
La ex presidenta del Parlament, Carme Forcadell, ha anunciado este jueves que no repetirá en el cargo en la nueva legislatura tras las elecciones del 21D, pero sí mantendrá el cargo de diputada de ERC. "Dejo el cargo orgullosa del trabajo hecho", ha asegurado para a continuación defender que ese cargo debe ser ocupado por una persona libre de cargas judiciales.
Su objetivo es evitar que los procesos judiciales que pesan contra ella afecten a una legislatura en la que las fuerzas independentistas volverán a tener mayoría. "No me postularé para repetir como presidenta de esta cámara (..) El nuevo momento político requiere de una figura libre de procesos judiciales". Ha añadido que la decisión de no repetir como presidenta es personal y no tiene nada que ver con otras cuestiones.
Forcadell se encuentra en libertad provisional y está acusada de rebelión y sedición por su proceder al permitir que las fuerzas secesionistas que ostentaban mayoría en la cámara regional votaran una declaración unilateral de independencia tras el referéndum considerado ilegal del 1-O.
En una rueda de prensa este mediodía en el Parlament, la diputada electa ha asegurado que cierra así una etapa pero que no abandonará la política. "Empiezo un camino como diputada, un camino diferente pero con la misma fuerza de voluntad y servicio público. Dejo la presidencia del parlament pero no abandono la política, en ningún caso. Seguiré trabajando para hacer un país mejor, más justo, democrático y libre que todos queremos y que estoy segura que conseguiremos", ha asegurado.
"Puedo decir orgullosa que no nos hemos doblegado, (..) en un Parlamento se debe poder hablar de todo. El día que abramos la puerta a la censura ya no la podremos cerrar", ha indicando en este sentido tras hablar de dos años de "alto voltaje".
Ha incidido en que pese a las dificultades vividas durante su etapa como presidenta de la cámara, se siente orgullosa del trabajo realizado y de los compañeros y el apoyo recibido. "He cerrado un ciclo en una legislatura que ya se preveía corta pero muy intensa. Cuando tuve el honor de asumir la presidencia tenía claro que sería para un periodo no excesivamente largo y excepcional, como así ha sido", ha subrayado.
Al preguntársele si Ernest Maragall sería un buen perfil para el cargo, ha apuntado que lo será "cualquier persona que esté dispuesta a defender la soberanía del Parlament", aunque ha mostrado sus preferencias de que los puestos de responsabilidad los ocupen mujeres.
Ha cargado también contra "la constante judicialización de la política y la incapacidad del Estado de apostar por el diálogo", una actitud que considera insólita y por la que han recibido el apoyo de diputados y cámaras de todo el mundo, ha asegurado.
También ha reivindicado la aprobación de 26 leyes, 12 de las cuales están suspendidas por el Tribunal Constitucional (TC) a la espera de sentencia, y los pasos dados desde un punto de vista institucional, entre otros ámbitos.