incrementar su presencia en mercados como Corea del Sur y Reino Unido".
Aunque sin duda el factor definitivo es EEUU que dominaba en mercados como México o Japón donde la influencia de España puede crecer decisivamente. Incluso con una tregua comercial, el cerdo y los productos agrícolas parecen que ineludiblemente seguirán en el centro de una crisis internacional que amenaza las ventas de EEUU. Incluso si se llegase a un acuerdo todo parece indicar que el arancel medio seguiría siendo más elevado que antes de la era Biden y mientras Trump abre un nuevo capítulo proteccionista, España puede posicionarse como el rey de un mercado que encontrará un gran vació y la necesidad de socios alternativos.