
El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha evitado este miércoles dar pistas sobre qué debe hacer el Govern ni el Parlament tras su eventual inhabilitación y se ha puesto "al servicio del país hasta las últimas consecuencias".
Durante el Debate de Política General (DPG), y un día antes de acudir al Tribunal Supremo donde se celebra la vista sobre su inhabilitación, el presidente catalán se ha centrado en repasar la obra de gobierno en plena pandemia del covid-19.
Torra, que ha hecho caso omiso a los llamamientos de ERC y la CUP a acordar una fecha electoral antes de que pueda ser inhabilitado y pierda la potestad de convocar elecciones, se ha mostrado "orgulloso del trabajo de todos" sus consellers frente a la pandemia.
El mandatario catalán no ha querido desvelar qué piensa hacer si la "maquinaria de un Estado al servicio de una sed de venganza" lo acaba inhabilitando, si bien ha expresado un compromiso: "Serviré a mi país hasta las últimas consecuencias y hasta el último minuto de mi presidencia".
Según Torra, la legislatura catalana se inició con "el Gobierno de Mariano Rajoy impidiendo la elección" de Carles Puigdemont como presidente de la Generalitat y "puede acabar con la destitución de otro" president, él mismo, pero con Pedro Sánchez y Pablo Iglesias al frente del Ejecutivo central. Estas palabras las ha dicho Torra cuando su equipo negocia cuadrar agendas con el Gobierno central para una segunda reunión de la mesa de diálogo con Cataluña.
"Podemos acabar exactamente igual, poniendo y destituyendo a presidentes de la Generalitat", ha protestado Torra, que mañana acudirá al Supremo a la vista sobre el recurso que presentó contra su condena a año y medio de inhabilitación por haber desobedecido la orden de la Junta Electoral Central de retirar del balcón del Palau de la Generalitat en período electoral una pancarta en favor de los presos independentistas.
Según Torra, "un Estado instalado en la venganza quiere inhabilitar a un presidente por haber defendido la libertad de expresión" con una "pancarta que reivindicaba la libertad de los presos políticos y el retorno de los exiliados".
Una inhabilitación, ha remarcado, que no se concibe en ningún "otro país de Europa" pero que en España puede ser decidida por "un tribunal con todo un Estado detrás, con partidos que han querido que esto pasase", pese al "periodo de inestabilidad" que puede provocar en Cataluña esta situación "en plena pandemia".
ERC pide trazar un plan
El presidente de ERC en el Parlament, Sergi Sabrià, ha pedido al presidente de la Generalitat pactar con los partidos independentistas la respuesta a su posible inhabilitación. "Evitemos 6 u 8 meses de provisionalidad", ha afirmado en su intervención durante el debate, ya que cree que es el tiempo que duraría el periodo de un Govern en funciones si no se convocan elecciones ni se escoge a un nuevo presidente en el caso de que Torra acabe inhabilitado.
Sabrià ha defendido que, en un contexto de crisis provocada por el coronavirus, Cataluña no puede estar mucho tiempo con un Govern en funciones, sin presidente y con sus atribuciones limitadas, por lo que ha exigido consensuar una "respuesta de país" que sirva para preservar las instituciones e iniciar un nuevo camino hacia la independencia con el objetivo próximo de superar el 50% de votos independentistas en las próximas elecciones.
Así, ha urgido a trabajar entre los socios de Govern y la CUP para llegar a un acuerdo, y ha advertido a JxCat de que hacer electoralismo con esta situación sería irresponsable, según él: "No podemos ser electoralistas ni pensar en la reconstrucción de un partido".
Budó: "Anticiparse a la inhabilitación es normalizar la represión"
Previo al debate de este miércoles, la consellera de Presidencia y portavoz del Govern, Meritxell Budó, ha replicado a ERC y la CUP que anticiparse a una eventual inhabilitación de Torra y hablar de convocar elecciones si esto sucede supondría "normalizar la represión".
Budó ha defendido que ahora hay que centrarse en afrontar la vista de este jueves de Torra en el Supremo y en criticar que, según ella, sería grave que se le inhabilitara: "No creemos que nos tengamos que situar en el escenario de después del día 17. Para nosotros, situarnos en el escenario de después es normalizar la represión".
"Nosotros no estamos centrados en la inhabilitación. Consideramos que sería un error gravísimo que se acabara inhabilitando al presidente de la Generalitat por defender la libertad de expresión. Lo que tenemos que hablar y poner el foco de la noticia es en este hecho, en la nueva represión por parte del Estado", y no en cómo actuar si esto acaba sucediendo.