
En el Congreso más dividido de la historia, cada voto cuenta. También en la Diputación Permanente, órgano que, tras la disolución de las Cortes por la celebración de las elecciones generales, fue uno de los grandes protagonistas de las semanas previas a los comicios, puesto que fue el que dio el visto bueno a las medidas aprobadas por el Gobierno en sus 'viernes sociales'. Por tanto, no es extraño que haya bofetadas en el reparto de asientos dentro de este órgano, por el que la pelea entre los partidos está siendo encarnizada.
Así lo indican fuentes parlamentarias que admiten que el acuerdo para el reparto de sillas está siendo complejo y difícil, disputándose con fiereza hasta el último percentil. La experiencia reciente ha aleccionado a los partidos, que son conscientes de la fuerza que un voto más, o un voto menos, puede tener en un órgano que cuando las Cortes no celebran sesiones es clave. De hecho, todavía se discute cuántos asientos tendrá. Seguramente, más que los 65 de la pasada legislatura.
Aprobación
En cualquier caso, dichas fuentes cuentan que, a pesar de las disputas, no habrá retrasos para aprobar la citada Diputación. La votación para ello se estima que será el propio 23 de julio, coincidiendo con el primer sufragio que decidirá la investidura de Pedro Sánchez. Si esta se retrasara, no se descarta que pueda celebrarse al día siguiente, el 24 de julio.
La importancia de la Diputación quedó patente justo antes de la celebración de las pasadas elecciones generales. Fue el órgano que dio luz verde definitiva a las medidas sociales que aprobó el Ejecutivo de Pedro Sánchez 'in extremis' a través de decretos-ley.
Entre ellos están la activación de la ampliación del permiso de paternidad, el subsidio para mayores de 52 años y las nuevas medidas en alquiler de vivienda.