Tras el varapalo de Europa a Sánchez, con la negativa a que su ministra de Economía presida el Eurogrupo, si ya de por sí las cosas venían mal dadas, el ambiente político está cogiendo color hormiga como dicen mexicanos y chilenos.
La situación se oscurece porque a Sánchez le van a crecer los enanos en su Gobierno. Podemos, exultante de que la titular de la cartera de Economía se haya topado con los trucos y tejemanejes de Bruselas, aprovechará una corta racha hasta que nos marquen desde arriba los créditos exactos de las condiciones de los fondos.
Mientras tanto, Pablo Iglesias tratará de vender e imponer la agenda que ha servido para que, más allá de los Pirineos nos den una patada en el tafanario por gastosos, inconcretos e irresponsables con las reformas y la sostenibilidad de la contabilidad nacional. Pero ese no es el único pesar que molestará a Sánchez este largo y cálido verano y el aun más largo y duro otoño e invierno.
Sánchez tendrá que sortear un chascarrillo que corre por todo el país: que habrá recortes en el sueldo de los funcionarios
Los socios más de fiar del secretario socialista, que no de Rajoy como se pudo ver, me refiero al PNV, están viendo las orejitas al lobo europeo y ya han empezado a decir que, si al Gobierno progresista se le ocurre subir los impuestos, que no cuenten con ellos para apoyar las futuras Cuentas Públicas. Al final la doctrina ideológica sale por algún lado. Y el virus ha apretado mucho a los empresarios vascos y a sus trabajadores.
Con este horizonte de nubarrones negros, la cuestión de los Presupuestos se torna ficción y propaganda, sin socios estables y con muchas variables incompatibles abiertas. Sánchez tendrá que estirar sus argumentos hasta finales de año para cuadrar mesas en Cataluña, paro desmadrado, Ertes insuficientes, senda fiscal y techo de gasto que no acaba por llegar, más déficit, más deuda, más caída del PIB, y todo ello mezclado de la pócima milagrosa de la subida de impuestos como solución final a un inevitable incremento del gasto social. Y en ese tiempo, tendrá que sortear un chascarrillo que corre por todo el país: que habrá recortes en el sueldo de los funcionarios, con o sin unidad.