
Banco Santander, BBVA y Caixabank han reclamado a Teka un plan para la devolución de su deuda, que supera, según las fuentes consultadas, los 200 millones de euros. El pasado mes de junio el gigante chino Midea alcanzó un acuerdo para la compra de la compañía en una operación que se ha cerrado, finalmente, por 400 millones, incluyendo la deuda.
El problema es que Midea no ha ejecutado todavía el desembolso del dinero porque está pendiente de las autorizaciones de las autoridades de competencia en distintos países, y los bancos, que dieron el visto bueno a la operación, reclaman una solución cuanto antes. En julio de 2023, la empresa acordó ya refinanciación por un importe total de 96 millones de euros, extendiendo los vencimientos hasta el año 2028 y troceando el negocio para facilitar su venta. Sin embargo, y ante las dificultades para poder hacer frente al pago a proveedores, Santander y BBVA tuvieron que salir de nuevo al rescate a finales del año pasado con la concesión de dos nuevos créditos por 20 millones de euros para afrontar las necesidades de circulante y tener suficiente liquidez.
Las cuentas de 2023 todavía no son públicas, pero según los estados financieros del año anterior, remitidos al Registro Mercantil, Teka tenía a 31 de diciembre de 2022 una deuda a corto plazo de 211 millones de euros y unos compromisos a largo de 45 millones de euros más. Más allá de que pueda acometer o no un nuevo proceso de refinanciación, Teka acaba de acometer la segunda reducción de capital en solo tres años. Tal y como adelantó el pasado martes elEconomista.es y tras una primera operación de 63,7 millones de euros en septiembre de 2021, la compañía ha aprobado ahora una nueva reducción por importe de otros 63,6 millones.
Tras la aprobación por parte de la Junta General Ordinaria de accionistas de la sociedad, celebrada el pasado día 30 de julio, la empresa publicó el lunes en el Boletín Oficial de Registro Mercantil (Borme) que esta nueva reducción se lleva a cabo con el objeto de "restablecer el equilibrio entre el capital y el patrimonio de la sociedad disminuido como consecuencia de las pérdidas acumuladas, reduciéndose el valor nominal de cada acción en la cantidad de 2.997 euros de modo que su valor nominal queda fijado en 3 euros y el capital social en 63.705 euros".
Números rojos
Teka, que era propiedad hasta ahora del empresario alemán Maximiliam Brönner, aún no ha publicado las cuentas de 2023, pero arrastra fuertes números rojos y se ha visto obligada a tener que pagar al contado ante las reticencias de sus proveedores a suministrarle producto por las dudas sobre su capacidad de pago. Los nuevos créditos aprobados por la banca se sumaron a la refinanciación de la deuda en julio del año pasado, por un importe total de 96 millones de euros, extendiendo los vencimientos hasta el año 2028.
En 2022 la facturación de Teka creció casi un 12%, pero la empresa perdió 26,2 millones de euros, muy por encima del resultado negativo de 1,7 millones registrado el año anterior. A la espera de que Midea asuma totalmente el control de Teka, los planes del gigante chino pasan por reforzar el equipo directivo con nuevos nombramientos. Aunque no hay todavía ninguna decisión al respecto, es probable además que en los próximos meses y tras una década al frente a la compañía, el actual presidente abandone el grupo. Baldasano, que cumplirá en julio del año que viene 80 años, podría quedarse no obstante un tiempo hasta completar la transición y que el gigante chino asuma definitivamente el mando del fabricante de electrodomésticos.