Política

Naranja oscuro casi magenta: qué puede aprender Ciudadanos de los errores de UPyD

Foto: Efe

La caída era previsible, pero el daño ha sido inesperado. Ciudadanos, un partido que emergió hace apenas cinco años y llegó a liderar encuestas y expectativas, ha sufrido un derrumbe electoral que sólo conoce un precedente: la UCD de Adolfo Suárez devorada por el fervor reformista de aquel primer PSOE de Felipe González.

En poco más de un año Albert Rivera ha pasado de verse a lomos de la demoscopia cabalgando rumbo hacia La Moncloa, a presentar su dimisión. Caer de 57 a 10 diputados ha sido el motivo, pero suya ha sido la culpa. En realidad, de muchas de las decisiones que decidió tomar desoyendo a sus compañeros, súbitamente convertidos en 'críticos'. Y eso a pesar de que él mismo ya presenció el derrumbe de un proyecto similar al suyo: la tormenta perfecta que se llevó por delante a UPyD mientras Ciudadanos despegaba.

El daño está hecho, y hay cosas que parece complicado volver a arreglar. Sin embargo aún están a tiempo de recuperar la inercia, a pesar del brutal impacto económico que tendrá la caída electoral. Es cuestión de repasar los errores cometidos en el pasado para trazar un plan de presente. Sólo así podrá haber futuro.

El vacío tras el adanismo

Ciudadanos ha sido Albert Rivera durante muchos años. Es cierto que tras su salto al Congreso empezaron a emerger liderazgos a su alrededor, en especial el de Inés Arrimadas. Sin embargo incluso ahora, con el líder dimitido, la sucesora natural evita el protagonismo. Es natural que los partidos emergentes crezcan alrededor de un liderazgo fuerte: le ha sucedido a Podemos con Pablo Iglesias, le sucede a muchos partidos regionalistas... y también le sucedió a Rosa Díez.

El problema es cuando la caída del líder deja huérfano al partido porque, al final, el partido era el líder. Incluso una formación de la trayectoria del PSOE pasó un luto similar tras el adiós de Felipe González, y sólo un golpe del destino les devolvió al Gobierno.

Por eso la supervivencia de Ciudadanos pasa por elegir de forma certera -y no necesariamente rápida- a su nueva voz. Hay, junto a Arrimadas, otros liderazgos y baronías territoriales: Ignacio Aguado en Madrid, Juan Marín en Andalucía, Ignacio Prendes en Asturias o Toni Cantó en la Comunidad Valenciana. Y otros nombres de peso que han ido ocupando responsabilidades diferentes, como es el caso de Luis Garicano o Francisco Igea.

El peligro de una sucesión controlada

El problema inmediato que deberá enfrentar Ciudadanos es, precisamente, la sucesión. Los partidos suelen tener miedo a las disputas abiertas, que tienden a dividir al partido en canal -como bien saben en el PSOE-. Sin embargo es verdad que sólo la confrontación directa cierra las posibilidades de futuras tentaciones. De eso saben, por ejemplo, Soraya Sáenz de Santamaría o Susana Díez, retiradas de la contienda sólo después de ser derrotadas.

Pero hay algo más que convendría tener en cuenta y es el peligro del sucesor designado. Rosa Díez y su guardia pretoriana evitaron por todos los medios que la corriente crítica, encarnada entonces por Irene Lozano, tomara las riendas de la formación tras su marcha. Andrés Herzog ganó aquellas primarias en las que hubo hasta espionaje interno... y esa fue la última de sus victorias.

La tentación de controlar los procesos sucesorios es común, y grande. El problema es que rara vez sale bien, ya que al final casi siempre el discípulo acaba teniendo que plantar cara al maestro. Por citar dos ejemplos, Mariano Rajoy lo tuvo que hacer con José María Aznar y Artur Mas con Jordi Pujol. De lo contrario, como pasó con Herzog, la caída del líder acabará arrastrando inexorablemente a su sucesor.

La sordera sistemática

Hay un momento en todo partido en que los afines se convierten en críticos. Eso, que es consustancial a la política, cristaliza en un serio problema de democracia interna cuando la cúpula del partido se blinda contra ellos. Y es, precisamente, lo que ha ido sucediendo en Ciudadanos en los últimos meses: salidas de una dirección del partido de 'críticos' al tiempo en que se ampliaba su número de miembros para dar cabida a más 'afines'.

Son muchos los nombres de relevantes dirigentes que han ido abandonando la formación, desde cofundadores discretos como el balear Xavier Pericay hasta el eurodiputado Javier Nart, pasando por el desgarro del adiós de Toni Roldán, que manifestó abiertamente sus discrepancias con Rivera. El mar de fondo venía por la postura de bloqueo del partido por una parte y por la política imprudente de incorporaciones por la otra. Destacados cuadros medios y altos de PP y PSOE, cuando no conocidos personajes no exentos de controversia, fueron recalando en las listas desplazando 'a los de siempre'. Y algunos, como Manuel Valls, acabaron enfrentándose a las decisiones del mismo.

Es el mismo error que cometió en su día Rosa Díez, siempre rodeada de sus más fieles, desde Carlos Martínez Gorriarán como guardián de la ortodoxia hasta Gorka Maneiro, Maite Pagazaurtundua o el propio Herzog. Poco a poco fueron achicando espacios a Luis de Velasco, Prendes, Cantó o Lozano, cuando no directamente 'purgaron' a Francisco Sosa Wagner por pedir en público una confluencia con Ciudadanos a la que Díez se negaba.

La transversalidad y las obsesiones

Un partido emergente necesita de una línea ideológica clara. Y si tu fortaleza y tu apuesta es ocupar el centro ideológico no puedes convertirte de forma sistemática en el apoyo de sólo algunas posturas. La primera señal de alerta fue el cambio de ideario, cuando corrigieron la definición de Ciudadanos, pasando de la socialdemocracia al liberalismo. Desde entonces dejaron de pactar a izquierda y derecha y pasaron sólo a pactar con la derecha. Era la estrategia para ocupar el liderazgo conservador frente a un PP en pleno exorcismo interno, pero en su carrera se pasaron de frenada. La foto de Colón fue especialmente demoledora.

Esa línea ideológica clara debe ser, por tanto, diferente a lo que ofrecen competidores ya asentados... o asentándose. Fue justo lo que le pasó a UPyD con Ciudadanos: el espectro ideológico era similar, pero un partido comunicaba entonces de forma cercana y moderna, mientras el otro fue agriando su tono al tiempo que envejecía a los ojos de los electores.

En ese mismo sentido, se debe ser cauteloso con las obsesiones. Vale que combatir el nacionalismo periférico sea la idea clave. Vale también que mostrarse como oposición al partido del Gobierno sea la estrategia elegida. Pero que cualquier debate, cualquier propuesta y cualquier territorio sea usado para ambas cosas carece de sentido: igual que Rosa Díez usaba cada debate para hablar de una ETA ya apenas activa, Ciudadanos ha llevado Cataluña hasta el pleno de la Asamblea de Madrid, que no tiene competencias ni intereses en el tema. Las banderas están bien, pero las cruzadas acaban por desgastar.

¿Se necesitan muletas?

La caída de UPyD tuvo, más allá de los errores internos, un claro protagonista externo: el auge de Ciudadanos. De hecho, la crisis estalló por las voces internas que demandaban una alianza con el partido de Rivera, posibilidad a la que la guardia pretoriana de Díaz se negaba. Tanto es así que Martínez Gorriarán les llegó a llamar 'Movimiento Tertuliano' (en lugar de 'Movimiento Ciudadano') en plena mesa de negociación.

¿Hubiera cambiado la suerte de los magenta si se hubieran alineado con los naranjas? Es complicado saberlo. Quizá hubieran acabado siendo fagocitados igual, pero al menos conservarían cierta representatividad. Es cierto que ese tipo de alianzas son complicadas -baste ver la de Podemos e IU-, pero al menos IU sigue de alguna forma viva dentro de UP.

La historia ahora se repite, y un PP en pleno repunte ya ha tendido su mano a Ciudadanos de cara a una 'reagrupación'. De hecho, lleva meses reclamando un modelo de 'España Suma' para integrar a fuerzas conservadoras, consciente de que la fragmentación del voto ha hecho mucho daño a su estructura nacional. El PP estaba acostumbrado a ser el único partido en el eje conservador, y por lo pronto quiere volver a ganarse el centro.

Parece claro que aceptar una alianza así, con tal desigualdad de fuerzas, liquidaría su identidad. Además, cuenta con algo que UPyD no tenía en su día: cargos autonómicos de relevancia. A fin de cuentas, lideran la oposición en Cataluña y cogobiernan en la Comunidad de Madrid, Andalucía o Castilla y León. Por eso quizá la base para reconstruirse deba partir de lo que aún conservan, si es que quieren conservarlo.

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Comentarios 21

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raul M
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No ha habido ninguna consideración con el partido ni sus integrantes desde los medios, directamente les han lapidado, en las encuestas y la opiniones se cebaron los medios de comunicación que no son otra cosa que negocios, empresas que ponen anuncios, pero que ya no hacen una labor informativa, sino de reclamo para vender publicidad y cobrar todos lo meses.

Cs es un partido de valientes, de gente preparada y moderada, quizás éste último término es el que les ha hecho más daño, hoy por hoy en éste país ser moderado no es posible.

Muchos de los votantes de las elecciones de Abril, que se abstuvieron ó que votaron a otro partido, se habrán dado cuenta de su error. Cs tendrá cómo todos los partidos, defectos que tienen que solucionar, pero nadie negará que su discurso es de absoluto sentido común.

A falta de saber cuál va a ser el nuevo líder, no me queda la menor duda de que Cs volverá a ser un partido referente.

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#1
JonS
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Espero y deseo que se den la hostia definitiva y acaben como UPyD, es decir, en la disolución. Un partido cuya única seña de identidad es ir contra otros, sean catalanes o vascos (baste aquí recordar sus periódicos viajes a Euskal Herria, sea Errenteria, Ugao - Miravalles o Altsasu) no merece otra cosa.

Puntuación -21
#2
JonS
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Y una vez que se haya disuelto, espero por el bien de Rivera que no acabe como Rosa Diez, llena de rencor, no acostumbrándose a ser una política jubilada (sobre todo por sus numerosísimos errores), escribiendo en una columna de Ok Diario artículos vomitorios, arrimándose sin pudor alguno al PP de Casado, implorando ¡ por favor !, un carguito donde sea, traicionando sus ideales (si alguna vez tuvo alguno !) socialistas, etc. Ese es un espectáculo penoso que espero (y casi deseo) que Rivera no caiga en él. Otro personaje semejante es Joaquín Leguina, con responsabilidades importantes en el PSOE y cada día más cerca de la extrema derecha de Vox.

Puntuación -17
#3
Hurl
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Al #1, pues yo no tengo muy claro que es lo que ahora quiere Cs. En elecciones pasadas hablaban de muchos temas.. pero en las últimas solo había Catalunya hasta en la sopa. Y para salvapatrias ya esta VOX.

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#4
JonS
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Ya sé que a toro pasado es fácil dar explicaciones, pero para mí, el mayor error estratégico de Cs consistió en pasar de la política catalana, donde tenía un puesto claro, innegable de reivindicador del españolismo por la práctica desaparición del PP totalmente desacreditado en Catalunya a la política estatal con el mismo mensaje. En un nuevo escenario donde ya estaban otros, el PP y la naciente extrema derecha del Vox con mucha más resonancia en la España profunda carca, franquista. Ahí un partido de origen catalán tenía poco que hacer. Al dar el salto a la política estatal hubiese debido de hacerse fuerte en un modelo de centro, liberal si se quiere, moderno o modernizante. Un partido nuevo. Para eso tenía mimbres, como el fichaje económico de Garicano. Pero para eso hubiera debido de olvidarse de su carga anticatalanista a ultranza. No mezclar los dos mensaje y echarse en brazos del grupo de la Plaza de Colón. Game over, too many errors.

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#5
afrancesados caputi
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De Cs ya sólo interesa cuantos votantes se van al PP y cuantos a Vox. Pero aun contarán con todo el apoyo de la prensa progre para dividir el voto de la derecha

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#6
JonS
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#6

Es que ese sería de nuevo su error. Creerse, Cs, que es un partido de la derecha y lo peor, actuar como tal. Y es que ese espacio está ya suficientemente cubierto con partidos como PP y Vox. No hay sitio para más. En cambio, si podría haberlo para un partido de centro de verdad (nada de derecha), moderno, con ideas nuevas con respecto al Estado, liberal si se quiere (aunque ese espacio también lo reivindica el PP aunque no cree en él). Para eso se supone que ficha a un hombre con ideas, se supone modernas en Economía que es Garicano. Un hombre al que lo tienen que mandar a Europa, a Estrasburgo porque molesta en la política estatal. Un error muy grave. Si Cs pretende seguir en el espacio de derechas está acabado. Bueno, yo creo que está acabado en cualquier caso.

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#7
Tarugo
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Rivera y su cordón sanitario, son los culpables de que tengamos hoy a los comunistas en el gobierno. Qué les den, por no pactar en su día con el PSOE.

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#8
Fernando
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JONS,,,, creo que no eres el más indicado para hablar de odio , de rencor, ni de ir contra otros.

Saludos

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#9
Asies
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Hay una cosa que no se debe decir en política: Nunca pactaremos con ....

El futuro en política siempre es incierto y nunca se sabe con quien realmente necesitamos pactar. Si no lo hubiese dicho hubiera podido hacer gobierno con el PSOE.

Ahora tenemos al Pedro Sánchez pactando con Iglesias después de haber dicho que no lo haría porque era una locura. Pero, como le gusta mucho lo de ser presidente a cualquier precio, ahora si a pasado por el aro. Ya veremos que país nos deja....

Lo que yo creo que está claro es que en las próximas elecciones, si se presenta, los votos bajarán en picado.

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#10
JonS
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#9, Fernando

¿Ir contra otros?, ¿Contra los que representáis todo lo contrario en lo que yo creo y quiero?. ¿Cómo no?. ¡ Solo faltaría lo contrario !. ¿ O es que vosotros, tu entre ellos, hacéis otra cosa ?. ¿ O a lo mejor os creéis que sois el ombligo del mundo ?

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#11
Usuario validado en elEconomista.es
Spanzer
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Los errores se pagan y Cs lo ha pagado. 'por querer estirar más el brazo que la manga' o la 'avaricia rompe el saco'. Después de las últimas elecciones de abril donde Cs se acercó al PP de Casado, por error de este último queriendo parecerse a Vox, pensó Rivera que el sería el nuevo partido de centro derecha y ahí cavó su tumba política. En estas ultimas elecciones el PP rectifico y fue más moderado buscando el centro porque se dió cuenta que mas a la drcha. los votos se los iban a llevar el partido original que es Vox. Si hubiera formado gobierno con el PSOE habría demostrado que es un partido de centro y sirve para gobernar con PP ó PSOE para así no depender de los independentistas como siempre ha pasado y que nos ha llevado a donde estamos siempre dándoles privilegios como pago a sus servicios. Al final los votantes se dieron cuenta que al no pactar para formar gobierno moderado con PSOE era un partido que no servia para lo que predicaba. Hasta un niño de 10 años lo hubiera visto claro pero a veces la ambición nubla la vista y 'es mas facil tocar el suelo que el cielo'

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#12
JonS
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Y luego, para rematar la faena, proponer como recambio de Rivera a su fiel escudera, Inés Arrimadas. Una mujer que también viene de Catalunya, con los mismos tics anticatalanes que su ex-jefe, y por lo tanto con toda la rémora que ello supone en la nueva situación de Cs, ahora imbricado en la política estatal. Además, creo sinceramente que la imagen de niña pija que tiene Arrimadas no le da la credibilidad suficiente para el cargo. Y no, en absoluto, porque sea mujer. Es su propia imagen. Yo creo que lo mejor que podría hacer Cs es recoger velas y volverse a Catalunya para allí volver a su papel original. Aunque no sé si ya no es demasiado tarde hasta para eso.

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#13
JonS
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#12, Spanzer

Estoy, básicamente, de acuerdo con tu análisis que difiere poco del mío. Por supuesto, estoy en absoluto desacuerdo en lo referente a lo que dices sobre "tener que depender de partidos independentistas ......, etc., etc.", como si eso fuese un problema, un drama. A ver si os acostumbráis de una vez que esa es la realidad contumaz, que este Estado es plurinacional, que somos muchos, muchísimos los que no creemos en vuestra España, y que estamos aquí para quedarnos, y que mientras no cambiéis, la convivencia será muy difícil, a veces imposible.

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#14
Usuario validado en elEconomista.es
Spanzer
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#14 JonS

Yo creo más en las personas que en las nacionalidades y plurinacionalidades dentro de un estado, siempre respetando sus costumbre, idioma etc (todo el mundo estamos orgullosos de nuestra tierra allá donde vivamos), porque eso significa privilegios para unos y desigualdad o desventaja para otros. España es el estado más antiguo de europa y precisamente en europa los nacionalismos han hecho mucho daño y se han vivido 2 guerras mundiales por su culpa. Una de las razones de crear la UE fue para ver si se acababan con los nacionalismos pero parece que no aprendemos, al final reclamaremos ciudades estado como hace 2000 años. De todas formas es lo que yo pienso, cada uno puede pensar lo que quiera, pero solo puedo decir una cosa que de los 24,5 mill que votaron el otro dia solamente votaron partidos nacionalistas, independentistas 2,5 mill. y me parece que ese porcentaje de votos no puede llevar la batuta de mando de un estado si se cree en la democracia. Mientras tanto hay que cumplir las leyes y cuando se tengan 2/3 del parlamento se cambian, pero si te las saltas te atienes a las consecuencias de un estado de derecho. Y 'a las bravas en pez grande siempre se come al chico'.

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#15
Usuario validado en elEconomista.es
Norlingen
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Su fallo fue no darse cuenta que la mayoria de la gente que les seguia eran rebbotados del pp....que no tragaran jamas veleidades con la psnostra.......Creo que el partido esta muerto ya que el partido pomelo era el riverita y poco mas....las niñas mnas no cuelan en cosas de mayores...unos volveran al psoe y otros al pp....pero fijo que muy pocos a la empresa privada a buscarse la vida.

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#16
Hummer
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Golpe del destino=Mayor ataque terrorista de la historia de España, en idioma progre. Muy profesionales eh Ristov.

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#17
Fernando
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A JONS #11:

O sea, que tú sí puedes ir contra los demás y contra todo en lo que los demás creen y eso está muy bien ..... pero está muy mal que los demás vayan contra ti y todo aquello en lo que tú crees.

Pues chico, tú mismo..... Porque tú lo vales

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#18
JonS
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#18, fernando

Cometes un grave error cuando hablas de "atacar todo lo que los demás ....". ¿Los demás como tú, te refieres?. Es importante matizar. El que en estas tertulias se reúna una representación excesiva (con respecto a los resultados electorales, por ejemplo) de gente de Vox, no significa en absoluto que esa sea la opinión generalizada. Pero en cualquier caso, si así fuese también podría (¿o no?) ir contra esa opinión. Además a mi no me parece mal que me ataque nadie. Ya me sé defender. Has sido tú quien me acusa de atacar a otros (para ti, claro, "los demás"). No te confundas de universo muestral.

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#19
Tomaron una decisión clave opuesta a lo que les interesaba a ellos y a la población.
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Un partido que estaba quitando votantes al PSOE y PP decide pelear a muerte por los votos de Vox"¦ conclusión: desaparece.

El espacio político que queda por cubrir es uno de políticas económicas liberales (derecha) pero con una mentalidad más abierta (NO conservador)

Es decir, bajadas de impuestos, facilidades a empresas, etc

Aconfesional, abierto a nuevas tecnologías, ecología, etc

Hay una gran cantidad de ciudadanos que no están representados (ni les gustan los políticos, ni el conjunto de sus propuestas) y terminan optando por el que menos le disgusta.

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#20
JonS
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#15, Spanzer

Estoy de acuerdo contigo en alguna cosa. El problema de los nacionalismos. Y en el Estado español, el peor de todos el español. El querer absorber a todos en una nación (la nación española) que muchos no reconocemos ni queremos. Y ese es el fondo del problema con los catalanes (y los vascos, claro). Podríamos convivir en un Estado plurinacional (nada de bobadas de "nacionalidades" y "regiones") y bajo ciertas reglas, pero difícilmente así. ¿Qué no se cambian las reglas?. Pues seguirá la bronca, con las consecuencias incluso económicas y de inestabilidad política (figúrate cuánto cuesto formar un Gobierno !) que ello comporta. Ah ! y un apunte histórico final. El Estado español, con sus fronteras actuales desde 1.512 (ocupación militar de Nafarroa) no es, en absoluto el estado más antiguo de Europa. Portugal tiene las suyas desde 1.297 (Tratado de Alcañices).

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#21