La inflación golpea con fuerza a las cadenas de supermercados en España. Sus ventas se redujeron el pasado mes de febrero un 2,6%, con lo que enlazan ya cinco meses consecutivos de descensos, según datos de la consultora NIQ.
Aunque es cierto que la caída fue algo mayor en enero, del 4,5%, las perspectivas son muy pesimistas y en el sector cada vez son más las voces que alertan de una fuerte caída al menos en el primer semestre del año, lo que puede acabar repercutiendo en la inversión y el empleo.
Aunque la subida de los precios ha provocado que la facturación del sector haya aumentado un 12,4% durante el último mes, en el sector han saltado todas las alarmas ante la caída de las ventas en volumen, que está repercutiendo ya en sus márgenes.
La directora general de NIQ para el Sur de Europa, Patricia Daimiel, ha explicado que "el comportamiento del mes de febrero en la cesta de la compra ha seguido la tendencia alcista registrada en los últimos meses y confirma las dificultades en trasladar la bajada de los precios de la energía, los fertilizantes o el IVA".
Según ha subrayado, "aunque algunas categorías han moderado su crecimiento en precios, su descenso aún tardará en materializarse". De hecho, la industria alimentaria subió sus precios en febrero un 20% respecto a los de hace un año -un 11,1 % en el caso de los de las bebidas- , según dato del Instituto Nacional de Estadística (INE).
El índice de precios industriales (IPRI) refleja, en concreto, una subida mensual del 0,7 % en la rama de alimentación y del 0,8 % en las bebidas y una inflación mayor en estos sectores respecto a los índices generales. Con ello, en lo que va de año, los precios de la industria de los alimentos española han escalado un 2,4 % y los de las bebidas un 7,3 %. Pero la industria no es tampoco la única que está subiendo sus precios. En solo un año, y a pesar de haber recibido ayudas por valor de 1.800 millones de euros, agricultores y ganaderos han subido un 62,7% en solo un año y un 71,2% en dos, el precio de sus productos debido a la escalada también de los costes que soportan y que, según denuncian, está provocando una pérdida de su rentabilidad.
La vicepresidenta y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, aseguró ayer que "es el momento" de que las empresas trasladen los menores costes de producción que soportan hasta conseguir una bajada del precio de los alimentos.
Para Calviño, la bajada de los costes de la energía o las ayudas que los agricultores han recibido para compensar el alza de los precios de los fertilizantes han permitido aminorar el coste del proceso productivo, por lo que "antes o después" dicha bajada "tiene que trasladarse a los precios finales", según señaló en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Según dijo, el "interés" del Gobierno es que esa bajada se produzca pronto.