Política

Filtraciones y mentiras: rigores de la investidura

  • Podemos desmiente que Iglesias haya exigido ser vicepresidente
Reunión entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Foto: Efe

El Congreso de los Diputados fue este martes el escenario de un nuevo desencuentro entre el PSOE y Unidas Podemos, un nuevo choque entre presuntos aliados que solo ha servido para endurecer posturas, lenguajes y palabras a cuenta de una investidura, la de Pedro Sánchez, que tiene pocos visos de cerrarse con el favor de los de Pablo Iglesias. Vamos: volaron los cuchillos en la Carrera de San Jerónimo.

Sin embargo, las armas empleadas por los partidos fueron más allá de la retórica verbal, muy dura en el caso de una molesta Adriana Lastra, portavoz socialista. Las armas en la negociación de esta investidura, que todo apunta que será fallida -al menos en su episodio de julio-, también son las filtraciones y los rumores a la prensa, confirmados y desmentidos con solo minutos de diferencia.

Según acabó el encuentro entre ambos líderes, fuentes del PSOE aseguraron que si el encuentro del martes fracasó fue porque Pablo Iglesias había ido mucho más allá de la reclamación inicial de que Unidas Podemos tuviera sus propios ministros en un futuro gobierno de coalición: había exigido ser vicepresidente en ese por lo pronto ficticio Ejecutivo.

La filtración se extendió con rapidez por radios, webs, televisiones, agencias de información... Sin embargo, desde la formación morada rápidamente saltaron a la palestra para negar la mayor: "Es absolutamente falso, no se ha hablado de eso en la reunión", respondieron. Un desmentido que no ha impedido que la sombra de la sospecha vuelva a posarse sobre Iglesias y sus ambiciones, siempre en tela de juicio, sobre todo el duro correctivo electoral que sufrió su partido el 28 de mayo.

¿Cuál es la mentira?

"Una mentira puede dar la vuelta al mundo antes de que la verdad tenga tiempo a ponerse las botas", rezaba el irónico (y desgraciadamente difunto) Terry Pratchett en su libro La Verdad, en el que narra su visión del periodismo en el paródico mundo ficticio del Mundodisco. En el caso que nos ocupa puede suceder lo mismo, pero... ¿Cuál es la mentira, la filtración o el desmentido? Ni el PSOE ni Unidas Podemos han saltado a la palestra para retirar una versión u otra.

Y este es el problema de estas negociaciones: la mentira se ha posicionado como parte de su lenguaje. Y eso que comenzaron con las mejores intenciones. Sánchez e Iglesias se comportaban como amantes zalameros que intercambiaban mensajes de whatsapp a diario. Pero todo se torció con las elecciones municipales. El amor se agotó con un cataclísmico 26 de mayo, funesto para la formación morada -perdió la vasta mayoría de su poder autonómico y local-, que sirvió a los socialistas para que su "socio preferente" no lo fuera tanto, aunque lo categoricen habitualmente de esta manera.

Desde entonces, los cuchillos, las dagas y otros afilados enseres se han vuelto comunes en los intercambios de palabras y declaraciones entre ambas partes. Así como las mentiras que Lastra denunció el martes, molesta con que se hayan colado y hecho fuertes en la relación entre los que antaño fueron dos amantes políticos, dando pie a una situación que amenaza con llevar a España a la repetición electoral.

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