Si bien no se puede decir que las relaciones entre el PSOE y Unidas Podemos hayan roto, sí que todo indica que están a punto de romperse. Los dardos que se están lanzando una y otra formación han ocasionado que las negociaciones para que los diputados morados apoyen la investidura de Pedro Sánchez han saltado por los aires. Sin embargo, esta explosión se habría debido a que las exigencias de Unidas Podemos irían más allá de un gobierno de coalición puesto que Pablo Iglesias habría exigido ser vicepresidente de Gobierno.
Así lo indican fuentes socialistas, que indican que esta habría sido la causa de reventar la reunión y de que el fantasma de la repetición electoral haya cobrado solidez, y mucha, en las últimas horas. Sin embargo, consultadas por elEconomista, voces de Unidas Podemos desmienten este extremo e indican que esta presunta reclamación de Iglesias sería "absolutamente falsa".
Desde la formación morada aseguran que en la cumbre entre Iglesias y Sánchez "no se ha hablado de eso". Además, reconocen el momento de tensión en el que se encuentran ahora mismo las relaciones con los socialistas, sobre todo después de que la portavoz parlamentaria del PSOE, Adriana Lastra, les haya acusado de "mentir" y extender "falsedades" sobre la marcha de las negociaciones.
Dimes y diretes
¿A quién creer entonces? Los dimes y diretes entre ambas formaciones han acabado gestando un escenario insostenible.
A pesar de que ninguna de las partes descarta volver a sentarse a negociar antes de que se vote la investidura del candidato socialista y presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, el próximo 23 de julio, las acusaciones y palabras gruesas ya llenan el discurso de los dos bandos, desvelando la falta de flexibilidad de cada lado: los de Iglesias persisten en reclamar un Gobierno de coalición a cambio de sus 42 diputados y los socialistas se niegan a ello, amparados en que estos votos no les darían la mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados.