Mercadona pisa el acelerador y refuerza su liderazgo en el mercado con un 27% ya de cuota. Frente al estancamiento generalizado del resto del sector —las ventas en volumen entre enero y septiembre cayeron un 0,2%, según los datos de la consultora NIQ, la antigua Nielsen— la cadena valenciana está registrando un crecimiento de alrededor de un 4%, lo que supone casi cuatro veces más que el año pasado cuando el aumento fue de solo el 1,1%, de acuerdo con los datos de la propia empresa.
"El verano ha sido fantástico gracias no solo al turismo sino también al incremento del gasto; y las ventas están creciendo con fuerza, por lo que esperamos cerrar un ejercicio muy bueno", admiten desde la compañía valenciana.
Hay que tener en cuenta que, pese a la caída en volumen, el sector de la distribución creció un 11,7% en valor en los nueve primeros meses del año, por lo que, aunque todavía no hay cifras, el aumento de la facturación de la empresa que preside Juan Roig será aún mayor.
En el último ejercicio, que estuvo ya marcado por un alto nivel de inflación, las ventas netas de Mercadona alcanzaron los 28.466,1 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 11% respecto al año anterior. En ventas brutas, contabilizando el IVA, los ingresos alcanzaron los 31.041 millones, lo que supuso superar por primera vez la barrera de los 30.000 millones de euros. A la espera de cerrar el ejercicio, todo indica así que la compañía valenciana batirá récord de facturación este ejercicio. Otra cosa distinta son los beneficios tanto el año pasado como en el presente ejercicio.
Baja rentabilidad
En 2022, Mercadona alcanzó un beneficio neto de 718 millones de euros. La cifra supuso un 5% más que en 2021, pero dejó la rentabilidad de la compañía en el 2,5%, una de las más bajas de la serie histórica. Aunque no hay estimaciones todavía, la empresa llevó a cabo en abril una reducción de precios de 500 de sus productos a costa en gran parte de su margen, por lo que, aunque se confía en una recuperación, la tasa de rentabilidad seguirá siendo en principio baja.
La bajada de los precios, en cualquier caso, permitió a la empresa no solo recuperar la cuota de mercado que había perdido, sino crecer además con fuerza hasta alcanzar en septiembre un récord histórico de participación del 27%, el más alto de toda su historia.
De este modo, Mercadona no solo ha acelerado su crecimiento en términos de volumen sino que suma ya, además, tanta cuota en el mercado como la que tienen Carrefour, Lidl, Eroski, Dia y Consum juntos. Frente al optimismo además que reflejan desde la empresa que preside Juan Roig respecto a la evolución de las ventas, la percepción en el resto del sector del mercado es muy distinta.
Crecimiento
De hecho, en una entrevista con elEconomista.es el presidente de Aecoc, Javier Campo, admitía el pasado día 25 de octubre que "este está siendo un año en el que aunque las ventas en valor crecen —entre un 6 y un 7%, por debajo de la inflación—, en volumen están prácticamente planas". Campo pronostica además que, "de aquí a final de año esa va a ser también la tendencia que vamos a tener, con volúmenes de ventas prácticamente planos o incluso ligeramente negativos".
La distribución española no recuperará así el crecimiento en volumen hasta, al menos, el año que viene y lo hará, de todos modos, con tasas muy bajas, de poco más del 1%. De momento, según reflejan los datos de NIQ, en los últimos meses ha habido una cierta recuperación después de varios meses, sobre todo al comienzo del ejercicio, en los que se registraron fuertes caídas.
El volumen experimentó un crecimiento del 1,6% mientras que el gasto de los españoles en la cesta se elevó un 10,9% respecto al mismo mes del año pasado, teniendo en cuenta que los precios registraron una subida del 9,2%, siempre según las cifras de la consultora. La directora general de NIQ para el Sur de Europa, Patricia Daimiel, explica que "a excepción de la inusual situación del aceite de oliva" se observa "como las subidas en las categorías más inflacionista son más moderadas que en meses anteriores, mientras que ya se han registrado algunas caídas de precios más significativas en ciertos productos".
Daimiel está convencida de que la situación de precios altos va a influir en el comportamiento de los consumidores en la actual campaña de Navidad, que ya ha empezado en algunos establecimientos. Su previsión es que "los consumidores reorienten de forma más calculada su gasto, con lo que podríamos ver una mayor apuesta por las reuniones y celebraciones dentro del hogar, en detrimento de otros gastos más grandes como viajes, eventos y comidas fuera del ámbito doméstico".
Aunque el nivel de inflación en los alimentos sigue siendo todavía muy alto, el sector está encarando una estrategia cada vez más agresiva de promociones y ofertas con el objetivo de tratar de ganar cuota de mercado en un mercado con un alto grado de competitividad.