Retail - Consumo

Codorníu vende a un inversor chino la bodega Tionio, en Castilla y León

  • Se desprende del edificio pero mantiene la marca y los viñedos para Legaris
  • El grupo busca compras tras conseguir el equilibrio contable
  • El vino y cava catalán apuestan por crecer en América
El consejero delegado de Codorníu, Sergio Fuster. Foto: Luis Moreno

El grupo Codorníu ha vendido el edificio de la antigua bodega Tionio, en Valladolid, a un inversor chino que está entrando en varias denominaciones de origen (DO) españolas. La compañía catalana se ha desprendido del inmueble dentro de su plan de eficiencia, a través del que ha puesto a la venta bodegas que ya no dedicaba a la elaboración de vinos y que se encuentran próximas a otras instalaciones activas del grupo.

En el caso de Tionio, dentro de la DO Ribera del Duero, el complejo de la antigua bodega, ubicado en Pesquera, se utilizaba ahora como almacén, mientras que la elaboración de los vinos se trasladó hace más de dos años a la bodega Legaris, también de Codorníu y con instalaciones repartidas entre Valladolid y Burgos. La marca Tionio y sus viñedos también se han integrado en Legaris, han explicado a elEconomista.es fuentes de Codorníu.

Esta desinversión se suma a la ya realizada en el complejo de las cavas Rondel en 2021, que fueron adquiridas por el grupo de supermercados Bon Preu. En ese caso se trata de un complejo ubicado en Cervelló (Barcelona) y obra del arquitecto discípulo de Gaudí Lluis Bonet i Garí, que suma espacios diáfanos distribuidos en 24.000 metros cuadrados en planta y más de 43.000 en sótanos y bodegas. Bon Preu ya ha iniciado las pruebas de lo que será un almacén para la venta online del grupo, y también prevé abrir un hipermercado Esclat.

Codorníu también tiene disponible para la venta la Masia Bach y sus bodegas en Sant Esteve Sesrovires (Barcelona), si bien en ese caso todavía no ha encontrado nuevo propietario, y mientras tanto se destina a la celebración de bodas y eventos.

La parcela que ocupan las bodegas es de 48.400 metros cuadrados, de los que 23.446 están ocupados por edificios y naves destinados en su día a la elaboración de vinos y cavas, con una línea de embotellado con una capacidad teórica de 8.000 botellas por hora, según la información del proceso de venta lanzado en 2019.

En cualquier caso, en la operación de venta de Tionio, lo que para la bodega catalana controlada por el fondo Carlyle era un activo infrautilizado, se ha convertido en la vía de entrada en la DO Ribera del Duero del grupo vinícola Finca Monastasia, actualmente en manos de un inversor chino que hizo fortuna en el sector de la construcción y que desembarcó en España a través de la compra de la bodega Monastasia de Albacete, en la DO Jumilla.

La firma ha comprado una veintena de hectáreas en Valladolid y Burgos para Bodegas Monastasia Duero -donde se incluye la antigua bodega Tionio-, según publicó El Norte de Castilla, y también ha comprado otra bodega en Álava enmarcada en la DO Rioja.

En busca de compras

En paralelo a las desinversiones para ganar eficiencia, el grupo Codorníu también busca oportunidades de compra para crecer, después de que la gestión impulsada por el fondo Carlyle y Sergio Fuster como consejero delegado desde 2020 hayan devuelto a la compañía decana del cava al equilibrio contable.

El grupo cerró el ejercicio 2021-2022 (completado a finales de junio) con un resultado neto de -200.000 euros, frente a unas pérdidas de 8 millones el año anterior y de 11 hace dos. Este martes presentará los datos de 2022-23.

Las bodegas catalanas apuestan por América

El crecimiento en el mercado americano es un objetivo común entre las principales bodegas de origen catalán. En el caso de Codorníu, esta privamera firmó un acuerdo que le permite vender en 27 estados de Estados Unidos, frente a los apenas nueve a los que llegaba hasta entonces, según avanzó elEconomista.es.

Lo hace a través de New Republic National Distributing Company (NRDC), la segunda empresa de distribución de bebidas alcohólicas más grande del país de las barras y estrellas, y Codorníu también ha crecido en México tras cambiar de distribuidor en 2021.

Por su parte, el grupo Henkell Freixenet también tiene entre sus planes de futuro crecer en América, tanto en mercados ya potentes como Estados Unidos y Canadá, como abriendo camino en Sudamérica. En Uruguay, estrenó filial este verano.

Juvé & Camps, en Cuba

Otro ejemplo reciente de planes de crecimiento al otro lado del Atlántico es el de Juvé & Camps, que ha abierto mercado en Cuba, según han confirmado a este diario fuentes de la bodega catalana, que ha llegado a territorio cubano de la mano de un acuerdo comercial con la distribuidora de la familia Torres.

Juvé & Camps, que también está apostando por el enoturismo en sus instalaciones catalanas y es el tercer grupo de cava y vino catalán por detrás de Freixenet y Codorníu, volvió a números negros en el ejercicio 2021-2022 (que acabó el 30 de junio) y superó las ventas de antes de la pandemia. Registró un resultado neto de algo más de un millón de euros, frente a unas pérdidas de casi 3,9 millones el ejercicio anterior, y facturó 25,4 millones, frente a 24,4 en 2019.

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