El secretario de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, Alex Azar, reconoció el martes que probablemente habrá más casos de coronavirus en el país y solicitó a un subcomité del Senado que apruebe 2.500 millones de dólares en fondos para combatir el brote, tras los recortes propuestos al presupuesto del departamento.
Azar justificó que este dinero ayudará a EEUU a expandir los sistemas de vigilancia, apoyar a los gobiernos estatales y locales, ayudar al desarrollo de vacunas y terapias y distribuir equipos de protección como máscaras quirúrgicas. El país actualmente tiene una reserva de 30 millones de unidades, pero las estimaciones sugieren que se podrían llegar a requerir hasta 300 millones.
Nancy Messonnier, directora del Centro para el Centro Nacional de Inmunización y Enfermedades Respiratorias (NCIRD, por sus siglas en inglés), indicó durante la jornada del martes que la agencia espera una propagación sostenida del Covid-19 y pidió esfuerzos tanto para el diagnóstico como el tratamiento del mayor número de casos.
A este lado del Atlántico se han confirmado 14 casos locales, con tres casos adicionales entre los pasajeros de los vuelos fletados el país para repatriar ciudadanos en áreas afectadas. A estos habría que sumar los 40 afectados del crucero Diamond Princess, según señaló el Wall Street Journal. No obstante, los funcionarios de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) consideran que la amenaza inmediata para el público estadounidense en general sigue siendo baja.
Hasta ahora, los sistemas de salud pública han tratado de contener cualquier caso para retrasar la propagación del virus. El protocolo consiste en aislar los casos confirmados, mientras se monitorean los contactos cercanos de los pacientes afectados para detectar cualquier signo de infección.
Escolarización a distancia
Messonnier recomendó que si el Covid-19 se convierte en un brote epidémico en el país, los colegios deberían considerar dividir a los estudiantes en grupos más pequeños o cerrar las aulas y optar por "teleescolarización online".
En el caso de los adultos, se planteó que las empresas podrían reemplazar las reuniones en persona con vídeos o conferencias telefónicas y aumentar las opciones de trabajo remoto.
Paralelamente, los hospitales podrían tener que reclasificar a sus pacientes, agregando más servicios de telemedicina y retrasando algunas de las cirugías. "Estamos pidiendo al público estadounidense que trabaje con nosotros para prepararse ante la expectativa de que la situación pueda empeorar", aclaró la directora del NCIRD.
