
Meritxell Batet ha acudido este miércoles al Palacio de la Zarzuela tras haber resultado ayer reelegida presidenta del Congreso de los Diputados en la sesión de constitución de las Cortes. La recepción, además de un formalismo mediante el que el presidente de la Cámara baja designado informa al monarca de que la nueva legislatura está en marcha, supone un paso más para que el Rey convoque la ronda de consultas con los partidos en busca de un candidato al que encargar la formación del Gobierno, aunque hay varios factores que podrían apuntar a que una investidura no ocurriera hasta el 16 de diciembre e incluso se dejara para enero.
El primero es la agenda de Felipe VI ya que esta semana tiene lugar el día 6 de diciembre la tradicional recepción institucional en el Congreso por el Día de la Constitución y además está por ver si el Rey será finalmente el representante de España el próximo 10 de diciembre en la toma de posesión como presidente de Argentina de Alberto Fernández. Sea cuando sea, lo que sí está confirmado es que ni ERC ni Bildu, ni la CUP acudirán.
El segundo, que los grupos parlamentarios aún están por conformar, con un puente de por medio. Precisamente este miércoles, Batet ha presidido a la vuelta de Zarzuela la primera reunión de la Mesa del Congreso en la que se prevé fijar el plazo para la constitución de dichos grupos. Según el reglamento, una vez constituido el Congreso se establece un plazo de cinco días hábiles para llevar a cabo este proceso. Con los días 6 y 9 como festivos en Madrid, el periodo expiraría el 12 de diciembre.
Una vez elegidos los grupos, será la Mesa del Congreso la que deberá ratificarlos para constituir la Junta de Portavoces, órgano que ordena las sesiones plenarias y el pleno de investidura.
Con este calendario parece difícil que la sesión clave para nombrar al presidente del Gobierno sea antes de la semana del 16 de diciembre. Sin entrar en que para que el Rey encargara a Pedro Sánchez la formación del Gobierno, los socios PSOE y Podemos deberán haber sumado los apoyos suficientes para sacar adelante la investidura.
En este punto, ERC se vuelve protagonista porque si no define su postura para mediados de este mes -el PSOE está negociando un acuerdo siempre dentro de la legalidad según el propio Sánchez a cambio de su abstención-, previsiblemente la investidura no se celebrará en diciembre y se dejaría el intento para enero, ya después de las fiestas de Navidad.
Aquí hay otros tres factores a tener en cuenta: el primero, que el partido catalán no tiene prisa aunque parece que las reuniones van por buen cauce: "Es preferible un buen acuerdo que un acuerdo rápido", dijo el lunes el vicepresidente del Gobierno catalán y coordinador nacional de Esquerra Republicana (ERC), Pere Aragonès.
Dos. Que Pedro Sánchez no va a acudir a una investidura que no esté asegurada, según confirmó la semana pasada la portavoz del Gobierno en funciones, Isabel Celaá. Si el timing de diciembre se cumpliera, el presidente podría tomar posesión el fin de semana previo a navidades y nombrar a sus ministros, quienes posiblemente tendrían que esperar a enero para comparecer en sus respectivas comisiones, a la espera de la Sesión Solemne de Apertura de Legislatura que preside el Rey.
Y tres, que convocar un pleno de investidura entraña el riesgo que conlleva una primera votación fallida al activarse el reloj electoral de dos meses de descuento para designar un presidente o disolver de nuevo las Cortes y convocar otros comicios a 47 días vista. Cabe recordar que para ser investido presidente, el candidato deberá conseguir la confianza del Congreso o en la primera votación sumando la mayoría absoluta (176 diputados) o en una segunda que se celebrará 48 horas después y en la que bastará la mayoría simple (más síes que noes).
Dadas las circunstancias, con una doble repetición electoral a las espaldas, que parece que la prudencia sería la mejor consejera para minimizar los riesgos de unas terceras elecciones. De ahí que la propia Batet se haya mostrado desconfiada en que la investidura sea antes de Navidad. Pero como más vale prevenir, de intentarse la investidura a mediados de enero y fracasar, el 5 de abril se apunta como fecha de posibles nuevas elecciones.