
Teka acomete la segunda reducción de capital en solo tres años. Tras una primera operación en 63,7 millones de euros en septiembre de 2021, la compañía ha aprobado ahora una nueva reducción por importe de 63,6 millones. Tras la probación por parte de la Junta General Ordinaria de accionistas de la sociedad, celebrada el pasado día 30 de julio, la compañía publicó ayer en el Boletín Oficinal de Registro Mercantil (Borme) que esta nueva operación se lleva a cabo con el objeto de "restablecer el equilibrio entre el capital y el patrimonio de la sociedad disminuido como consecuencia de las pérdidas acumuladas, reduciéndose el valor nominal de cada acción en la cantidad de 2.997 euros de modo que su valor nominal queda fijado en 3 euros y el capital social en 63.705 euros".
Teka aún no ha publicado las cuentas del último ejercicio, pero su situación financiera era muy delicada, hasta que el pasado mes de junio, tal y como adelantó elEconomista.es, fue adquirida por el grupo chino Midea. El gigante asiático cerró un acuerdo, en concreto, para la compra de Teka Industrial, la división de electrodomésticos del grupo. Aunque el importe de la operación no ha trascendido, según las fuentes consultadas por este periódico, apenas superó el coste de la deuda, que ronda los 100 millones de euros. Midea se impuso al fondo saudí Alat, cuya división de electrodomésticos está encabezada desde el año pasado por Stefan Hoetzl, hasta entonces consejero delegado precisamente de Teka.
Las dificultades de la compañía cántabra obligaron ya el año pasado a Santander y BBVA a salir por segunda vez al rescate de Teka ante las dificultades para mantener su viabilidad, a pesar de tener casi el 15% de cuota de mercado en España. Con más de 4.000 empleos y fábricas en Santander, Zaragoza y Granada, la compañía logró dos nuevos créditos por un importe total de 20 millones de euros para afrontar las necesidades de circulante y tener liquidez para el pago a proveedores.
Teka, propiedad del empresario alemán Maximiliam Brönner, aún no ha publicado las cuentas de 2023, pero arrastra fuertes números rojos y se ha visto obligada a tener que pagar al contado ante las reticencias de sus proveedores a suministrarle producto por las dudas sobre su capacidad de pago. Los nuevos créditos aprobados por la banca se sumaron a la refinanciación de la deuda en julio del año pasado, por un importe total de 96 millones de euros, extendiendo los vencimientos hasta el año 2028. En 2022 la facturación de Teka creció casi un 12%, pero la empresa perdió 26,2 millones de euros, muy por encima del resultado negativo de 1,7 millones registrado el año anterior.