
Dos plantas y 215 metros cuadrados para apenas 48 comensales y mucho espacio para la cocina. Esta es la configuración, tras una inversión de cerca de un millón de euros, del primer restaurante físico que la marca de delivery de hamburguesas más famosa del momento, Vicio, acaba de estrenar en el madrileño barrio de Chamberí.
Pocas semanas después de presentar una nueva sede central en Barcelona con más de 1.000 metros cuadrados, en el local del antiguo teatro Helena, el ex ganador de MasterChef, Aleix Puig, ha desvelado el formato de restaurante físico con el que aspira a convertir Vicio en una marca global, "algo similar a lo que fue Pachá en el mundo de los clubes, pero en el de las hamburguesas".
El local, ubicado en la calle del General Martínez Campos casi esquina con Almagro, se encuentra en los bajos acristalados de un edificio de oficinas pared con pared con Sushita Café, otro de los locales de moda en Chamberí, y desde fuera capta la atención de los viandantes con su característica decoración en negro y rojo con luces de neón al estilo de un club neoyorquino.
Esta primera unidad representa el modelo con el que la startup, nacida hace tres años durante la pandemia, quiere basar su ambicioso plan de expansión a partir de la veintena de cocinas fantasma o virtuales con las que se ha dado a conocer en un país en el que cuenta con presencia en 12 ciudades y una plantilla de 600 trabajadores.
Expansión en España
"Nuestra idea es sumar en 2024 otros 15 locales más como este y quizás reforzar nuestra presencia en alguna ciudad con otras dos dark kitchens más", ha avanzado Aleix Puig, para después reconocer que el 95% de sus nuevos locales abrirán a partir de ahora bajo este nuevo formato. Su siguiente estreno físico, a la espera de poder abrir en abril el local de la madrileña calle Carretas que permanece a la espera de permisos municipales, llegará "en diciembre en Barcelona con un establecimiento el doble de grande que el estrenamos hoy". A continuación, los nuevos locales llegarán a ubicaciones como Valencia, Zaragoza o Palma.
El nuevo modelo del que habla el cofundador de Vicio es un local donde puedan acudir esos fans de la marca que llevan reclamando un espacio físico desde hace tiempo y que a la vez funcione como centro de producción para los pedidos a domicilio. "Calculamos que el 50% del negocio de los nuevos restaurantes vendrá de la sala, el 35% de los pedidos del delivery y el 15% restante del takeaway; motivo por el que hemos creado unas cocinas sobredimensionadas, con flujos diferenciados de trabajo y siempre a la vista del cliente para diferenciarnos del fast food", aclara un Puig que se muestra convencido de que el futuro de la restauración está en este formato.
Con esta fórmula, el empresario aspira a seguir creciendo en ciudades de más de 100.000 habitantes de España e incluso explorar la expansión internacional tras haber comprobado el interés por implantar el modelo por inversores de diferentes países. Todo esto, recordaba hoy Puig, será posible gracias a la captación de casi 19 millones de euros entre su ronda de financiación serie A de finales del año pasado y la campaña de equity funding lanzada en el pasado mes de mayo. A esta financiación se une un negocio que en 2022 generó 18,9 millones de euros y que en 2023 va camino de duplicarse y llegar a los millones de euros.
A este impulso financiero, la marca seguirá sumando su trilogía de rapidez en el servicio gracias a un desarrollo tecnológico propio; la simplicidad de unas hamburguesas confeccionadas con pocos ingredientes, pero de máxima calidad; y a una construcción de marca mediante una potente identidad visual y un marketing desenfadado.
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