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Por qué el café es la bebida que más sube de precio en 2025 en España

  • Se ha encarecido un 15% entre enero y julio, según datos recogidos por el INE
  • La producción sigue en mínimos por culpa de las condiciones climáticas en los países productores
  • La demanda continúa disparada, a pesar de la inflación, lo que a su vez presiona los precios
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Malas noticias para los amantes del café, que se cuentan por millones en España: su precio no deja de subir. Es, con diferencia, el producto de la cesta de la compra que más se ha encarecido en lo que llevamos de año. Así lo atestiguan los datos del INE, que reflejan que su precio ha subido más de un 15% en los primeros 7 meses del año.

Da igual si se toma en casa o fuera, el efecto en el coste ha sido el mismo. Hace cinco años, en los bares o cafeterías, podía encontrarse una taza de café por entre 1,20 en las zonas donde es más barato, o 1,60 en las ciudades o zonas turísticas. Precios hoy utópicos e imposibles de encontrar, con las tazas costando entre 10 y 50 céntimos más.

Una evolución parecida a la que se ha vivido en los supermercados, que ofrecen dos retos: la inflación, pero también la reduflación, ya que los fabricantes han reducido el tamaño de los paquetes, manteniendo el precio, o incluso subiéndolo. Así, encontramos que en 2020 un paquete de café de 250 gramos costaba 2,50 euros, y ahora suele rondar los 3 euros, mucho más si vamos a una marca de prestigio.

Una tendencia que, además, no está previsto que cambie próximamente. Porque el cultivo de café acumula ya años de crisis de una gravedad sin precedentes. Las malas cifras de producción a nivel mundial, lejos de recuperarse, siguen siendo pobres, ejerciendo mayor presión sobre los precios.

Sequía, crisis logística y competencia

Detrás de los problemas de las cosechas están, principalmente, las condiciones climáticas adversas. En Brasil, por ejemplo, principal productor mundial de este grano, han vivido graves sequías, que han repercutido en la producción. Las escasas precipitaciones, que han afectado a otras muchas regiones productoras, han desatado en muchos casos daños irreversibles. Mientras que, en otras, los problemas han venido provocados por las heladas, también perjudiciales para los cultivos.

No es el único causante de la crisis de precios. Como en tantos otros cultivos, el café también se ha visto afectado por el encarecimiento de los fertilizantes, una tendencia imparable desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania, y que está disparando los costes de producción.

Por otro lado, también hay que tener en cuenta la competencia de otros cultivos y árboles, que han ido ganando espacio, en muchos casos a costa de la superficie destinada al café.

Monedas y café
Imagen: Dreamstime

Más razones. Los conflictos geopolíticos y las crisis logísticas, que han dificultado tanto el transporte como la distribución del café, repercutiendo, de nuevo, en los precios de este producto.

También hay un componente burocrático, que tiene que ver con la regulación en la Unión Europea. La Comisión aprobó en verano de 2023 una normativa para proteger al mundo de la deforestación, una ley que las empresas del sector han criticado por ser poco clara. La entrada en vigor de la normativa se ha retrasado hasta principios de 2026, y por el camino, el debate en el Parlamento Europeo parece que terminará forzando a que se revise. El problema es que, si no hay acuerdo en las negociaciones entre la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y el Consejo Europeo, la normativa podría terminar adoptándose sin cambios, y el mercado ya ha dejado claro que su cumplimiento es una presión alcista para los precios del café.

Demanda disparada

Y, por último, también hay que sumar que la demanda se ha disparado, hasta niveles récord. En Estados Unidos, por ejemplo, está en máximos de 20 años. Europa, convertido ya en principal consumidor mundial, acapara ya el 24% del café mundial. Mientras que se han sumado nuevos actores, hasta ahora secundarios, donde cada vez el café adquiere mayor protagonismo, como pasa en Asia, especialmente en China, donde no era un producto habitual.

En resumen, tenemos una producción lastrada, por culpa de la crisis climática, mientras que la demanda se dispara en todo el mundo. El caldo de cultivo perfecto para que el café no deje de encarecerse.

Un escenario en el que un hábito tan cotidiano como el de tomarse un café se convierta en un lujo. Otro producto que puede convertirse en imposible para los consumidores.

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