Aunque los reproches entre los partidos no han cesado en todos estos meses de fallidas negociaciones, la constatación de que habrá repetición electoral ha hecho que las formaciones ya afilen sus mejores argumentos para atacar a sus rivales durante la próxima campaña. Es el caso de PSOE y Unidas Podemos, que si no han dejado de lanzarse exabruptos al mismo tiempo que negociaban, ahora ambos apelarán al electorado eximiéndose de responsabilidad y señalando al contrario.
El líder del PSOE y presidente en funciones, Pedro Sánchez, buscará movilizar al votante enfadado y frustrado que ve cómo no se ha respetado su decisión del 28 de abril, avanzan fuentes socialistas.
Se trata de un mensaje que ya ha empezado a deslizar en sus últimas comparecencias. El martes, nada más conocerse que el Rey no proponía ningún candidato a la investidura, Sánchez llamaba a quienes votaron por un Gobierno progresista y moderado a que "lo digan aún más claro" para que el resto de partidos atienda su voluntad.
Dirigentes socialistas no transmiten una preocupación especial por la posibilidad de una elevada abstención al considerar que se trata de un elemento que puede afectar en mayor medida a Ciudadanos y a Vox. En el caso de los naranjas, porque tiene un electorado poco fiel y a una de sus dos almas, la más socioliberal, decepcionada en parte por la falta de entendimiento con el PSOE y el acercamiento a Vox, que ha motivado la fuga del partido de dirigentes naranjas como Toni Roldán o Javier Nart.
La abstención puede pasar factura también a Vox, opinan fuentes socialistas, porque parte del aumento de la participación que hubo el 28 de abril venía de abstencionistas históricos del espectro de la derecha más radical que encontraron en el nuevo partido un motivo ilusionante para acudir a las urnas. La entrada menos abrupta de lo esperado de los de Santi Abascal en las instituciones, unido al hecho de que han debido moderar sus posiciones para pactar con PP y Ciudadanos, puede desmovilizar a su electorado.
Sánchez explotará el victimismo
Sánchez explotará también en campaña el papel de víctima, un mensaje que ya lanzó en su comparecencia ante la prensa el martes pasado, en la que constató la inevitable repetición electoral por culpa, en primer lugar, de la actitud de Unidas Podemos, con la colaboración de PP y Ciudadanos.
El líder socialista se dispone a incidir en que, siendo él unico presidente posible, los otros tres grandes partidos nacionales impidieron, con su actitud, que pudiese formar gobierno. No fue por tanto su incapacidad de llegar a acuerdos con otros partidos la responsable de la repetición electoral, sino la voluntad de estos tres partidos de impedir que se materializase el Gobierno progresista y moderado por el que votó una mayoría de españoles, argumentará el PSOE.
Los previsibles ataques del resto de partidos contra Sánchez pueden convertirse en un activo para el PSOE, pues este 'todos contra Sánchez' refuerza la imagen del líder socialista como único presidente posible. Y sin una alternativa posible, en el entorno del líder confían en que la presión que habrá tras unas segundas elecciones facilite al PSOE la formación de gobierno.
Sánchez mantendrá su estrategia de ofrecer a los españoles un Gobierno progresista, pero moderado, porque las encuestas le están indicando que este mensaje tiene gran aceptación entre la mayoría de la opinión pública.
Con el doble objetivo de captar voto entre simpatizantes de Podemos desencantados por la cerrazón de Pablo Iglesias de no apoyar a Sánchez sin coalición de gobierno, y de atraer a decepcionados de Ciudadanos que soñaban con un Gobierno con el PSOE, los socialistas han comenzado a centrar sus ataques en Podemos, al que señalan como el principal culpable de llevar a los españoles de nuevo a las urnas.
El partido se esmerará en poner en valor cómo Sanchez ha demostrado que no cede ante los independentistas ni tampoco ante un Pablo Iglesias que antepuso la ocupación de poder político a la puesta en marcha de políticas sociales en beneficio de la gente. Si Albert Rivera se ha referido despectivamente en numerosas ocasiones a la "banda" de Sánchez para referirse a sus posibles socios, el PSOE podrá esgrimir ahora que no hay rastro de esa banda.
El PSOE apelará a la estabilidad
Sánchez intentará combatir el hastío ciudadano ante las sucesivas convocatorias electorales de los últimos tiempos presentándose como el único candidato capaz de poner en pie un Gobierno estable que pueda aguantar los cuatro años de una legislatura, apuntan distintas fuentes socialistas consultadas por Europa Press.
Así, pretenderá explotar a su favor los retos más urgentes a los que España deberá hacer frente, desde una posible salida abrupta del Reino Unido de la UE al enfriamiento de la economía mundial, pasando por la reacción a la sentencia del 'procés', desafíos todos ellos que requieren la formación cuanto antes de un Gobierno fuerte.
Sánchez pretenderá poner en valor cómo antepuso el interés general del país a ser investido presidente de cualquier manera con los votos de Podemos y los independentistas que no le garantizaban esa estabilidad que él ansía. En realidad, el líder socialista era consciente de que conformar un gabinete con un Podemos dentro del que no se fía podía llevarle a tener que adelantar las elecciones en un momento en que él podría estar más debilitado frente a una derecha recuperada.
La disputa por presentarse como el candidato que está en mejores condiciones de aportar estabilidad la librará Sánchez con el líder del PP, Pablo Casado. Pero ahí los socialistas podrán esgrimir que el 28 de abril supuso la verdadera moción de censura contra la corrupción del PP, pues lejos de simpatizar con el partido 'expulsado' del Gobierno, los votantes le castigaron reduciendo su influencia a 66 escaños en el Congreso de los Diputados.
Este jueves el PSOE reúne a su Ejecutiva Federal en su primera cita tras la constatación de la repetición electoral. El encuentro servirá para que la cúpula del partido analice el fracaso de la negociación con Podemos y prepare los comicios.
Podemos, con 'guante blanco'
Podemos comienza a pasar página de la negociación fallida con el PSOE y afronta una nueva campaña electoral, las cuartas generales desde su nacimiento, con el objetivo de evitar que resucite el bipartidismo y tratando de explicar a sus votantes qué ocurrió en estos cinco meses para abocar al país a una nueva cita con las urnas.
Dirigentes de la formación morada ya adelantaban este miércoles, un día después de que el Rey constatara que no había candidato para la investidura, que para las elecciones de noviembre toca "explicar, explicar y explicar".
Y lo que trasladarán durante este nuevo tiempo preelectoral es que tras haber cedido a las diferentes condiciones que el PSOE les imponía para entrar en un Gobierno de coalición, finalmente ese acuerdo no pudo ser porque el objetivo real de los socialistas era el de ir a una repetición electoral que les diera algún escaño más que los 123 que poseen en la actualidad.
Para los de Iglesias, el hecho de que la oferta de julio del PSOE, que comprendía una vicepresidencia y tres ministerios, haya "caducado como un yogur" para la negociación de septiembre es la prueba de que Sánchez nunca quiso a los morados en su gabinete.
A esto suman que su tesis se ve reforzada con el movimiento de última hora del líder de Ciudadanos, Albert Rivera, del que dicen que fue audaz al proponer una abstención con condiciones. Desde Podemos consideran que Sánchez volvió a retratarse con la carta que mandó a Rivera en respuesta, y demuestra que realmente el presidente en funciones no quiere pactar con nadie.
Iglesias querrá ser explicativo
A pesar de que la relación entre ambos partidos, y en especial entre los líderes de Podemos y PSOE, ahora mismo no está en su mejor momento -Garzón (IU) hablaba esta semana de cicatrices y heridas-, dirigentes de la formación morada consideran que la nueva campaña no debe ser dura hacia los socialistas.
Así, consideran que debe enfocarse en tratar de explicar los motivos por los que el partido no ha sido capaz de llegar a un acuerdo de Gobierno. Y esto, a pesar de que desde las bases les llega el deseo de que en esta ocasión no realicen una campaña de guante blanco con el PSOE, tal y como aseguran fue la de abril.
Lo que si está claro es que saben que sería complejo fundamentar la carrera hacia las urnas en hablar del programa que aplicarían en caso de llegar al Gobierno. Sobre todo teniendo en cuenta el hartazgo social y que el periodo de campaña se reduce a ocho días. Por eso, explicarán a la ciudadanía cuál es el verdadero objetivo de Sánchez, que, aseguran, es lograr aumentar el número de escaños para "restaurar" el bipartidismo, y en todo caso lograr un acuerdo con Ciudadanos.
Con todo por decidir aún sobre la campaña -dicen no haber pensado en ella hasta ahora- sí creen que no debe fundamentarse en ir a por Sánchez, máxime cuando opinan que su imagen ya va a llegar suficientemente desgastada.
Así, opinan que lo que está en juego realmente es que el multipartidismo se mantenga como hasta ahora en el Parlamento frente a un posible regreso al sistema de los dos partidos que se alternan en el poder. Se trata de defender el espacio plural de la izquierda, dicen fuentes de Podemos.
Sin fisuras dentro de Unidas Podemos
Otro de los frentes que quieren dejar atado de cara a la próxima campaña es el de la unidad del espacio político de Unidas Podemos. Durante los meses de negociación con el PSOE han señalado que en varias ocasiones los socialistas trataron de dividir al grupo con el objetivo de torcerle el brazo a Iglesias.
De hecho esa división cobró entidad cuando tras la investidura de julio, el órgano colegiado de IU emitió un comunicado en el que señalaba que en caso de que la coalición no fuera posible, se debería ir hacia un acuerdo programático con el PSOE.
Superada esa crisis de unidad, fuentes de IU señalan que para la nueva campaña ellos defenderán la unidad en el seno de Unidas Podemos porque si tienen algo claro es que el bloque se defiende.