Política

La peor época de Podemos se junta con la irrupción de Vox

  • La estrella de Iglesias se apaga y la de Abascal empieza a brillar
  • Son dos proyectos que nacen al mismo tiempo pero con una eclosión muy diferente
Madridicon-related

Aunque ambas formaciones han nacido bajo el amparo del descontento social, no pueden ser más diferentes. Tanto Podemos como Vox han nacido y desarrollado como fórmula de protesta a los partidos tradicionales, excavando los de Iglesias en la izquierda mientras que los de Abascal lo han hecho en la derecha. Sin embargo, la elecciones generales celebradas ayer han demostrado que mientras que la estrella de la formación morada se apaga la del partido de ultraderecha está comenzando sus fulgor, gracia a una entrada en el Congreso que, al final, ha sido menos elevada de lo esperado.

El desgaste de los últimos años, así como los problemas internos, tienen mucho que ver con lo ocurrido en el caso de Podemos, que ha perdido 29 escaños. Nacida al albur de la manifestación del 15 de mayo de 2011 y el movimiento de los indignados y el 15-M, generado por los recortes sociales ejecutados por el Gobierno de Mariano Rajoy en su primera legislatura, el éxito de la formación morada residió en recoger el importante descontento social de entonces, recogiendo varias propuestas muy similares a las de los colectivos antisistema y que provocaron la irrupción del partido en las Elecciones Europeas de 2014, cuando obtuvo cinco diputados y fue la cuarta formación más votada.

Podemos tuvo también un estreno de campanillas en las autonómicas de 2015: no bajó del tercer o cuarto puesto en escaños en ninguna de las comunidades - excepto en Comunidad Valenciana, donde quedó en la quinta plaza -. Sus mayores triunfos en estos comicios se quedaron en el entorno local, gracias a las victorias que las confluencias en las que Podemos participó lograron en Madrid y Barcelona de la mano de Manuela Carmena y Ada Colau, respectivamente.

El asalto al Congreso se produjo en diciembre de 2015, cuando los votos a Podemos permitieron a la formación de Pablo Iglesias ser la tercera fuerza más votada del Congreso, gracias a un histórico zarpazo a los apoyos del PSOE, que registró los peores resultados de su historia . De hecho, con su alianza con Izquierda Unida para la repetición electoral celebrada en 2016, que dio origen a Unidos Podemos, llegó incluso a amenazar con un sorpasso a los socialistas, pero esta iniciativa se quedó a medio gas, dejando a la formación morada en la tercera plaza en escaños.

Sin embargo, la curva ascendente de Podemos pronto acabó. Las disensiones entre las diferentes ramas ideológicas han acabado rompiéndolo por dentro. En 2017 se celebró Vistalegre 2, una cita que significó la ruptura del seno de la formación progresista, de la que han acabado saliendo dos de sus más importantes fundadores: Íñigo Errejón -mano derecha de Iglesias- y Cristina Bescansa. Una serie de disensiones internas que, claramente, han afectado al resultado electoral de la formación morada.

Eclosión tardía

Vox nace al mismo tiempo que Podemos. Se podría decir que son dos proyectos políticos en ideologías diametralmente opuestos y con una eclosión muy diferente. Si bien el partido de Iglesias alcanzó muy rápidamente lo que hasta ahora ha sido su techo electoral, el ahora liderado por Santiago Abascal no lo ha hecho hasta cinco años más tarde, en las elecciones celebradas ayer, con 24 escaños

La formación nace a principios de 2014, con el ex del Partido Popular Alejo Vidal-Quadras como presidente y cabeza de lista para las Europeas de aquel año. Sin embargo, el fracaso en aquellos comicios -Vox quedó undécimo en votos-provocó su renuncia. Tras un liderazgo provisional de José Luis González Quirós se celebraron unas primarias en las que Santiago Abascal fue elegido presidente del partido, con un liderazgo indiscutido hasta ahora.

Lo cierto es que hasta las Elecciones de Andalucía, las existencia de Vox era conocida más por algunas de sus propuestas, del ámbito de la extrema derecha, que por su presencia parlamentaria. Por entonces, no tenían ningún representante ni en Congreso ni en Senado, y tampoco había presencia del partido en ningún parlamento autonómico.

Las elecciones andaluzas de diciembre del año pasado acabaron con este escenario. La candidatura de Vox, gracias los apoyos recibidos en municipios con alta inmigración no europea y en los de rentas medias y bajas, obtuvo 12 escaños y se quedó con cerca del 11% de los votos, unas cifras que resultaron fundamentales para que Juanma Moreno haya podido ser presidente de la Junta, también con el apoyo de Ciudadanos.

Esto ha servido ha Vox como plataforma para elecciones generales celebradas ayer domingo. Recogiendo el descontento de una parte de la población española ,que no se ha sentido representada, y robando votos al PP, ha entrado el en Congreso de los Diputados, aunque por debajo de las expectativas que había llegado a generar en las últimas semanas.

Sin senadores para ninguna de las dos

El Senado se ha convertido en coto de caza casi privado del PSOE y de PP. Ambas formaciones, con 123 y 55 escaños, respectivamente, han copado los escaños de la Cámara Alta. Se trata de un ámbito del que, para esta legislatura, tanto Unidas Podemos como Vox, a cierre de esta edición, han quedado excluidas.

Ni el partido de Pablo Iglesias ni el de Santiago Abascal han logrado ni un solo senador. El golpe es especialmente duro para la fuerza morada, dado que en 2016 había obtenido 16 senadores, que se han quedado en ninguno. La Cámara Alta la completan 10 senadores de ERC dos de JxCAT, nueve de PNV y uno por cabeza para la Asociación Socialista de la Gomera, CC y Bildu.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky