Nuevo embate a la resiliencia del PNV por parte del PSOE. La inclusión de la subida del impuesto al diésel en el proyecto de los Presupuestos Generales del Estado ha disparado las alarmas en el partido nacionalista, ya que se había acordado que esta medida no se recogiera en los mismos.
Ante el enfado mostrado por la dirección del PNV, unido a la petición de Ciudadanos, el Gobierno central se ha mostrado dispuesto a retirar esta medida para no alejar a ambas formaciones de las Cuentas. Pero lo cierto es que la confianza de los nacionalistas se ha vuelto a resquebrajar.
Desencuentros
Desde que comenzara esta relación política con el apoyo de la formación jeltzale, primero en la moción de censura a Mariano Rajoy, y después en la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, así como en las diferentes iniciativas y decretos aprobados durante el primer confinamiento, los desencuentros han estado a la orden del día aunque siempre han terminado con un final feliz.
Para Pedro Sánchez, el partido que dirige Andoni Ortuzar es un socio preferente en su legislatura y así se lo ha trasmitido y demostrado con diferentes concesiones, entre ellas la reactivación de las transferencias y la actualización del calendario que incluye todos los traspasos pendientes a Euskadi.
Pero en esta ocasión con el impuesto al diésel se han saltado de nuevo las barreras de la confianza, según declaró Andoni Ortuzar. "No nos ha gustado por la medida en sí, porque no es buena en ningún concepto, aunque lo más grave ha sido que nos dijeron que no lo iban a meter en las conversaciones previas sobre los Presupuestos".
Por esta razón, el presidente del Euskadi Buru Batzar (EBB) avisó a Sánchez de que "se ha minado la confianza de parte del PNV". Esta advertencia, en principio, no supone la retirada del apoyo a las cuentas, pero sí anuncia 'fuertes vientos' en la travesía hacia su aprobación.
Revisión con lupa
Así, el grupo jeltzale en el Congreso se encargará de revisar "con una lupa muy potente" el proyecto de Presupuestos en su conjunto, "para confirmar que no aparecen otras sorpresas sobre lo hablado previamente con el PNV", comentó Ortuzar.
El 'jefe' de los nacionalistas vascos también anunció que tratarán de aminorar el impacto del impuesto sobre el diésel a través de una enmienda o, en su defecto, con la inclusión de medidas económicas específicas para "salvaguardar los empleos que se puedan poner en riesgo en la industria automovilística vasca".
El PNV sí ha conseguido frenar otras iniciativas presupuestarias como la subida del IVA para la educación y la sanidad privadas.
"Este no es un gravamen progresista", afirma Andoni Ortuzar
Para el PNV un impuesto que encarecería en 2,3 euros llenar un depósito de 50 litros en un vehículo diésel sería un duro golpe para la industria automovilística vasca y para miles de conductores. "Este gravamen no es progresista, ya que el diésel se asocia al transporte y a los coches más modestos", afirma Ortuzar. "Hay que avanzar hacia modelos más sostenibles de la mano de la industria, no a espaldas de ella".