
El tabaco no es ajeno a la inflación generalizada que golpea a los consumidores. Philip Morris, Altadis, JTI y BAT han subido en los últimos días entre 30 y 35 céntimos el precio de sus marcas, con lo que la cajetilla ha alcanzado unos niveles nunca vistos en España. La subida llega, sin embargo, en un momento en el que la industria está batiendo todos los récords, tanto de ventas como de ingresos y recaudación fiscal.
De acuerdo con el último informe del Comisionado del Mercado de Tabacos, entre enero y noviembre se vendieron en España 2.013 millones de cajetillas, lo que supone un 4,82% más que en el mismo periodo de 2021. Gracias a ello, las tabaqueras aumentaron sus ingresos en esos once primeros meses del año en un 6,52%, hasta un total de 11.046 millones de euros.
El Estado, el gran beneficiado
La industria no es, sin embargo, la única beneficiada de ese incremento de las ventas porque el Estado está alcanzando registros históricos de recaudación. Entre enero y noviembre aportó así 6.507 millones de euros a las arcas públicas en concepto de impuestos especiales, un 5,7% más que en 2021 y prácticamente lo mismo que en 2019 cuando se alcanzó el récord de 6.524 millones. Y a los impuestos especiales hay que sumarle además el IVA, que suma ya 1.571 millones más, con lo que la recaudación total para las arcas públicas se eleva a falta del último mes del año a 8.078 millones. Todo indica ahora que, tras las últimas subidas de los precios, y si la tendencia se mantiene como hasta ahora, el Estado ingresará así este año más que nunca gracias al tabaco.
En ese contexto en el que se han llevado a cabo las últimas subidas de los precios. La cajetilla de Marlboro (Philip Morris), la marca más vendida en España, ha pasado así de costar 5 euros a 5,35. Y eso en los estancos, porque en los puntos de venta con recargo, como las máquinas expendedoras de los bares, el precio es de ya 5,50 euros.
En la misma línea también, Camel y Winston (Japan Tobacco International) han pasado de 4,85 y 4,60 euros respectivamente a 5,20 y 4,95 euros después de las subidas; Fortuna (Altadis) pasa de 4,70 a 5,05 y Lucky Strike (BAT), que se vendía hasta ahora a 4,70 pasa a costar 5 euros. En el sector ha llamado la atención especialmente el movimiento de BAT con esta última marca, que ha subido cinco céntimos menos que el resto. Y es que en el mercado de tabacos, tradicionalmente y salvo cuando ha habido alguna guerra de precios, como sucedió en 2016, cuando el líder del mercado -en este caso Philip Morris- sube sus precios, todos los demás le siguen exactamente en la misma proporción.
En el mercado se descarta, sin embargo, por ahora que el hecho de que Lucky Strike haya subido menos que el resto pueda acabar provocando una nueva guerra de precios y apuntan a que lo más probable es que a corto plazo pueda incrementarse también esos cinco céntimos que aún tiene de margen.
Aunque en el mercado existen también compañías más pequeñas, entre las cuatro grandes tabaqueras acaparan la gran mayoría de la cuota. De acuerdo siempre con el último informe del Comisionado, Marlboro repite como líder destacado con el 13,70% de las ventas, seguido de Camel, con el 11,84%; Fortuna con el 7,36%, Winston con el 7,30% y Lucky Strike con el 7,23%. Camel y Lucky Strike están ganando en el último año cuota de mercado a sus competidores, por lo que la estrategia de BAT podría pasar también por posicionar a ésta última marca, su enseña estrella, en un segmento algo más bajo de precios para afianzar su posición y seguir ganando participación en el mercado.
Nuevas licencias de estancos
Este año, el incremento de las ventas de cajetillas no será sin embargo la única vía del Estado para incrementar los ingresos derivados del tabaco. Y es que el pasado mes de agosto, el Ministerio de Hacienda anunció, tras casi 20 años sin hacerlo, una convocatoria para repartir 203 nuevas licencias de estancos.
Es algo que no pasaba desde el año 2003 y que había provocado, por un lado, que hubiera zonas que se habían quedado desabastecidas, especialmente en los nuevos barrios de las grandes ciudades, y, por el otro, que se hubiera creado una burbuja en determinadas áreas, con la reventa de licencias por precios que superaban incluso hasta los 200.000 euros por expendeduría. El tabaco se consolida así como una de las fuentes de ingresos más importantes para la Agencia Tributaria en España.